En los últimos días, la ciudad de Balcarce ha sido escenario de un creciente número de denuncias relacionadas con la utilización de pirotecnia sonora. Los vecinos han expresado su preocupación por el uso de bombas de estruendo en diversos puntos de la localidad, lo que ha generado un clima de inquietud y malestar.

Cabe recordar que la Ordenanza Nº 152/2017 prohíbe, a través de su artículo 4º, la pirotecnia sonora en todos los espacios públicos y la vía pública del Partido de Balcarce. Esta normativa abarca artefactos aéreos, voladores o de piso, sean de venta libre o no, según lo establecido por la Ley 20.429. Además, el artículo 5º de la misma ordenanza extiende la prohibición a toda clase de artefactos pirotécnicos, incluyendo aquellos de efectos audibles, lumínicos y fumígenos, en zonas rurales, serranas, reservas naturales y localidades como Villa Laguna Brava y San Agustín.

Desde el Municipio se ha enfatizado la importancia de respetar estas regulaciones, especialmente considerando el impacto emocional que los ruidos intensos pueden provocar en personas con discapacidad, en particular aquellas con hipersensibilidad auditiva, así como en animales y mascotas. Un reciente relevamiento en la ciudad ha puesto de manifiesto que numerosos vecinos que viven cerca de canchas de fútbol sufren considerable malestar debido a la pirotecnia sonora.

Según un informe de Radio Líder, actualmente no hay locales habilitados en Balcarce para la venta de pirotecnia sonora. Los habitantes que tengan información sobre lugares donde se comercializan estos productos pueden presentar denuncias al 103. Inspectores del área de Inspección General realizan operativos diarios en respuesta a las denuncias recibidas. En caso de comprobarse la venta o uso de pirotecnia, el Municipio puede proceder a la clausura preventiva del local y aplicar multas a través del Tribunal de Faltas si el incumplimiento ocurre en el ámbito público.

Sin embargo, fuentes consultadas por Radio Líder han señalado que existe una zona informal o ilegal de venta de pirotecnia, a la que los controles no logran acceder, ya que muchas compras se realizan por Internet o en ciudades cercanas. Esta situación plantea un desafío adicional en la lucha por el cumplimiento de la normativa vigente y la protección de la comunidad.