El escritor presentó la novela que lleva el título Desde Arriba. “En esta obra narrativa me tomé la licencia poética de "imaginar" el efecto en la actualidad de la leyenda de Juan de Garay”, dijo. Además, expresó que “en el libro -los lectores- van a encontrar las huellas de Francisco Salamone, las Sierras más antiguas del planeta, la época de esplendor del diario "El Liberal", y sobre todo, un plano fantástico que se intercala en la cotidianidad. Para Fuentes, los libros, y en particular la lectura, “estimula la imaginación, nos aleja del lugar común, abre horizontes y propone un ejercicio creativo de la vida”.
-Escribió una novela que lleva el título “Desde Arriba”, ¿cómo surgió este proyecto?
-El proyecto de la novela, surgió mucho tiempo atrás. Cuando inicié la revista "La Brava", (hace ya 23 años) me tropecé con un dato muy curioso: Juan de Garay, quien fundara Buenos Aires por segunda vez, pasó por lo que hoy es Balcarce. Según contaba el artículo periodístico, iba camino al sur, porque su intención era llegar hasta la Patagonia. Impulsado por la leyenda de una ciudad de oro, viajó en busca de "La ciudad de los Césares" o "Trapalanda". Con esos nombres se la conocía a esa mítica ciudad según los exploradores de la época. En ese momento yo tuve la impresión de que ahí había una novela. Pero necesité esperar más de veinte años, para que ese tema se organizara en mi mente, hasta poder empezar a narrar la historia. Ese hallazgo representó para mí una especie de epifanía, que luego desarrollé en el libro.
-El lector, ¿con qué se va a encontrar?
-En esta tercera novela que edito, el lector se va a encontrar con una historia que se desarrolla en Balcarce, en primer término. En esta obra narrativa me tomé la licencia poética de "imaginar" el efecto en la actualidad de la leyenda de Juan de Garay. Entonces lo que hice fue construir una trama novelística a partir de este hecho puntual, y desarrollar distintas variables y entrecruzamientos de situaciones y juegos con el tiempo. El personaje principal es un periodista, que llega a la zona instigado a encontrar una noticia amarilla que sostenga la venta del diario. Por otra parte, te comento que el tiempo histórico donde se desarrolla el libro, es en principio de los años noventa; donde el fenómeno "internet" todavía es incipiente, y los diarios todavía manejan la información y el relato de masas.
-¿Cómo fue el lanzamiento de la novela?
-La presentación oficial de la novela la hicimos durante la última Edición de la Feria del Libro, con el profesor de Literatura Luis Matías Suárez. A quien por supuesto, le estoy muy agradecido. Luis hizo una lectura muy profunda y muy rica del libro, y tituló la charla: "La brújula del Quijote". Según sus palabras la novela de algún modo continúa el viaje Quijotesco porque fija sus coordenadas "hacia atrás" (la búsqueda de un pasado mítico y fundacional) y "hacia arriba" porque los jóvenes están buscando un modo de vida trascendente y auténtico, frente a la chatura que les propone nuestra sociedad actual. En esa tensión entre fantasía y realidad, se forja un poco el espíritu del libro. Por otra parte te comento que el auditorio de la Casa del Bicentenario estuvo repleto de gente, y esa fue una gran sorpresa para mí. No me lo esperaba. Pero lo cierto es que estuvimos dialogando con el público más de dos horas, y esa sensación de amor profundo por la literatura, estuvo flotando todo el tiempo en el aire. Fue un encuentro muy hermoso, y les doy las gracias a todas las personas que nos acompañaron en aquella ocasión.
-¿Qué motivaciones sigue teniendo a la hora de escribir?
-Esta pregunta te la contesto con una anécdota: recuerdo la escena con nitidez. Mi amigo Sebastián Álvarez, me muestra el libro que está leyendo. Leo el título con indiferencia y extrañez: "La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira y su abuela desalmada". Algo hace ruido en mi alma. Lo sé porque cuando sus páginas se abren como un bandoneón, percibo una música lejana ejecutada magistralmente por el autor: Gabriel García Márquez. Sin más preámbulos, me sumerjo en las hojas gastadas y empiezo a leer. El primer relato del volumen se titula: "Un señor muy viejo con unas alas enormes”.
