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Los síntomas y medidas de prevención

Mejillas rojas: por qué esta primavera hay un brote de un virus que afecta a los más chicos

Redacción Vanguardia

En jardines y colegios se repiten los casos de la quinta enfermedad.
Según los especialistas, por efecto de la pandemia estas virosis se están dando ahora en edades más tardías.

 

 

“En el aula de mi hija mayor hay muchos casos y, por lo que estuve hablando con otros padres, también en varios jardines”, advierte Carolina en un grupo de WhatsApp. “Mi hija de 5 años se lo agarró en agosto. Mocos y mejillas coloradas. Pensé que era por la piel atópica hasta que le salieron las manchas y recién ahí su pediatra me dio el diagnóstico”, postea Florencia en Instagram. Los casos proliferan por doquier.

La quinta enfermedad o eritema infeccioso es una patología típica de la infancia que afecta preferentemente a niños en edad preescolar y escolar. Es producida por el virus parvovirus B19 (vale aclarar que no es el mismo que afecta a perros y gatos) y suele prevalecer en primavera. Sin embargo, en las últimas dos semanas, se incrementaron los casos en guardias y consultorios pediátricos. Los médicos están viendo el cuadro a diario. Así lo advierten los especialistas consultados. ¿Por qué hay un brote?

Gabriela Marín, jefa del Servicio de Alergia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez; Lucila Fernie, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital Británico; Fabiana Pena, pediatra neonatóloga especialista en desarrollo infantil; y Celeste Celano, jefa de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros nos dan todas las respuestas.

 

Todas las expertas coinciden en que el patrón viral se modificó a partir de la pandemia y del cambio climático por lo cual, desde el 2022, los “bichos” presentan un comportamiento diferente.

Pena señala que tras el Covid, hubo un desbalance en cuanto a la preponderancia de los virus y bacterias en el ecosistema. “Algunos están emergiendo en diferentes temporadas y con mayor virulencia, afección y grado de contagio”, indica. La quinta enfermedad no es la excepción.

“Debe tenerse en cuenta que hay niños que no adquirieron esta infección debido al aislamiento que hubo en la pandemia y esto generó que haya más casos de lo esperable en edades un poco más tardías que las habituales”, subraya Marín.

¿Cómo se contagia? Básicamente, a través de secreciones nasales y de las gotas de saliva. Incluso, luego de toser o estornudar, el virus puede permanecer sobre las superficies y así convertirse en otra vía de transmisión. El diagnóstico es clínico y los síntomas pueden tratarse con analgésicos, antipiréticos y, en caso de picor, con antihistamínicos.

“Es de curso benigno, no tiene una vacuna específica ni es de denuncia obligatoria. Pero hay casos que merecen atención, como el de los chicos inmunosuprimidos o con enfermedades hematológicas y el de las embarazadas porque se puede transmitir al feto durante la gestación o en el parto y así generar complicaciones”, advierte Celano.

 

Síntomas y prevención

La infección con el virus parvovirus B19 suele estar precedida por un catarro inespecífico, ya sea con o sin fiebre. Tras un tiempo de incubación de 4 a 14 días, sigue un período con fiebre variable y catarro leve que se extiende entre 3 y 4 días. Luego, aparece el famoso rash maculopapular asimétrico en encaje o parcheado (alteran manchas rojas con pálidas) y el característico signo de la bofetada: mejillas muy rojas y de color brillante.
Al aparecer este signo, es decir, cuando se brota, el niño ya no contagia (lo cual venía haciendo aproximadamente en los 7 días previos) pero la erupción puede extenderse a otras áreas del cuerpo, como brazos y piernas.
 

“La lesión en la piel puede desaparecer y reaparecer ante la exposición solar, la realización de actividad física, después del baño o frente a una situación de estrés. Esto no constituye ningún signo de alarma”, aclara Fernie para prevenir la preocupación de padres.

Y menciona que lo difícil es prevenir esta enfermedad porque contagia más antes del brote, cuando los síntomas son inespecíficos. Es que al ser viral, da síntomas parecidos a la gripe en el inicio: leve resfrío, dolor de cabeza, de garganta y decaimiento.

El lavado de manos y la higiene de las superficies que los chicos puedan tocar son primordiales a la hora de prevenir esta patología. Aunque también pueden adoptarse conductas como, por ejemplo, tener una ventilación cruzada en los espacios cerrados y fomentar una alimentación saludable para fortalecer el sistema inmunológico.

 

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