Existe una marcada tendencia a promover actos que constituyen verdaderas trampas mortales para los vecinos que todos los días salen a la calle a cumplir con sus tareas cotidianas. Desde hace un tiempo, cuentan, aparecieron situaciones que lejos de tratarse de bromas de mal gusto, significan riesgos hasta de vida para los vecinos que eventualmente caen en ellas. Un caso, curioso y muy peligroso, ocurrió la última semana y puso de manifiesto como este tipo de actitudes se multiplican como parte de una tendencia preocupante. Esta historia, y otras que confirman sucedieron paralelamente, tiene como protagonista a una joven que se desplazaba como todos los días en su bicicleta cuando de repente se topó con una soga, casi imperceptible a cierta distancia, que la hizo caer del rodado. El hecho ocurrió en 22 y 17 cuando Micaela cayó de la bicicleta en la que viajaba al intentar esquivar la soga colocada de lado a lado de la calle. La soga fue sujetada por desconocidos que aún no pudieron ser identificados por la policía comunal que ya tomó nota del hecho. La joven sufrió un corte en el cuello y golpes en varias partes del cuerpo. “Se creen bromistas, pero pueden provocar una tragedia”, se quejó un vecino de la zona ante una consulta de este diario. Preocupados por esta situación, también quienes residen en el barrio pidieron más controles y que se busque e identifique al responsable. El diario La Vanguardia se puso en contacto con la joven que sufrió el accidente y no sólo confirmó la noticia sino que dio detalles del episodio, aunque prefirió mantener en reserva su identidad. Según contó, el accidente ocurrió en la tarde noche del sábado en momentos en que ella cruzaba en bicicleta y sufrió las consecuencias de esa verdadera trampa mortal. “La soga estaba sujetada de un cable y de un arbusto en la vereda que ni siquiera llega a ser un árbol. Puede que hayan querido hacer una broma, pero pudo pasar cualquier cosa”, contó todavía sorprendida Micaela. 

 

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