Es una de las figuras de Radio Mitre y uno de los imitadores más talentosos. En una entrevista con La Vanguardia, dijo que el país necesita “un cambio” y habló de su infancia, de su carrera y de su amor por la radio. Foto: La Vanguardia.
El pedido encontró una respuesta inmediata. Sin vacilaciones ni divismos. Aquella idea relacionada con la humildad como valor de los que realmente son grandes, bien puede asemejarse a Rolando Ernesto Oyamburo (53), más conocido en el mundo de los medios de comunicación como Rolo Villar (el apellido de su mamá). Su sencillez, su bonomía y su manera de encarar la vida lo muestran como un hombre afable que disfruta plenamente de su trabajo, de sus amigos y todo lo que lo rodea lo transforma en una experiencia positiva. “Todo lo que me hace bien lo tomo”, dice convencido. Rolo nació en Los Pinos, el lugar en el mundo que nunca olvida y al que siempre está volviendo. En su casa de Balcarce –durante un descanso de fin de semana- recibió a La Vanguardia para hablar de su vida, la profesión y de su amor por la radio.
-¿Cómo fue su infancia?
-Mi infancia transcurrió en Los Pinos hasta los 17 años. De muy chiquito me gustaba mucho la radio, imitaba para mí, no me gustaban los lugares donde había mucha gente, era muy retraído. Hice la primaria en la Escuela Nacional Nº 60 que después desapareció y pasamos todos a una escuela de la Provincia, la N º 19. Yo no tengo estudios secundarios, terminé a los 11 años la escuela y fui a laburar al campo, a la cosecha del ajo desde muy chico. Como todos los pibes quería jugar a la pelota, pero la pierna derecha y la pierna izquierda decían que no (risas), entonces no me quedaba otra que laburar. Trabajé en el supermercado de Azcárate, en la parte de la entrada y como repositor hasta el año 1978, y cuando la cosa en el campo se puso muy fea me tiré el lance de irme a probar suerte a Buenos Aires. Cuando tenes hambre lo haces, y es muy difícil porque si yo imitaba mal te pegaban una patada en el traste.
-¿Qué era la radio para usted cuando era pibe?
-Siempre quise ser locutor de radio, pero no tenía estudio. Había fascinación con la radio. Escuchaba mucho Radio Rivadavia, el Fontana Show, y Guerrero Marthineitz. Con 9 años tenía como una locura por la radio. Un día fuimos a mirar un partido de futbol en Liniers con mis tíos y en vez de mirar el partido yo me la pasé mirando a los relatores viendo como relataban, eran los que yo escuchaba. Mucha radio uruguaya, Carve, Oriental, Montecarlo, El Espectador, escuchaba tango, mucho folclore y LU9 y LU6. Tengo una colección importante de cosas viejas pero me hubiera gustado tener cosas viejas de LU6 y de LU9, publicidades, los jingles cuando estaban en la Casa del Puente. Vos vivis en el campo y vas a Mar del Plata y veías la Tienda Los Gallegos y era como hoy ir a Disney. Cuando venía Carburando acá yo me iba exclusivamente a mirar como transmitían ellos, con Campeones lo mismo iba a ver a González Rouco y a Legnani, y me encantaba. Me gustaba más la transmisión que la carrera. Después jugábamos a la radio con mi hermano y con un primo, en vez de escribirnos cartas nos hacíamos casetes de audio, charlábamos con eso, con tanda comercial y todo, como si fuera una radio. Iba a Radio Balcarce y estaba ahí con los chicos, nunca trabajé porque es difícil hacer chistes en un pueblo chico. Con el tiempo me hice amigo de Cacho Fontana, del Negro Marthineitz, quien empieza a laburar en Radio 10 porque yo hacía su imitación. El negro andaba sin laburo y se aparece en Radio 10 y Hadad lo contrata. Cosas de la vida.
-¿En qué momento siente que tiene condiciones?