El cuento arranca a quemarropa:
"Al tercer día de lluvia habían matado tantos cangrejos dentro de la casa, que Pelayo tuvo que atravesar su patio anegado para tirarlos al mar, pues el niño recién nacido había pasado la noche con calenturas y se pensaba que era causa de la pestilencia. El mundo estaba triste desde el martes. El cielo y el mar eran una misma cosa de ceniza, y las arenas de la playa, que en marzo fulguraban como polvo de lumbre, se habían convertido en un caldo de lodo y mariscos podridos".
La historia narra la fatalidad de un niño gravemente enfermo y del ángel anciano que se lo viene a llevar. Pero esa es sólo la anécdota. El cuento es otra cosa. Continúa el relato:
"Llamaron para que lo viera a una vecina que sabía todas las cosas de la vida y la muerte, y a ella le bastó con un golpe de mirada para sacarlos del error — Es un ángel –les dijo—. Seguro que venía por el niño, pero el pobre está tan viejo que lo ha tumbado la lluvia. Al día siguiente todo el mundo sabía que en casa de Pelayo tenían cautivo un ángel de carne y hueso".
En aquella pensión de estudiante, tropecé con el pozo de la lectura, y no pude levantar la vista hasta concluir la frase final del relato:
"Elisenda exhaló un suspiro de descanso, por ella y por él, cuando lo vio pasar por encima de las últimas casas, sustentándose de cualquier modo con un azaroso aleteo de buitre senil. Siguió viéndolo hasta cuando acabó de cortar la cebolla, y siguió viéndolo hasta cuando ya no era posible que lo pudiera ver, porque entonces ya no era un estorbo en su vida, sino un punto imaginario en el horizonte del mar."
Cada palabra, cada oración, cada pequeño diálogo, iban entretejiendo una tela magnífica en donde yo quedé atrapado. Me hechizó de tal manera que me dije convencido hasta los tuétanos: "yo quiero hacer esto". Y ese día y ese instante fugaz, cambiaron mi vida para siempre.
Aquella historia estalló ante mis ojos, y descubrió un cráter inmenso en la raíz de mi alma. Un reservorio de sílabas y metáforas, que pronto empezaron a trabajar, activadas como por arte de magia. Ese cuento me empujó a ser escritor. Sin más vueltas. Fue como recibir una orden misteriosa para obedecerla por el resto de la vida. Sólo sentarse y escribir, tratando de reproducir aquella magia primera, esa sensación de cercanía y hermandad que solo logran los buenos relatos. Luego del empujón vendrían los años de formación, y los primeros intentos. Pero siempre guiado por esa luz indomable. Ese destello de ángel viejo que sigue revoloteando en el patio de la imaginación. Creo que los grandes autores son en realidad, los buenos maestros. No hay mejor manera de aprender el oficio. Solo los grandes autores contagian su aliento y dan fuerzas para escribir. Vaya mi eterno agradecimiento a quienes pusieron en mis manos estas maravillas: yacimientos incansables que trabajaron noche y día hasta alumbrar la dicha misteriosa del acto de escribir.
-¿Por qué las personas se han distanciado de la lectura y de los libros?
-Esta pregunta merece una reflexión profunda. En principio me permito citar a Borges: "De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación". Es decir que "sin memoria, no hay imaginación". Vuelvo a tu pregunta: el hombre no puede abandonar la lectura, por la simple y sencilla razón, que tampoco puede abandonar "su imaginación". Una cosa está unida a la otra y forman una misma trama. Por lo tanto, no se puede olvidar aquello que nos hizo "humanos": la memoria y la imaginación.
-Eso tiene que ver también con la pasión por los libros que, en definitiva, es lo que lo define…
-Mi pasión por los libros está unida a la figura de mi madre Catalina, y de mi padre Héctor. Cada uno por motivos diferentes. En el caso de mi madre, ella era Maestra, y recitaba versos de memoria: Federico García Lorca, Gabriela Mistral, Baldomero Fernández Moreno, entre otros. Y a mí el oído se me fue como endulzando con su voz. Y por otro lado mi padre, que es un gran lector de la Colección Robin Hood, y de algunos clásicos. Ese primer fermento estaba en mi casa. Mi madre adoraba el Martín Fierro, Don Segundo Sombra, Recuerdos de Provincia, etc. Después con los años yo busqué mi propio camino como lector, y encontré la literatura argentina, algo que me fascina. Yo nací en La Plata, pero la Primaria la hice en Ensenada, en la Escuela Nº 2, y luego cuando nos mudamos a La Plata completé la Primaria en la Escuela 65 "Bartolomé Mitre" y el Secundario en el Normal Número 3: Pedro Bonifacio Palacios "Alamafuerte". En un principio cursé Veterinaria, pero la abandoné finalmente, cuando apareció mi verdadera vocación, que es la literatura y la profesión de escritor.
