Por otro lado, Radizza es categórico al señalar que el mayor reto de la industria no es desarrollar tecnología nueva, sino lograr que el productor la adopte. “Hoy entregamos sembradoras, pulverizadoras y tractores con tecnología que muchos clientes no usan. ¿Y cómo lo sabemos? Porque las máquinas están conectadas. Y algunos piensan: ‘Yo hace 40 años que cosecho, ¿qué me va a enseñar una computadora?’ Pero cuando comparamos el resultado, se sorprenden.”
Sobre la baja de precios que hizo la empresa esta semana por segunda vez en seis meses, aseguró que el foco de la compañía es ayudar al productor a ser más eficiente, rentable y sustentable. “Queremos bajar las barreras que impiden acceder a la tecnología. Nuestro propósito es que el cliente sea más productivo. Estamos convencidos de que el camino es la agricultura digital.”
Otra de las empresas que anunció una baja de valores en sus productos fue Indecar. Gastón Ricardo, titular de la empresa situada en Carmen de Areco, explicó que uno de los factores clave fue la posibilidad de importar componentes directamente desde el exterior, sin necesidad de intermediarios.
“Antes yo le compraba esos insumos a un importador local, hoy los traigo directo de China, India o Estados Unidos. Eso hizo que bajáramos mucho el costo de la máquina y automáticamente bajamos los precios”, señaló.
El impacto es concreto: “En Expoagro bajamos hasta 70.000 dólares por máquina. Y ahora, para Agroactiva, volvimos a bajar otro 30%. En promedio, tenemos una reducción del 40 al 42% respecto al año pasado”, especificó.
Uno de los ejemplos más gráficos es el de las cubiertas agrícolas: “En febrero pagué en Argentina una cubierta a $284.000. Esa misma cubierta, en China, me salió 90 dólares. Puesta en Rosario, 126. No fui a matar al proveedor nacional, fui a matar al intermediario. Eso bajó nuestros costos y hoy somos más competitivos”, afirmó.
En este contexto, explicó que la firma duplicó su producción respecto a años anteriores y por primera vez en décadas, debieron implementar un régimen de doble turno para poder cumplir con la demanda. “Estamos trabajando en la fábrica en doble turno, nunca en la historia de Indecar pasó. Es un problema lindo: no estamos dando abasto”, asegura Ricardo, entusiasmado, pero también realista ante el nivel de exigencia.
El empresario vincula esta explosión productiva con el nuevo contexto macroeconómico: “Gracias a políticas de gobierno como un dólar estable, hoy podemos planificar, hacer estrategias a largo plazo. Y eso cambia todo”, señaló.
Ricardo destacó que, con una economía más previsible, es más sencillo ofrecer financiamiento en condiciones claras. “Hoy, si le vendo una máquina a un productor en soja o dólares para el año que viene, sé exactamente lo que voy a recibir. El año pasado era una lotería: o te salvabas o te hundías”, ejemplificó.
Indecar ya exporta a Uruguay y Paraguay, y está abriendo mercado en Bolivia. Brasil es su gran objetivo, pero lo encara con cautela: “Es un monstruo. ¿Puedo llegar con la fábrica que tengo hoy? No. Me van a tapar en dos segundos. No quiero quedar mal. Voy a ir de a poco, pero quiero entrar, dentro de unos años”.
Otro de las firmas nacionales que está en franco crecimiento es Súper Walter. Su titular, Adrián Scarpeccio, hizo un balance positivo de la primera parte del año y apuesta a un segundo tramo del año con buenas perspectivas para la venta de sembradoras de grano grueso. Según el titular de la firma con base en Las Parejas, Santa Fe, “hubo cosecha, en algunas zonas más floja, pero en general muy buena”, y eso, sumado a la necesidad de renovación tecnológica, genera un buen escenario de negocios. “Hay líneas de crédito accesibles, la gente necesita ir renovando sus máquinas”, apuntó.
Scarpeccio destaca que el primer semestre fue positivo, comparado con 2023, y que se cumplió con las metas comerciales previstas:
“En estos días estamos entregando las últimas máquinas de grano fino, y ya tenemos más de 60 días de demora con las de grano grueso, lo que muestra el nivel de demanda que arrastramos desde los últimos meses”.
En ese contexto, reconoció que Expoagro fue una sorpresa positiva, especialmente por las condiciones financieras disponibles en ese momento. “Tuvimos una línea de crédito muy accesible gracias al Banco Nación y al Banco de Santa Fe. En esta nueva feria las tasas están un poco más caras, pero igual el productor va a seguir apostando”.
Una de las fortalezas que más remarca el titular de Súper Walter es la capacidad de personalización de su maquinaria. “Tenemos un abanico de productos muy amplio, con sembradoras de distintos modelos, tipos de transporte, configuraciones. Le armamos la máquina a gusto del cliente, como si fuera un traje a medida. No trabajamos con series”.
Esa estrategia, dijo, es clave para diferenciarse en un mercado donde comienza a asomar la competencia externa: “Ya hay máquinas importadas brasileñas en esta feria, a precios inferiores. Nos obliga a ser más competitivos y salir a buscar nuevos proveedores”.
En este sentido, tras la apertura de la economía, sostuvo que encontraron proveedores con diferencias de precio importantes.
Por último, Alberto Gaviglio, presidente de Akron, coincidió que el presente año es mejor que el año pasado “después del susto que pegó la sequía y los calores de enero”. El presidente de la firma cordobesa remarcó que si bien la producción respondió bien, los precios no son del todo compensatorios y eso condiciona el ritmo de toma de decisiones por parte del productor. “Hoy, con inflación decreciente y tasas positivas, el productor está muy prudente antes de cerrar un negocio. Estudia todo con más detalle”, explicó.
A pesar de este contexto, Akron viene registrando un crecimiento importante. “En maquinaria estamos vendiendo un 50% más en este primer semestre respecto al mismo período del año pasado. Además, sumamos nuevos productos como drones agrícolas DJI y palas cargadoras para movimiento de suelos, lo que amplió nuestra oferta”, destacó.