-No lo sé, yo lo hacía para mí y lo hice porque no tenía una moneda, entonces había que hacer algo y se dio. Voy a trabajar a Splendid, me toman una prueba, me contratan y de ahí automáticamente Víctor Arriaga me lleva a Radio Rivadavia, a Rapidísimo. Reemplazo cuatro meses a Carlitos Russo. Fue un momento muy raro porque yo me había criado con Rapidísimo y estar ahí era como estar pasándole la pelota a Tevez o a Agüero, estás jugando en la selección sin haber jugado en un equipo chico antes, es como que salté del potrero a la Selección y no hay que hacer eso porque tenes que tener una previa. Yo con 22 años estaba en un encuentro con Larrea dándole el remate a Mario Sánchez un tipo al que yo cuatro meses atrás escuchaba por la radio. Después vuelvo a Splendid, me llaman Guinzburg y Becerra para hacer con el Negro Albornoz la Noticia Rebelde. En el ´93 me llama Rial para hacer una imitación de Ariel Delgado para una cosa que hacía él en El Periscopio, y empiezo a escribir cosas de humor en el programa. Después con Rial nos vamos a Canal 9, de ahí me llama Guinzburg para hacer la Biblia y el Calefón. Laburé siete años. Nosotros con Rial estábamos en Radio Libertad, que era de Romay, y nos llama Hadad para hacer Radio 10, por lo que somos los creadores de Radio 10. El secreto de la 10 era que había mucha joda y eso eran mis imitaciones, y al mismo tiempo hacía la Biblia y El Calefón. A Hadad lo obligan a vender la Radio y a ellos no les gustaba lo que yo hacía que era oposición dentro de la radio. El humorista siempre hace oposición, tuve un problema con Pagano, el director, y se puede decir que me echó, y antes le había pasado lo mismo a Longobardi y a María Isabel Sánchez. Fue en ese momento que me llaman para hacer Mitre y por ahora lideramos la audiencia con un 54%. Nadie te puede decir vos no servís, si a vos te gusta y lo sentís se puede y tenes que tener ganas de hacer las cosas. Yo la pasé mal también en Buenos Aires, en la década del 70-80 íbamos a la cancha de Cambaceres y no había teléfono, había que hacer siete cuadras hasta una estación de servicio para informar un gol, Cambaceres 1 – Deportivo Riestra 0. Cuando volví a la cancha iba ganando Riestra 3 a 1, (risas) no era fácil como lo es hoy con un teléfono celular. Hice mucha publicidad también”.
-¿Cuándo y cómo empezó su carrera como imitador?
-Yo comienzo como imitador y el dueño del programa era el que escribía los chistes pero los mejores se los daban a Mario Sánchez y a mí me daban boludeces. Yo desde pibe era coleccionista de chistes, tenía cantidad, mis amigos me traían muchos libros de afuera. Ya después el chiste, al saber el mecanismo de laburo, nace solo, es combinación de palabras, en vez de la escopeta le tira al pájaro, es el pájaro le tira a la escopeta, es al revés, ¿Entendes? Tengo que darte vuelta lo que vos crees y ahí se produce la sonrisa. Hoy ya me dedico más al chiste, aunque tiro casi 90 chistes por día, son 450 chistes por semana. El chiste es la oportunidad y yo ya lo tengo incorporado. Antes trabajaba más con las voces ahora no tanto. Yo imitaba mucho político, relatores de radio, ahora son distintos los políticos, son más empresarios, antes con Perón, Alzogaray, Menem, Manrique, Allende, Cafiero, eran personajes, los de hoy Scioli, Massa, Macri, son distintos. Con el único que tuve problemas fue con D´ Elia, pero por ejemplo Aldo Rico en una cena un día se paró al lado y me dijo “detesto a los imitadores, detesto a los cómicos pero con usted voy a hacer una excepción porque usted me humanizó”. Los periodistas lo atacaban a él hasta que comenzó a usar una frase mía. Le preguntaban ¿Cómo le va Rico? Y él respondía “estoy bien, pero ya se me va a pasar”. Con eso rompía el hielo, se hizo más popular, y no lo podían pelear. Hoy hay mucho chiste en Internet que antes no había, yo laburo mucho con el chiste corto porque en la radio todo es muy rápido a la mañana, la tarde es más distendida. Vos en la mañana te están yendo a laburar entonces te estás vistiendo y me estas escuchando por lo cual no puedo contar un chiste largo, debo contar un chiste de 5, 7 segundos, un latigazo. A mí me divierte mucho, yo la paso muy bien. Igualmente creo que hay que leer mucho, cuando vos más lees más sabes, si yo te tiro chistes de autos y vos no sabes lo que es un auto el chiste no va.
-¿De chico soñaba alguna vez con este presente?
-Era como un sueño, eso era lo lindo. Antes no tenía casa y hoy tengo una y lo haces con lo que a vos te gusta. La gente a veces mira como te va hoy, pero no sabe cómo te fue ayer, no dice este durmió en los trenes o que de vez en cuando se quedaba en la casa de los tíos, o que mi vieja me pagaba el pasaje porque yo no tenía una moneda. Creo que uno no es exitoso porque trabaja en Buenos Aires, o en la radio y en televisión, podes ser exitoso en Balcarce haciendo lo que a vos te gusta. Hoy trato de pasarla bien que es el sentido de la vida.
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