-¿Qué género le gusta leer?
-Tengo una predilección por el género fantástico. Eso viene de mis lecturas tempranas de autores como Kafka, Gogol, Borges, Cortázar, García Márquez, Manuel Mujica Lainez, Adolfo Bioy Casares, Ernesto Sábato, Juan Carlos Onetti, Horacio Quiroga, Antonio Di Benedetto y muchos más. Me gusta el fantástico rioplatense, que es un invento nuestro, como el Tango y el Dulce de Leche. En todos mis libros, en algún momento, aparece lo fantástico.
-Según su mirada, ¿Qué beneficios tiene la lectura?
-Los beneficios son múltiples y variados. Estimula la imaginación, nos aleja del lugar común, abre horizontes y propone un ejercicio creativo de la vida. Pero por sobre todas la cosas, nos hace libres. Creo que ese es su valor fundamental. Al leer somos creadores de mundos, y esos mundos se revelan interiormente. Una persona que lee tiene un "plus", comprende "algo" del mundo que de otro modo se nos escaparía. En resumidas cuentas, leer es volver a ver el mundo, pero con ojos nuevos.
Desde arriba
Así es el arranque de la novela de Fuentes:
-La semana que viene lo quiero en Balcarce -me dijo el Jefe de Redacción, apuntándome con el dedo-. Necesitamos mover un poco el avispero. Parece que en las sierras se amotinaron unos tipos que viven como animales. Lo más curioso del caso es que los jóvenes le llevan el apunte-. Acto seguido se dio vuelta y abrió el pesado cajón del armario. Sacó una ficha y leyó en voz alta: "Cada día cientos de pibes emprenden "El Éxodo" y se pierden entre las sierras. Los colegas periodistas de la zona están desconcertados y no le encuentran explicaciones al asunto" ¿Qué me dice? Con semejante informe no podemos quedarnos de brazos cruzados. O repuntamos o desaparecemos. El diario se mantiene gracias a este tipo de noticias -afirmó con una media sonrisa-. Usted me pidió una oportunidad y yo cumplo con mi palabra. Espero, sepa aprovecharla".
Según Fuentes, “esta fue la imagen primigenia que disparó luego toda la trama novelística. En forma recurrente me venía a la mente la idea de que algunos jóvenes de Balcarce desistían de la sociedad, y la abandonaban. Entonces comenzaban a desaparecer. Las malas lenguas decían que estaban amotinados en las Sierras, y esas habladurías se entretejen dando forma al texto. En el libro van a encontrar las huellas de Francisco Salamone, las Sierras más antiguas del planeta, la época de esplendor del diario "El Liberal", y sobre todo, un plano fantástico que se intercala en la cotidianidad. Este libro es mi humilde homenaje a la ciudad de Balcarce, y por sobre todas las cosas, a su entrañable gente”.
Títulos de autor
Fuentes escribió veinte libros, y publicó diez. Viento del alma (poesía) 1996; Viaje más allá del epílogo (cuentos) 1998; Los dados de Dios (novela) 2012; Archivo General (teatro) 2014; Melancrepuscolía (poesía) 2015; Los Guardianes del Tiempo (novela) 2016; El último resplandor (teatro) 2017; El pez remoto (cuentos) 2018; Rueda la pelota (relatos) 2019; Desde arriba (novela) 2021.
“Para la próxima edición de la Feria del Libro, estoy preparando un libro de microrrelatos, mechado con otros más largos. El nombre ya lo tengo: "Sideral". Será un libro diferente, con muchas sorpresas para los lectores. En estos momentos estoy trabajando con mucho material nuevo que va apareciendo”, anticipó.
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