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Dióxido de cloro: una sustancia peligrosa que puede llevar a la muerte

Redacción Vanguardia

 

Ninguna institución sanitaria del país lo reconoce como medicamento y advierten sobre los severos daños que puede causar en el organismo, incluso la muerte. El dióxido de cloro se usa como blanqueador y para descontaminar superficies industriales. La Asociación Química Argentina y la ANMAT lo definieron como un compuesto químico inorgánico “tóxico y letal”. La opinión de un médico y un ingeniero químico consultados por La Vanguardia.

En medio de la pandemia por el coronavirus, se instaló en la Argentina la polémica en torno al denominado dióxido de cloro. El tema se instaló en la agenda sanitaria después de que un nene de 5 años muriera en Neuquén por tomar ese compuesto en la supuesta búsqueda de los padres de una cura milagrosa contra el coronavirus. Esta formulación química: el dióxido de cloro, también conocido como "suplemento mineral milagroso" lleva años publicitándose como un “remedio” para muchas afecciones y enfermedades, cuando no lo es. El dióxido de cloro o sus derivados no son medicamentos, no tienen efectividad terapéutica y su consumo puede ser tóxico. Ahora que la pandemia del Covid-19 azota el mundo, vuelva a aparecer en escena como algo capaz de frenar los efectos del virus. Simplemente ingresando en las redes sociales, se pueden observar y compartir testimonios y videos de cómo usarlo. Sin embargo, la lista de peligros del dióxido de cloro es larga y diversas autoridades han lanzado contundentes advertencias contra su uso. Si bien en Balcarce no hay casos reportados de personas que lo hayan consumido, las consultas son muchas y de las más variadas. Fuentes consultadas por La Vanguardia en este sentido fueron determinantes al afirmar que el dióxido de cloro, solución al 28% de clorito de sodio en agua destilada, se usa básicamente como blanqueador y para descontaminar superficies industriales. El ingeniero químico Walter Glessi explicó ante una consulta de este diario que el dióxido de cloro "es un desinfectante comercial que en ningún caso debería ingerirse", indicó. “En esto siempre hay que ser muy cuidadoso porque son cuestiones muy sensibles en la interpretación de la gente, sobre todo cuando se habla desde un punto de vista científico o académico y no se vuelca correctamente una definición y eso puede ser muy peligroso. Los mecanismos que tiene el dióxido de cloro durante su uso son parecidos, por ejemplo, a lo que es un oxidante fuerte. Es un producto inorgánico que se usa en industrias, y en los tratamientos de agua. El dióxido de cloro es un gas disuelto en agua que te va a generar clorito y ahí estamos a un paso de lo que se llama cloro libre o cloro activo. También lo usan para blanquear ropa, para destruir carga orgánica, cuando vos tenes una planta de tratamiento de efluentes o cloacal  que tiene mucha materia orgánica  vos tratas de oxidar toda esa materia orgánica y se lo hace con el dióxido de cloro”.

Por otra parte, agrega el profesional que como el compuesto se usa en una planta de potabilización de agua puede ser ingerido y es un error. Ya que en las plantas el dióxido de cloro se neutraliza, se filtra y sólo queda un mínimo residual en partes por millón”. El dióxido de cloro puede conseguirse en cualquier química y es de fácil acceso. “Que haya gente consumiendo esto es un disparate. Hay que desalentar a la gente que lo consuma. Es como decir voy a empezar a tomar detergente porque me limpia por dentro”, resumió Glessi.

El doctor Fernando Islas, médico integrante del Comité de Enfermedades Respiratorias del Hospital Municipal, señaló a La Vanguardia que consumir dióxido de cloro puede tener efectos secundarios graves y potencialmente mortales. "Desde luego su efectividad contra el virus es nula, y puede ser muy perjudicial para la salud de una persona", afirma Islas. “Básicamente es como tomar lavandina. Produce irritación cuando lo tomas, gastrointestinal y esofágica, y puede provocar vómitos, con lo cual puede darse una bronco aspiración con la producción neumonías químicas. Después, hay que decir que la intoxicación por clorados hace que, además de la irritación, se produzca el desplazamiento del oxígeno de la hemoglobina –metaglobulina- que genera un stress respiratorio, falta de oxígeno en la sangre, y el paciente entra shock y muere. Cabe señalar que la intoxicación por clorados está descripta hace mucho tiempo, pero estas sustancias se ponen de moda en medio de pandemias como estas cuando no sirven para nada. Ni siquiera se puede hablar de “medicina popular”, esto no está avalado por nadie y es un peligro muy grande. Es todo parte de un comercio de gente inescrupulosa y lamentablemente esto en las pandemias suele aparecer. Son vendidas como soluciones mágicas que curan, cuando en realidad provocan todo lo contrario como la hidroxicloroquina, que se investigó y no tiene un solo aval para ser utilizada contra el coronavirus. Hablan de una droga milagrosa contra el tratamiento del Covid cuando no tiene efectos preventivos ni de tratamiento. Con el dióxido de cloro es peor, porque es una sustancia que se usa industrialmente y no es apta para el consumo humano”, enfatizó.

Todos los profesionales y organismos sanitarios advierten que las personas que lo consumen pueden experimentar eventos adversos graves como insuficiencia respiratoria, insuficiencia hepática aguda, ritmos cardíacos anormales y posiblemente mortales. Otras personas reportaron una rápida destrucción de los glóbulos rojos, algo que requiere una transfusión de sangre para curarlo, vómitos y diarrea severa. Muchas veces, quienes consumen este producto se demoran en buscar un tratamiento médico apropiado, lo que puede agravar la situación de esa persona.

En el inciso 1 del artículo 208 del Código Penal, tipifica como delito a quien, "sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare, prescribiere, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las personas, aun a título gratuito".

 

 El informe completo en la edición impresa de La Vanguardia.

 

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