Los casos de violencia doméstica no sólo no se detienen sino que adquieren cada vez características más dramáticas y difíciles de decodificar. El caso de Dylan, el chico de 2 años que fue encontrado muerto producto de los golpes que recibió en su casa de las afueras de la ciudad hace un año, se suma otros tantos episodios que sostienen estadísticas alarmantes. Cada 24 horas, cuatro chicos menores de edad en Balcarce son víctimas de un hecho violento, generalmente relacionado con situaciones familiares. La violencia doméstica -en muchos casos ejercida contra los niños, bebés o recién nacidos- no detiene su crecimiento. En el 27% de estos casos, las víctimas fueron menores de 18 años, y de ellos, el 13% fueron niñas. "Somos una sociedad bastante violenta, donde los adultos no tenemos una cultura de cuidado hacia los niños ", aseguran los especialistas, quienes a la hora de buscar las causas de este tipo de violencia, señalan que "existe una gran cantidad de componentes individuales, como puede ser que el sujeto que hoy golpea pueda haber sido una víctima, a su vez, en algún momento de su vida, o, como también se advirtió últimamente, casos de violencia cruzados con enfermedades mentales". Esta semana se conoció un caso tremendo ocurrido en la localidad de Los Pinos que tuvo desenlace en la justicia. Para que esto ocurra se complementaron algunos elementos, muchos de ellos dolorosos y de impacto para la víctima, una nena de apenas 10 años.  El trabajo del fiscal Rodolfo Moure, a cargo de la Fiscalía Descentralizada de Balcarce, fue determinante además de clarificador para arribar a la condena. Los episodios de violencia de la madre contra su propia hija ocurrieron –según lo que figura en la causa- entre mayo de 2012 hasta junio de 2014 en una vivienda de la localidad de Los Pinos. Los castigos y sometimientos fueron cada vez más violentos hasta las marcas de los latigazos en el cuerpo de la nena –especialmente en el tórax- terminaron siendo una señal imposible de soslayar que alertó a propios y extraños. Fue una maestra la que identificó claramente el drama de una nena que había dejado de sonreír y se mostraba cada vez más introvertida. No se quedó quieta y rápidamente denunció el caso y tomaron intervención la Defensoría y las autoridades que se encargan de hacer respetar los derechos de los niños.  Tras el testimonio de la menor en Cámara Gesell, más los resultados de los informes médicos, la justicia marplatense –a instancias del fiscal Moure- condenó a la mamá de la nena a la pena de 6 meses de prisión de ejecución condicional por el delito de lesiones leves calificadas por el vínculo y ordenó que comience un tratamiento psicológico. El fallo –al que accedió La Vanguardia- fue dado a conocer por el Juzgado Correccional N° 2 del Departamento Judicial de Mar del Plata.