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Histórico: encuentro con un aviador nazi en Balcarce

Redacción Vanguardia

El presidente de una histórica firma, quien fue agente de la Resistencia Francesa en la Segunda Guerra Mundial, encontró en La Vigilancia a un aviador nazi que no habían logrado matar en 1944. Foto: La Vanguardia.

La canciller Ángela Merkel y el presidente Nicolás Sarkozy se miraron, unieron sus manos y bajo el Arco del Triunfo, en París, encendieron la llama en homenaje al Soldado Desconocido. Millones vieron esa ceremonia en noviembre de 2009 donde las máximas figuras de Alemania y Francia –quienes nacieron después de la Segunda Guerra Mundial- evocaron la histórica reconciliación de seis décadas atrás. En los dos países y otros fueron recordados bisabuelos, abuelos y padres enfrentados en los tres conflictos que dejaron sin vida a 70.000.000 de compatriotas, desde 1870 hasta el ´45. A los que fueron a campos de batalla, soportaron duelos, bombardeos, ocupaciones. La guerra es tremenda, devastadora. Frente al televisor estuvo ese día quien fue presidente de La Metalúrgica Balcarce y antes uno de los millones que lucharon en la Segunda Guerra. Dice Mariano Rousseau Portalis –hoy tiene 84 años- que al ver las manos unidas de Sarkozy y Merkel decidió escribir su libro autobiográfico, un compendio de relatos de una vida increíble. En esas páginas están sus pasos por Balcarce. Esta historia comenzó con su padre Maurice Marie Alfred que, invitado por un amigo, vino a nuestra Patagonia en 1908 a explotar una estancia de 20.000 hectáreas. Seis años después Francia entró en guerra con Alemania y los dos amigos regresaron a su patria a pelear. El padre de Mariano fue jefe de una sección de tanques en el conflicto de 1914-18. En el ´19 regresó a nuestro sur con su esposa Podoche –un apodo-, pero nada quedaba de aquellas 3.000 ovejas que habían dejado.
Empezó entonces “de cero” y en el norte argentino fue el encargado de un ingenio azucarero. Un año después nació Juan Mauricio –Billy, para todos- y en 1929 apareció en la vida su hermano Mariano, el futuro titular de La Metalúrgica.

EN LA RESISTENCIA
En el ´31 la familia partió a Francia y antes de la nueva década estalló otra vez la guerra, la Segunda Mundial. Nada detuvo al Ejército Nazi que el 14 de junio de 1940 entró en París. Los Rosseau Portalis se alistaron respondiendo al llamado del general Charles De Gaulle: “Francia perdió una batalla, pero no la guerra”. La Resistencia y los Aliados produjeron el inolvidable 25 de agosto de 1944, cuando los alemanes se fueron de París, echados por la Segunda División Blindada del general Lecler y esa Resistencia Francesa en la que estaban los Portalis. Juan (Billy), ingeniero en obras públicas y aviador, a los 22 años integró la red de inteligencia como jefe de la Región Aérea París; su hermano Mariano –con 16- hizo tareas de apoyo y reconocimiento. La familia superó en ese tiempo fuertes episodios cuando eran buscados por la Gestapo alemana. Mariano –agente de enlace de la Inteligencia- vio en el aeropuerto Dreux, a 80 kilómetros de París, dos aviones a reacción alemanes Messerschmitt 262 que las fuerzas aliadas querían destruir. Su reacción fue inmediata: avisó al telegrafista que se comunicó con la Royal Air Force en Londres. Enseguida una de las máquinas nazis quedó envuelta en llamas, pero no lograron evitar el despegue de la restante. Lo insólito de esta historia –contó Portalis- es que ocho años después de terminada la guerra encontró en la estancia La  Vigilancia, de Balcarce, a quien había sido el piloto de aquel avión de la Luftwaffe que decoló delante suyo ese 18 de julio de 1944, a las 11,30 horas. El aviador Herman Olborth –quien escapó de un campo de prisioneros- había llegado a nuestro país en junio del ´53. Cara a cara, la comprobación de aquel episodio en el aeropuerto no fue inmediata. Dijo Mariano que surgió entre ambos y su hermano Billy una firme amistad, con escapadas los fines de semana a las playas de Mar del Plata y tratando de que las charlas sobre la guerra “no hicieran daño en nuestro amigo”. Un día le preguntó “¿qué aviones volaste ?”, a lo que el alemán respondió  “en 1942-43 un Focke Wolf y desde el ´44 el primero a reacción Messerschmitt 262”, agregando con dolor el recuerdo de haber perdido a su mejor amigo en el aeropuerto Dreux, en una incursión de la Royal Air Force. Portalis, asombrado, volvió a preguntar: “¿Fue el 18 de julio de 1944, a las 11,30 ?”, precisión que sorprendió al alemán, quien quiso saber cómo sabía la fecha y hora del ataque. Su confusión fue mayor, absoluta, en los segundos siguientes. “Fui yo quien provocó la intervención de la RAF”, acotó Mariano, admirado por ese episodio extraordinario en sus vidas, como lo era esa charla en La Vigilancia. Su nuevo amigo contó que el decolaje lo hizo en 40 ó 50 metros del final de la pista, cuando se le venían encima los aviones aliados. Herman volvió a Alemania en 1945 y durante más de 30 años fue piloto y capitán de Lufthansa. Portalis escribió que lo ocurrido es un ejemplo más de la hermandad entre pilotos: “el cielo es luz”, agregó.

El informe completo en la edición impresa.

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