En los últimos meses, Balcarce ha sido testigo de un preocupante aumento en los delitos de menor cuantía, conocidos popularmente como "robo hormiga". Este fenómeno delictivo, que afecta a numerosos comerciantes de la localidad, se caracteriza por la sustracción de productos de bajo valor, que van desde un paquete de yerba hasta una prenda de vestir o un perfume. Sin embargo, lo más alarmante es que, en su mayoría, estos hechos no son denunciados ante las autoridades.

El modus operandi de los delincuentes es astuto y se basa en el uso de distracciones para llevar a cabo sus robos. La escena se repite en diferentes establecimientos: un delincuente finge interés en realizar alguna compra, mientras disimuladamente oculta productos en su vestimenta. Aprovechando la distracción del personal, logra salir del local con artículos que, en conjunto, pueden representar una significativa pérdida para los comerciantes.

Recientemente, se han documentado varios casos que ilustran esta problemática. Por ejemplo, en un local de Napaleofú, se observó a dos hombres robando una botella de Fernet, mientras que en una farmacia, una mujer se llevó un perfume sin que nadie se percatara. En otra ocasión, un joven fue visto escondiendo paquetes de fideos y una mayonesa en su campera. Estas imágenes, que han circulado en redes sociales, han puesto de manifiesto la frecuencia y la audacia de estos robos, que parecen estar en aumento.

Los comerciantes, que sufren en carne propia este flagelo, han comenzado a hacer públicas sus propias grabaciones de video vigilancia, evidenciando el accionar de los "mecheros". La mayoría de los negocios, conscientes de la amenaza, han implementado sistemas de seguridad para tratar de mitigar el impacto de estos delitos. Sin embargo, la frustración crece a medida que las pérdidas se acumulan.

En particular, los pequeños comercios ubicados en barrios periféricos han adoptado medidas inusuales para protegerse. Algunos han optado por atender a sus clientes a través de la ventana, tanto de día como de noche, como forma de prevenir el ingreso de delincuentes. Este comportamiento refleja el clima de inseguridad que se ha instalado en zona consideras "más peligrosas".

Fuentes consultadas por La Vanguardia han señalado que muchos propietarios de locales ya consideran estos robos como "pérdidas inevitables". La suma de pequeños hurtos puede parecer insignificante en un primer momento, pero al final del mes, estas pérdidas pueden representar un porcentaje considerable de la facturación. La impotencia se hace evidente entre los comerciantes, quienes afirman que, en muchas ocasiones, prefieren no denunciar los robos. "Tardo más y la paso peor que el que me robó", expresó uno de ellos, reflejando la frustración que sienten ante un sistema que parece no ofrecer soluciones efectivas.

El fenómeno del robo hormiga no solo afecta a los comerciantes, sino que también tiene repercusiones en la economía local. La percepción de inseguridad puede disuadir a los clientes de visitar ciertos negocios, lo que a su vez impacta en las ventas y, en última instancia, en la sostenibilidad de estos comercios. Además, la falta de denuncias significa que las autoridades carecen de información precisa sobre la magnitud del problema, lo que dificulta la implementación de estrategias efectivas para abordar la situación.

En resumen, el robo hormiga en Balcarce es un problema creciente que afecta tanto a los comerciantes como a la comunidad en su conjunto ya que, aunque "menores", constituyen un clima de indefensión ante este tipo de hechos.