El mileísmo sumará a Néstor Grindetti, que acaba de desvincularse del gobierno de la Ciudad y cortó un vínculo de más de 45 años con la familia Macri.
Faltan ajustar detalles y, sobre todo, dejar cicatrizar algunas heridas abiertas. Como en toda separación dolorosa, hace algunas semanas Néstor Grindetti decidió su salida del PRO y se la comunicó a Jorge Macri, quien fue su último jefe político, primero como jefe de Gabinete y luego, este mismo año, en un breve paso al frente de una secretaría electoral que nunca terminó de constituirse.
Su vínculo con la familia Macri trasciende a sus ocho años como ministro de Hacienda y Finanzas de la Ciudad de Mauricio (2007-2015), a su último año de gestión con Jorge, e incluso a los ocho años, de 2015 a 2023, en los que fue un intendente de peso del PRO, en un municipio estratégico como Lanús. Grindetti trabaja cerca del expresidente y de su padre, Franco, desde finales de la década del '70, cuando ingresó como cadete a Socma.
"Es un duelo que tiene que atravesar Néstor. No es fácil después de tanto tiempo", resumen quienes conocen de cerca al actual presidente de Independiente. Por estos días, aseguran, el economista eligió mirar la política con cierta distancia y destinar todas sus energías a encaminar deportivamente a Independiente, club que preside desde abril de 2023. Pero es cuestión de tiempo, vaticinan, un cambio de rumbo en su carrera.
Como sucede casi periódicamente con exdirigentes del PRO que cambian de espacio, Grindetti tiene todo acordado para sellar su ingreso a La Libertad Avanza de cara a la próxima campaña electoral. Se habla de cargos ofrecidos en la negociación, como el Banco de Desarrollo de Crédito Público (BICE). Pero para el Gobierno la relevancia de sumar a un dirigente con la experiencia de Grindetti, de 69 años, trasciende un puesto.
La jugada del macrismo para asegurarse la Ciudad
En medio de una crisis a nivel nacional del partido, con cortocircuitos constantes con los libertarios por el reparto de poder en el año electoral, el macrismo replantea su estrategia en Buenos Aires, distrito que gobierna desde hace 18 años. Instalada la posible candidatura a senador nacional de Mauricio Macri, con su nombre coloreando cientos de paredes en toda la Ciudad, el escenario ideal que imaginan Jorge Macri y otros dirigentes del PRO es que la boleta la encabece su primo, con María Eugenia Vidal como segunda en la lista.
La actual diputada nacional es por estos días una espada clave dentro del macrismo, sobre todo para contener las fugas pero también para mantener vivos los resabios de poder que quedaron de los cuatro años dorados en los que el PRO gobernó en simultáneo Ciudad, Provincia y Nación. La ex gobernadora bonaerense no sólo es la titular de la Fundación Pensar, sino que además será la jefa de campaña hacia la elección de legisladores porteños.
El Gobierno porteño anticipó para el 6 de julio la elección legislativa, desdoblándola de los comicios nacionales, pero la idea de Jorge Macri es anticiparla todavía más y llevarla a mayo. Esa decisión depende de su autoridad como máximo representante del Ejecutivo, pero no así la suspensión de las PASO locales, que el macrismo mandó a tratar en la Legislatura y que espera poder definirlas entre este jueves y viernes, incluso antes de que el Senado le de sanción completa al proyecto mileísta sobre el tema a nivel nacional.