Los postes de madera de la empresa Telefónica son una constante amenaza para los ciudadanos que transitan por las calles de la ciudad, ya que al ser de ese material terminan pudriéndose en sus bases y perdiendo la vertical rápidamente. Es un reclamo que viene de larga data en Balcarce. Varios postes se los puede observar inclinados, sostenidos por los cables y algunos directamente apoyados sobre los techos de las viviendas. Pero el problema mayor y más peligroso es que, ante los reclamos y quejas de la población, la empresa no responde y no realiza el control necesario para evitar situaciones no deseadas y accidentes. En ese contexto, un particular episodio se produjo durante la tarde del domingo 29 de enero cuando Alejandra Nieto junto a su marido circulaban en moto por calle Mar y Sierras, en dirección a la avenida San Martín, en el barrio “El Cruce”. Metros antes de llegar a la mencionada avenida, la pareja advirtió que los cables de teléfono estaban cayéndose para el lado de la calle, observando como el poste, que estaba metros más adelante, comenzaba a ceder y caerse. “Vimos cómo se cayó el palo y los cables que se nos venían encima. En ese momento mi marino clavó los frenos y luego nos caímos los dos, fue desesperante porque no sabíamos exactamente de dónde eran esos cables y si tenían electricidad o no”, expresó Alejandra. Luego de la violenta y brusca maniobra que debieron realizar con la moto para no atravesar los cables y evitar el poste, tanto Alejandra como su marido, quedaron inmóviles al observar como los cables de teléfono hacían contacto con los de alta tensión de electricidad, que estaban al otro lado de la calle, generando  chispazos y poniendo en riesgo sus vidas. “Realmente mi marido pensó que nos moríamos electrocutados, fue un susto muy grande”, dijo Alejandra.  

Otros casos.  La víctima de este episodio comentó además que no es la primera vez que sucede esto en el barrio. “Ese mismo poste ya se había caído anteriormente y la gente de la empresa lo volvió a colocar, además tengo otro poste a pocos metros de mi casa que está apoyado sobre una casa, y hace meses que estamos pidiendo que lo saquen o que lo apuntalen”, expresó Alejandra quien además advirtió que “la zona es muy transitada también ya que se encuentra la parada del colectivo y la garita correspondiente en el lugar”.  Alejandra sufrió heridas en sus brazos y piernas producto de arrastrarse sobre la tierra, luego de la caída, lo que le demandó varios días de reposo y la imposibilidad de ir a trabajar. “Voy a realizar la denuncia correspondiente en la comisaría porque necesito que este quede asentado, nos tocó a nosotros pero podría haber sido cualquiera. Es un peligro para los chicos que muchas veces andan jugando en ese lugar, ya que a una cuadra está la plaza del barrio”, explicó.