La celebración de la Navidad en Balcarce trajo consigo un aumento notable en el uso de pirotecnia sonora, a pesar de los esfuerzos del Municipio y la ONG AmpliarAbrePuertas para concienciar sobre sus riesgos. Después de la medianoche, varios barrios se vieron envueltos en explosiones que, lejos de ser celebratorias, evidencian un problema de salud pública y falta de empatía.

En respuesta a esta situación, las autoridades locales intensificarán las acciones de prevención hasta el 31 de diciembre, momento en el que el uso de pirotecnia suele multiplicarse. Se busca, de esta manera, disminuir la cantidad de explosiones sonoras que afectan tanto a personas como a animales.

El uso de pirotecnia durante las festividades está asociado con graves riesgos para la salud auditiva. Aunque comúnmente se vinculan con celebraciones, los niveles de ruido generados pueden causar lesiones inmediatas e irreversibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.000 millones de jóvenes están en riesgo de sufrir daños auditivos permanentes debido a prácticas de escucha inseguras. Una única exposición a sonidos extremadamente fuertes puede dañar las células del oído interno.

Este problema es aún más preocupante para personas con trastornos del espectro autista y adultos mayores con enfermedades neurocognitivas, quienes suelen mostrar signos de ansiedad ante los estallidos. Además, las mascotas son especialmente vulnerables a los efectos de la pirotecnia. Los estudios veterinarios indican que su sensibilidad auditiva es considerablemente mayor que la de los humanos, lo que convierte el estruendo de los fuegos artificiales en una amenaza que no solo perturba, sino que también puede dañar su capacidad auditiva.

La combinación de estos factores, vale decir, subraya la necesidad de seguir promoviendo alternativas más seguras y respetuosas, tanto para la comunidad como para el bienestar de los animales.