El 18 de noviembre del año pasado, la subasta por 45 mil dólares de un Torino de Juan Manuel Fangio generó curiosidad en el ambiente de los autos clásicos. El auto fue vendido en Inglaterra y -curiosamente- fue comprado por un argentino radicado en Estados Unidos, Hernán Pelassini. Pero lo que comenzó siendo una curiosidad terminó convirtiéndose en una llamativa seguidilla de remates, con cada vez más autos de la familia del Chueco que salen a la venta. La mayoría de las subastas están siendo organizadas por la misma casa de remates: la inglesa Silverstone Auctions, según publica la página especializada Autoblog. El mismo sitio expresa que “voceros de la firma británica mencionaron “motivos personales de la familia Fangio” para explicar la serie de subastas. Además, para esta nota se consultó también a la Fundación Fangio, responsable del Museo de Balcarce y de proteger el patrimonio del famoso piloto argentino. “No se obtuvo una respuesta”, dice el portal. “Los motivos serían dos. En primer lugar, algunos de estos autos se encontraban en el país amparados por el régimen de importación temporaria. Hasta ahora, la Aduana venía renovando este permiso de manera automática desde hace décadas, como un gesto hacia la memoria de Fangio. Pero este año, todos los pedidos de renovación comenzaron a ser rechazados. Los vehículos fueron intimados a abandonar el país en el corto plazo. El otro motivo, confesado por un familiar diferente, son los cada vez más numerosos reclamos por filiación. Legalmente, Fangio nunca tuvo hijos, aunque reconoció de palabra a Oscar Alcides Espinosa, conocido popularmente como “Cacho” Fangio. El año pasado surgió otro reclamo de un presunto hijo del Chueco: Rubén Vázquez, radicado en Cañuelas, que inició los trámites legales para reclamar un ADN y hasta pidió la exhumación del cuerpo de Fangio para realizar el análisis. Mientras tanto, los procesos de subasta siguen su curso”, menciona el portal.

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