La Unión Europea pretende erigirse en un actor protagónico de la nueva economía del espacio. Los detalles de la futura constelación IRIS2, con la que Bruselas buscará recuperar terreno perdido frente a sus competidores
La autonomía estratégica de la Unión Europea (UE) no solo se juega en la competitividad de su economía, en la diversificación de sus fuentes de energía y en un robustecimiento de su industria de la Defensa. En un contexto cada vez más convulsionado a nivel global, el espacio y las telecomunicaciones también ocupan un lugar destacado en la agenda de Bruselas.
En noviembre de 2022, el Parlamento Europeo dio su visto bueno al Programa de Conectividad Segura, que aprobó el despliegue de la Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad por Satélite (IRIS2), que incluirá 290 satélites de órbita terrestre media y baja. La iniciativa, que se espera esté operativa a fines de 2027, se enmarca en la necesidad de la UE de lograr su “autonomía estratégica” en el denominado “Nuevo Espacio”.
Si bien el programa nació bajo el paraguas de las instituciones comunitarias, se trata de una iniciativa público-privada que busca contribuir a mejorar la competitividad de la industria europea. En ese sentido, en el reporte sobre el mercado común presentado el año pasado, el ex primer ministro italiano Enrico Letta señaló que “las inversiones privadas europeas en el sector espacial siguen siendo sustancialmente menores a las de otras potencias líderes en el ámbito espacial, por ejemplo, EE. UU.”. Puede leerse entre líneas una referencia a Starlink, la empresa de Elon Musk que hoy domina el nicho de la Internet satelital.
La UE y la necesidad de recuperar terreno en el sector espacial
El extitular del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, señaló, en otro informe encargado por Bruselas, que la UE perdió terreno en las actividades espaciales en el último lustro. El también expremier italiano advirtió que ese retroceso puede llegar a traducirse en una “dependencia estratégica”, como quedó reflejado en la necesidad de recurrir a Space X para el lanzamiento de los últimos dos satélites del programa Galileo de la Agencia Espacial Europea (ESA, por su sigla en inglés).
Mientras tanto, los mayores competidores de la UE en este campo, EE. UU. y China, han desarrollado “nuevas capacidades que no son accesibles a Europa”. Entre estos avances, el documento mencionó los microlanzadores, los lanzadores súper pesados, los cohetes reutilizables –donde Space X ha hecho punta– y las nuevas tecnologías de propulsión.
“La conectividad satelital se está convirtiendo en un sector crítico para la soberanía tecnológica y en un ámbito esencial para satisfacer las necesidades de comunicaciones de los ciudadanos, las empresas y los gobiernos”, añadió el informe de Draghi. Apuntó, específicamente, a las comunicaciones basadas en constelaciones satelitales de órbita terrestre baja (LEO, por su sigla en inglés). Así se conoce a los satélites que orbitan a una distancia de entre 500 y 1200 kilómetros de la Tierra.
IRIS, la nueva apuesta estratégica de la UE
¿Cuál será la respuesta de la UE? Con un aporte inicial de 2400 millones de euros de los países europeos e inversiones totales cercanas a los 6000 millones de euros, la Infraestructura para la Resiliencia, la Interconectividad y la Seguridad por Satélite (IRIS2) se ha fijado una serie de ambiciosos objetivos. Tal como señala la información oficial de la Comisión Europea, esta constelación satelital buscará “proporcionar servicios de comunicación seguros para la UE y sus Estados miembros, así como conectividad de banda ancha para los ciudadanos europeos, las empresas privadas y las autoridades gubernamentales”.
La Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, argumenta que la iniciativa contribuirá a un mejor control de fronteras e infraestructuras críticas de la UE y permitirá dar una respuesta más adecuada a las crisis humanitarias.
“La necesidad de una conectividad global segura y resiliente aumenta con la digitalización de la economía y las crecientes amenazas geopolíticas y de ciberseguridad”, justifican desde Bruselas.
El proyecto se apoyará en una base industrial totalmente europea, a partir del estímulo a la innovación en el ecosistema espacial comunitario. A la cabeza del consorcio estarán Airbus Defence and Space, la empresa francesa Eutelsat, la española Hispasat, la luxemburguesa SES (Société Européenne des Satellites) y Thales Alenia Space, la joint venture conformada por la francesa Thales y la italiana Leonardo. También participarán las empresas de telecomunicaciones alemanas Deutsche Telekom y OHB, la operadora británica Orange, la compañía española Hisdesat y la italiana Telespazio.
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