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Del archivo de LV: Kraglievich: siempre enfrente de Uriburu

Redacción Vanguardia

 

Dos escuelas y una calle llevan el nombre del prestigioso científico nacido en nuestro Partido. El Rotary Club Balcarce inauguró el busto en 1991. Enfrenta al monumento de quien produjo el primer golpe de Estado en el país.

Lucas Kraglievich es considerado continuador de la obra de Florentino y Carlos Ameghino, el primero llamado “el padre de la arqueología argentina”. La obra del investigador nacido en nuestro Partido en 1886 –cuando la ciudad recién tenía diez años- mereció el reconocimiento no sólo de argentinos, sino también de parte de destacados científicos europeos y norteamericanos. Dedicado especialmente a los mamíferos, catalogó y enumeró más de 10.000 piezas fósiles para el Museo de Historia Natural de Buenos Aires, por citar parte de una obra de magnitud. Seguramente por esa relevante trayectoria y por tratarse del balcarceño de mayor prestigio en el ámbito de la ciencia, es que en su momento la Municipalidad identificó con su nombre una calle. Además, por esos méritos la Dirección General de Escuelas de la provincia lo impuso a la Escuela N° 34, y el Consejo Nacional de Educación Técnica dio esa denominación a la entonces Escuela Industrial, hoy de Educación Técnica N° 1. Finalmente, en el centro de la planta urbana está el busto en su memoria que inauguró el Rotary Club de Balcarce cuando, en 1991, llevó a cabo el programa de celebración del 50º aniversario de su creación. Es un homenaje permanente a la vista de todos y a poca distancia de las escuelas en las cuales se iniciaron la enseñanza primaria y secundaria en Balcarce. Asimismo, Lucas Kraglievich  se denominó la biblioteca que funcionó en el Club Social.

Contaron quienes le conocieron que nunca hacía gala de su saber, que era infinitivamente sencillo, bueno y cariñoso. “Un  hombre de bien” se escribió en alguna página del diario El Liberal sobre quien había nacido en “el campo de Lastegaray, cuartel IV del Partido”, hoy paraje El Gliptodonte, junto a la ruta provincial 55 rumbo a Coronel Vidal. Cuando se intenta conocer su vida sorprende que, tras la escuela secundaria en la Capital Federal, ingresa en la Facultad de Ingeniería donde avanza en los estudios de la especialidad mecánica, pero cuando sólo restaba que aprobara una materia para lograr el título abandona la carrera. Decide entonces dedicarse a su más auténtica vocación –los estudios paleontológicos-, mientras lee sobre filosofía, historia y geografía. Ha dicho Alfredo Castellanos, quien fue colega y amigo, que Kraglievich contribuyó “a levantar las columnas milenarias de la paleontología argentina para engrandecimiento del suelo donde nació”. Fue autor de más de 100 monografías. Durante 25 años –se ha apuntado también- fue fuente inagotable de una producción que compendió y publicó. Su labor ha sido elogiada y aprobada en el extranjero, mientras –señaló José Luis Muñoz- “las retribuciones económicas siempre fueron modestas”. Fue director interino del Museo de Buenos Aires en reemplazo de Carlos Ameghino y también se le ofreció la jefatura del Departamento de Paleontología del Museo de La Plata.  Además, presidió en dos períodos consecutivos la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales. Pero –escribió su discípulo Rodolfo Parodi en El Liberal- comenzó a sufrir con otros colegas un clima de hostilidad, hasta que de sus 32 trabajos entre 1928 y 1930 el Museo sólo publicó dos.

Años después la situación se fue agravando y en esa realidad ocho científicos presentaron cargos en la Justicia por el desprestigio de que eran objeto. Todo terminó con la renuncia colectiva, decidiendo Kraglievich marcharse a Uruguay donde ya había realizado investigaciones muy valoradas. Parodi agregó que con esa hostilidad imperante se le hizo imposible la continuación de trabajos. El director de la Fundación Féliz de Azara, Adrián Giacchino, apuntó que “tras años de sufrir penurias, injusticias y rivalidades en su país natal, se radicó en Montevideo en enero de 1931”. También se ha escrito que “fue objeto de persecuciones políticas por la dictadura de José Félix Uriburu” y en pensamientonacional.com se lee hoy que “Kraglievich eligió el amargo camino del destierro”.

Murió en marzo siguiente sin contar con bienes materiales y sus restos descansan en la Recoleta. En su Balcarce, el busto que lo recuerda enfrenta al monumento a quien produjo el primer golpe de Estado en el país, meses antes de aquel exilio.

La Escuela N° 34, en el paraje El Gliptodonte

En la tierra donde nació Lucas Kraglievich, ahora paraje El Gliptodonte, abrió sus puertas en julio de 1958 la Escuela N° 34 que desde 1963 lleva el nombre del paleontólogo. La creación del establecimiento respondió a una evidente necesidad de entonces en una amplia zona y pudo concretarse gracias al impulso de Héctor Kraglievich –hermano de Lucas-, quien incluso donó el terreno para la construcción del edificio.

 

Un busto, en los 50 años de Rotary Balcarce

El busto se descubrió al celebrarse el medio siglo de la entidad de servicio.

“La idea –recordó alguna vez el doctor Horacio Sansosti- fue de Domingo Scioli, que entonces era el presidente del club que ese año cumplía el 50º aniversario de su fundación”. Puesta así a consideración de los rotarios esa feliz iniciativa, hubo inmediato respaldo para llevar adelante el proyecto y rendir homenaje al balcarceño que tanto había trabajado por la ciencia en las primeras décadas del siglo. “Scioli se puso entonces en contacto con familiares de Kraglievich para comunicarles la intención de Rotary. Se buscaron fotografías y también se comenzó a conversar con la escultora Estela Trevino. Además de contar con la autorización municipal, otro tema de análisis fue buscar el lugar donde erigir el busto. Finalmente hubo consenso para ubicar la escultura en el lugar donde está, calle 18 y avenida Favaloro –ex Uriburu-, es decir un sector céntrico donde circula mucha gente y a corta distancia de dos escuelas con mucho alumnado”. Autoridades, familiares del paleontólogo, miembros de Rotary y otras entidades participaron en el acto de descubrimiento de la escultura.

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