La tensión en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha alcanzado un nuevo pico en los últimos días, tras la decisión del gobierno nacional de abrir una convocatoria a retiros voluntarios. Esta medida ha generado una reacción inmediata del gremio de trabajadores del organismo, APINTA, que denuncia una estrategia del gobierno que apunta al vaciamiento del INTA.

En Balcarce, donde se han comenzado a implementar estos retiros, Leandro Cambareri, líder regional del gremio, expresó su preocupación por la dirección de esta medida. “Apuntan a la gente joven y eso es inadmisible. Estamos hablando de investigadores que están a cargo de proyectos muy importantes”, afirmó. Cambareri destacó la relevancia del INTA en la región, que abarca más de cuatro millones de hectáreas distribuidas en más de diez partidos del sudeste y centro de la provincia de Buenos Aires. Además, subrayó el papel crucial del organismo en la vinculación con universidades y el sector privado.

El INTA Balcarce, con más de 50 laboratorios y un equipo de más de 600 profesionales y técnicos, es un pilar fundamental para el desarrollo agropecuario y tecnológico de la región. Sin embargo, la reciente resolución del gobierno, que prorroga hasta el 4 de noviembre el formato de retiros voluntarios, ha intensificado las preocupaciones y la incertidumbre entre los trabajadores.

La situación, aseguran, se torna crítica, y los empleados del INTA manifestaron su descontento ante lo que consideran una amenaza a la estabilidad y al futuro del organismo.