En junio pasado, el PAMI implementó un ajuste en su vademécum, eliminando 11 de las 167 moléculas farmacológicas con cobertura al 100%. A mediados de septiembre, la situación se agravó con el recorte de otras 44 drogas, lo que representa una reducción de un tercio en la disponibilidad de medicamentos gratuitos para los afiliados.

 

Desde la obra social de los jubilados, se ha informado que quienes necesiten un medicamento no incluido en la nueva lista pueden tramitar un subsidio social o una vía de excepción. Sin embargo, jubilados de Balcarce han denunciado la complejidad y lentitud del proceso, enfrentándose a la falta de respuestas a sus solicitudes. Muchos han recurrido a la Defensoría del Pueblo local para elevar sus quejas.

 

Profesionales de la salud consultados por La Vanguardia describen la situación como "un drama cotidiano" para aquellos jubilados que dependen de medicamentos recetados. “Frente a este panorama, los jubilados tienen que elegir si comen o compran remedios”, comentó un especialista del sector.

 

Ante esta problemática, el Concejo Deliberante de Balcarce ha solicitado la revisión de los recortes mediante un proyecto de comunicación presentado por el oficialismo, buscando una solución que garantice el acceso a los tratamientos necesarios para los jubilados de la localidad.