En medio de la gran extensión rural que rodea el distrito, existen lugares que parecen más vulnerables que otros. Un campo cerca de la ruta puede ser un sitio seguro, aunque los delincuentes lo ven como un blanco posible ya que le permite un acceso y una salida rápida y sin mayores complicaciones. Algo de esto sucedió en la madrugada del pasado sábado cuando por los menos seis malvivientes llegaron hasta un establecimiento agropecuario de San Agustín, ubicado a metros del camino de ingreso  a la localidad y la ruta provincial 55. Eran las 2 de la mañana cuando el tractorista y dos “coleros” como se denomina a los trabajadores rurales que realizan tareas específicas en la cosecha de papa vieron llegar a dos personas que acercaron a pie desde la tranquera de acceso hasta las casillas donde descansaban, recorriendo cerca de 500 metros. Primero se identificaron como policías, y cuando lograron que abrieran las puertas, cubrieron sus rostros, los encañonaron y los ataron con medias y sogas. Allí comenzó una pesadilla que se iba extender hasta las 4 de la mañana. Durante esas dos horas, tres de los delincuentes se dedicaron a juntar lo que podían y apilaron un cargamento de agroquímicos –que tienen un importante valor económico- que se encontraban en un depósito cercano y que después se llevarían. Mientras tanto, el tractorista estaba de rodillas, con una media en la boca y su captor le apuntaba con una linterna en el rostro, y una situación similar vivían en la otra casilla los dos peones rurales de 18 y 26 años. Todo sucedió en medio de la más absoluta oscuridad y terminó sólo cuando lograron reunir la carga. Asimismo les exigían el dinero que supuestamente había en el campamento, por lo que también se llevaron una suma cercana a los 3 mil pesos y un monitor de siembra de importante valor en dólares. Los malvivientes escaparon se cree en una camioneta o camión mediano y se investiga si residen en Balcarce o en la zona. Diego Carlos Batocleti y Héctor Salvo son los productores agropecuarios que alquilan 100 hectáreas destinadas para la producción papera. Ellos llegaron cuando el hecho ya estaba consumado y cuando no había ya rastros de los delincuentes. El diario La Vanguardia estuvo en la zona y dialogó con los productores que no salían de su asombro, vinculado a la violencia del asalto. Batocleti –quien junto a su socio arriendan esas tierras desde el mes de abril- explicó cómo ocurrió el hecho en cuestión: “estaba el tractorista que es de Los Pinos y dos empleados que son de Santiago del Estero que trabajan como coleros. Esto ocurrió en la madrugada del sábado 26. Cuando a nosotros nos da aviso la gente, es porque se habían podido desatar y derribar la puerta de la casilla a donde los habían dejado encerrados. Así, como pudieron llegaron hasta la ruta, pidieron prestado un celular a un vecino de un campo cercano y nos llamaron para que vengamos en su auxilio”, contó Batocleti. 
El asalto fue comunicado de inmediato al oficial Maldonado, quien está a cargo del Destacamento de San Agustín, y al resto de la Patrulla Rural.

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