Se trata de un hombre de 31 años nacido en Salta que estuvo detenido en el Penal de Batán, pero que en la actualidad está libre. Se presentaba como locutor en una radio trucha de Balcarce y así consiguió contactarse con la víctima. En la causa, que se tramita en la Fiscalía Descentralizada, se analizaron los teléfonos y computadoras y se espera el informe final. Le imputan los delitos de estupro y rapto.

En el mes de febrero pasado, la opinión pública en Balcarce se conmovía por el rapto y abuso de una chica de 15 años por parte de un hombre de 31 que había llegado a Balcarce desde el norte del país. Tras varias horas de haberse denunciado su desaparición, la subDDI de Balcarce, a instancias de la Fiscalía Descentralizada y en un rápido y efectivo operativo, detuvo al sospechoso acusado de mantener cautiva y menoscabar la integridad sexual de la víctima. Aquella medida judicial fue dispuesta por el Juez de Garantías de Mar del Plata, el doctor Juan Francisco Tapia, a pedido del fiscal Rodolfo Moure, y se fundó en los elementos de prueba reunidos por la policía en la investigación por la búsqueda del paradero de la joven. El hombre fue detenido y acusado de rapto y estupro -delito que consiste en tener una relación sexual con una persona menor de edad, valiéndose del engaño o de la superioridad que se tiene sobre ella-. Cabe señalar que el estupro tiene una pena que va de 3 a 6 años y es excarcelable, según el Código Procesal Penal. Por eso, el imputado luego –ya con el proceso judicial en marcha y avanzado- recuperó la libertad otorgada por el Juzgado de Garantías en turno de Mar del Plata.

El hecho. La menor, según declaró su madre, desapareció en el transcurso de la noche del 11 de febrero de su vivienda de calle Maipú y 21, sin motivo aparente. “La investigación pudo determinar que un individuo de 31 años, oriundo de Salta –el imputado- quien se desempeñaba como “locutor” en un programa de radio, había captado la atención de la menor por la red social de Facebook. Con el paso del tiempo, el locutor logró generar confianza en la joven, hasta que pudo entablar una relación de tipo afectiva. Abusando de la inexperiencia de la niña, la terminó induciendo a que se fugara de su domicilio y así abandone el hogar materno. Fue así que, previo a idear la maniobra, pasó a buscar a la niña por su domicilio, mientras que la víctima -siguiendo las indicaciones del hombre- simuló su cuerpo debajo de las sábanas de su cama y se fugó del hogar por una ventana. La joven fue entonces raptada y llevada a una vivienda de alquiler temporario en la calle 15 N° 810, donde el acusado privó de su libertad y menoscabó la integridad sexual de la joven.

La búsqueda. En el contexto del operativo de búsqueda de la menor desplegado a raíz de la denuncia de la madre y siguiendo el protocolo de búsqueda de personas desaparecidas, una comisión policial se presentó en la casa del individuo, quien era conocido en Balcarce por su “alias” y no por su nombre real. Aquella noche, la policía revisó la vivienda pero no halló a la joven, lo que sumaba más misterio e incertidumbre al caso que mantenía en vilo a la familia y a la ciudad. Luego se pudo establecer que, al arribo del móvil policial, el locutor escondió a la niña en una parte en construcción de la finca a la que sólo se podía acceder por un pequeño ventiluz del baño, lo que hizo suponer a los investigadores que la joven, en efecto, no se hallaba allí y que podría haber escapado, pero a esa altura –vale decir- se desconocía absolutamente su paradero.

El encuentro. Luego de varias medidas, la pesquisa avanzó, y se requirió a la Asociación Socorristas Voluntarios de Balcarce, la activación de la unidad K-9 de búsqueda de rastros específicos. Es así que el can de raza Bloodhound “Reina” que se encuentra adiestrada para buscar un olor de referencia y seguir su rastro, realizó la búsqueda de la niña desaparecida, a la vez que varios miembros del cuerpo de voluntarios Socorristas, colaboraron con la búsqueda junto a la subDDI Balcarce. “Reina” indicó reiteradamente que el rastro de la niña llegaba hasta esa vivienda, marcando además parte del recorrido realizado cuyo rastro se desvaneció en inmediaciones de la plaza Libertad. Simultáneamente, y alertados por un vecino que vio saltar por los fondos de su vivienda a la joven, otra comisión policial de la EPC, pudo encontrar a la menor que escapaba de la vivienda del sujeto sospechado cerca de la plaza céntrica, el mismo sector marcado por el can.

El caso. Posteriormente, en dependencias de la subDDI Balcarce, las operadoras del Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, realizaron una entrevista preliminar de la joven rescatada, de cuyo contenido y evaluando además el resultado de las tareas investigativas realizadas y los elementos secuestrados en el allanamiento, como también los rastros hallados por la Policía Científica, el doctor Ramiro Anchou –fiscal interino en aquel momento-, se dispuso la aprehensión del sospechoso.

La declaración. Teniendo en cuenta que se trata de una menor de edad, muchos datos de la causa –particularmente los vinculados a las testimoniales- permanecen en reserva y no pueden ser publicados. Sin embargo, La Vanguardia pudo saber en fuentes judiciales que el imputado cuando declaró durante la instrucción negó haber abusado de la víctima y respondió a la acusación diciendo que era “inocente”. Ahora, la Fiscalía trabaja para poder concluir la fase preliminar de la investigación y luego elevar la causa a juicio.

El “locutor” estuvo detenido en la Unidad Penal 44 de Batán. Ahora, se confirma que recuperó la libertad días después de haber sido detenido –el 17 de febrero, a instancias del Juzgado de Garantías N° 4-, y así, en esa condición, confirman ahora, aguardará el avance de la investigación, mientras que la víctima permanece al cuidado de su familia y con tratamiento psicológico. Cabe señalar que la Fiscalía tiene desde el momento de la declaración indagatoria un plazo de cuatro meses –se pueden prorrogar si el fiscal así lo considera- para resolver la elevación a juicio oral donde, si se prueban y acreditan los hechos, el imputado podría recibir una condena que podría llegar a los 10 años.