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La historia de Juan: el joven artesano que sueña con tener su propio taller

Redacción Vanguardia

 

Al nacer le diagnosticaron mielomeningocele -un defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman totalmente-. Sin embargo, luchó por tener una vida normal. Hoy Juan tiene 21 años y disfruta de su familia, de la música y trabaja como artesano vendiendo sus productos a través de las redes sociales. Su mamá Marcela le dijo a La Vanguardia que “la fuerza que él no tiene en sus piernas Dios la colocó en sus manos con las cuales hace maravillas”, aseguró.

Juan Cruz Molina (21) es un verdadero ejemplo de superación. Al nacer se sobrepuso a un duro diagnóstico de mielomeningocele -un defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman totalmente- y tuvo una infancia donde la integración fue también un desafío que logró. Juan superó el drama de una situación que lo dejó en sillas de ruedas y hoy trabaja en lo que lo apasiona: las artesanías. Como tantos jóvenes de su edad, se capacitó, perfeccionó su técnica y en la actualidad vende sus productos a través de las rede sociales. Pero persigue un sueño mayor que lo desvela: tener su propio taller.                Andrea Marcela Velazco, su mamá, le contó a La Vanguardia su historia. Una historia que no sólo vale la pena conocer sino que es inspiración pura. “Todos esperábamos ansiosos la llegada de Juan aquella tarde de lluvia del 4 de marzo del año 1999. La Sala de Espera de aquella entonces Clínica Balcarce estaba llena, papá, abuelas, hermano, tíos, primos, la verdad es que no faltaba nadie. De repente sale la enfermera y llama solamente al papá. Ahí nos dimos cuenta que “algo” no andaba bien. Con menos de 24 horas de vida, Juan ya estaba en Buenos Aires, lleno de cables y con una cicatriz en su espalda, del mismo tamaño que su pequeño cuerpo; palabras nuevas para nosotros, términos médicos que no entendíamos, le habían diagnosticado mielomeningocele, una patología más conocida como “espina bífida”. Es decir, su médula no había llegado a desarrollarse. La abuela y el papá viajaron con él a acompañarlo, mientras que yo conocí a mi chiquito una semana después cuando logré recuperarme de la cesárea. Ese reencuentro fue emocionante y ya hace casi 22 años que no nos volvimos a separar. Lejos de casa estuvieron casi un mes, un mes lleno de nervios, miedos, momentos de alegría con cada mejora, hasta que llegamos “a casa” donde lo esperábamos con mucho amor para darle”, recordó Marcela.

Sobre su infancia y los primeros pasos en el colegio, contó que  Juan “tuvo una infancia diferente pero no menos interesante. Concurrió al Jardín N° 905, donde egresó de preescolar. Luego siguió sus estudios en la Escuela N° 502, lugar donde aprendió muchas cosas, a todo esto sumándole muchas Clínicas, muchos médicos, cantidad de medicación, lo cual de a poco trataban de mejorar las dolencias que día a día aparecían. En menos de 15 años Juan ya había visitado más de 15 veces el quirófano. Hoy su vida son las artesanías. Es en su lugar, haciendo su trabajo que le encargan por su página de Facebook, y es muy responsable en eso. Desayuna, escucha su música y a trabajar en su artesanías. De por vida es su tratamiento así que seguimos visitando al neurólogo, y al quinesiólogo para hacer su rehabilitación, viene la enfermera a verlo y en casa lo acompaña Nataly su cuidadora domiciliaria que lo ayuda muchísimo”, destacó Marcela.

“Pero como dicen si Dios te quita una habilidad, es porque potencia otra; por eso creo que la fuerza que él no tiene en sus piernas Dios la colocó en sus manos con las cuales hace maravillas. Esta atracción por las artesanías se lo contagió su tío Abel, el cual tiene como hobby hacer trabajos en alpaca. Juan iba a ayudarlo por las tardes, allí de a poco comenzó a familiarizarse con distintas actividades, cortaba, pulía, trenzaba cuero y esto lo llevó a que cada día que pasaba se interiorizara más, hasta llegar a gustarle demasiado. También en El Vagón Cultural que está ubicado en la avenida Eva Perón y las vías del ferrocarril. Él l concurrió a varios cursos donde se le enseñó a trabajar en macramé, mosaiquismo y así de a poco fue descubriendo su pasión por las artesanías. Hoy realiza innumerables trabajos, como por ejemplo la confección de pulseras, tobilleras, cadenitas, llaveros, cuchillos, etc.,  de encargues que por redes sociales le piden (su Facebook es JCM Juan Cruz Molina). Entre toda su familia, sus tíos, sus primos y principalmente sus padres, tratamos de proveerle de los materiales para que Juancito siga desarrollando su talento”, mencionó emocionada su mamá.

Pero como todos los jóvenes Juan tiene un sueño. Juan Carlos Molina (su papá) contó a La Vanguardia que “Juancito sueña con tener su propio Taller de Artesanías. Aquí en casa tenemos y hemos acondicionado  un espacio bastante grande donde la idea es construirle algo tipo tabique con algún material de vidrio templado o algo tipo blindex o no sé, algún material grueso y  transparente con una puerta adaptando el lugar a sus necesidades y que a él le permita tener su lugar de trabajo cerrado y además disfrutar la vista hacia la calle. Él no pierde la esperanza de cumplir su sueño pronto. Mi trabajo es como tractorista en el campo y mi esposa ama de casa y aunque sabemos que esos materiales son caros siempre toda la familia trata de darle lo mejor para que él se sienta feliz, sobre todo sus papás y su hermano, así que veremos cómo podemos lograr cumplirle este sueño a nuestro hijo”, se esperanzó Juan.

Enorme enseñanza

“Para nosotros Juancito, como lo llamamos todos, nos dio una enorme enseñanza que es la de disfrutar de las pequeñas cosas, sabiendo que Dios le da las batallas más importantes a sus mejores soldados y él es un guerrero con todas las letras que día a día, a pesar de sus dificultades, trata de salir adelante. Lo amo y siempre será así”, resumió Marcela.

Mielomeningocele

Según la Sociedad Argentina de Pediatría los defectos del tubo neural constituyen un grupo de malformaciones congénitas causadas por la falta de cierre del mismo en etapas muy tempranas del embarazo. Las dos formas más comunes, Anencefalia y Mielomeningocele, pueden respectivamente causar la muerte en los primeros días de vida, o producir invalidez permanente. Los defectos del tubo neural constituyen la segunda causa de malformaciones congénitas. Se ha demostrado a través de evidencia científica dice la SAP, que si la mujer consume ácido fólico en dosis adecuadas durante al menos tres meses antes de la concepción y 3 meses después, el riesgo de que un bebé sea afectado por estas malformaciones disminuye en ocasiones hasta en un 75%.

Cómo comprar sus artesanías

 

Facebook JCM Juan Cruz Molina

 

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