En Italia fue fundada en 1889. La Dante Alighieri de Balcarce se creó hace décadas en la Asociación Italiana. Hoy funciona con un programa de variadas actividades.

 

Es más de un siglo de funcionamiento de la Societá Dante Alighieri, que nació en Roma para “tutelar y difundir la lengua y la cultura italiana en el mundo”. En aquel momento se acordó que para avanzar en ese camino –“difícil, pero extraordinario y fascinante”, se dijo- una premisa era fortalecer los lazos espirituales de los emigrantes en el exterior con 

la patria y fomentar el amor por la cultura italiana. La Dante fue creada por un grupo de intelectuales encabezado por Giosué Carducci y pasó a ser un ente jurídico en 1893, cuatro años después de ese nacimiento se explica hoy en la sede argentina de la Asociación, con asiento en Buenos Aires. Son 60 los países a los que ha llegado esta organización ofreciendo la posibilidad de abrazar idealmente la belleza de la cultura. Esa labor es cumplida a través de 500 “comitati”, de los cuales hay alrededor de 400 en América, Europa, África, Asia y Oceanía. Son diversas las actividades, además de la enseñanza del idioma madre. Desde la entidad, se sintetiza esta misión con cinco palabras: “Italia comienza en La Dante”. En nuestra ciudad -como en otras del territorio argentino- fue la Asociación Italiana de Socorros Mutuos donde surgió la inquietud de que Balcarce contara con una delegación de la entidad que, en el mundo, difunde la lengua y la cultura de la península. Fueron impulsores de esa iniciativa entre otros Horacio Sansosti y Alcibíades Lázzaro, descendientes de italianos y en el tiempo en que Luciano Vallotto era presidente de la Asociación, cargo en que se desempeñó durante varios años.

 

Cumplidos los estudios en la Dante de Balcarce una opción es la de acceder a la obtención del diploma PLIDA, que es un título extendido por la Societá de Roma tras los correspondientes exámenes. “Nosotros a los alumnos adultos que dan las pruebas finales les otorgamos el certificado de la Asociación”, señalan. Comentan que con el paso de los años se mantiene la matrícula. “Se ve también que continúan asistiendo alumnos a través del tiempo y si bien muchos tienen apellidos italianos, hay otros cuyos nombres no son de origen, pero si son descendientes de inmigrantes que llegaron de allá”, explican. Son variadas las actividades que se llevan a cabo desde la primera semana de abril hasta la última de noviembre de cada año. Una es el taller de conversación que no integra el programa regular de clases. Otra se desarrolla en octubre  –al igual que en todas las Dante- con  actos en el marco de la denominada Semana Italiana.

 

 

La primera entidad privada de Balcarce

La Asociación Italiana

 

La fundaron en 1880 inmigrantes que, en aquel tiempo, necesitaban una agrupación para unirlos y les brindara los denominados “socorros mutuos”.

 

Forma parte de la historia de Balcarce casi desde la fundación del pueblo en junio de 1876. Tan es así que la actual Asociación Italiana fue creada cuatro años después y, desde entonces, es la entidad privada más antigua. Como se ha escrito muchas veces, los inmigrantes llegados desde la península decidieron dar ese paso unidos por el sentimiento patriótico y queriendo conservar hacia adelante sus tradiciones. Algo muy importante fue además en aquel tiempo organizar un sistema social de protección. A eso se llamaba “socorros mutuos”, palabras que fueron incluídas en la denominación oficial de la agrupación. Algo más de dos décadas antes de esa unión en San José de Balcarce, siete italianos que habían entrado clandestinamente al país marcaron ese camino en la ciudad de Buenos Aires. Allí pusieron en marcha Unione y Benevolenza, una asociación mutual y también de instrucción. Tuvo dos padrinos célebres: Garibaldi y Mazzini.

Señala Carlos Alberto Segura en su libro “Balcarce, una mirada sobre mi pueblo” que aquí las conversaciones iniciales se escucharon en la noche del 27 de junio de 1880 en una confitería que se llamó De las Damas. Vecinos conocidos y con apellidos que han perdurado mucho tiempo fueron los componentes de una primera comisión provisoria elegida ese día: Vicente Molinari, Serafín Viglizzo, Tomás Colomani y Elías Sani. Ellos estudiaron el futuro estatuto. 

Pocas semanas más adelante se hizo una asamblea general en la que participaron casi todos los italianos que estaban en la zona, dice Segura. Ese 18 de agosto se formó la comisión directiva definitiva, cuyo primer presidente fue Juan Bautista Michiello, otro vecino que historiadores han mencionado por su participación activa en la vida de aquella población.

Hay al respecto un dato interesante aportado por la profesora María Clelia Cano de Nogueira, nacida en Balcarce. En su capítulo sobre la distribución de la tierra en el libro de la Universidad Nacional de La Plata referido a nuestro partido, apuntó que al año siguiente de la fundación la Corporación Municipal decidió la primera venta de solares. Mediante un remate se ofrecieron nueve terrenos, dos de los cuales compraron italianos: Viglizzo y Michiello. 

Tras aquella creación de la entidad hubo una división antes del nuevo siglo y que se prolongó varios años, lográndose finalmente la anhelada fusión de los dos sectores en 1919. Dos años después la Asociación Italiana Filantrópica Unida obtuvo su personería jurídica con la comisión directiva presidida por Vicente Mancino.

 

UN REPASO DE HECHOS

En esta larga trayectoria hubo iniciativas, además de proyectos que se lograron concretar y que cabe apuntar. En 1882 –al poco tiempo de la creación de la entidad- murió Giuseppe Garibaldi, militar y político que combatió en Sudamérica en defensa de ideas de libertad y que en su tierra natal peleó por su unificación. Los italianos en Balcarce hicieron entonces oficiar un funeral al que asistieron miembros de la Corporación Municipal.

En 1895 se construyó un panteón en el cementerio municipal, que años después fue reformado y ampliado. A Garibaldi se lo recordó con otros dos homenajes: la imposición de su nombre a la calle 15 mediante una ordenanza de la comuna en 1920 y el descubrimiento del monumento en avenida Gonzales Chaves y esa arteria.

Esta colectividad, como se sabe, tiene mucha importancia en el desarrollo de la producción papera de nuestro partido. En alguna edición de El Liberal se puntualizó que la llegada de inmigrantes de ese origen –especialmente de Capri y Nápoles- fue creciendo alrededor de 1880, siguiendo en décadas siguientes.

Esa presencia italiana también aumentó luego de las dos guerras mundiales del siglo 20, arribando a esta ciudad familias cuyos miembros fueron incorporándose a la vida de nuestra comunidad con desempeños en distintas tareas laborales. En la Asociación nació además la Dante Alighieri impulsada por un grupo de socios y que hoy cumple su cometido en forma independiente presidida por Roxana Meschino, a quien acompañan vecinas interesadas en la difusión de la cultura italiana.