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Roberto Feletti vuelve a reclamar suba de retenciones y genera chispazos en el Gobierno
15-05-2022

La sola mención de la palabra retenciones transforma el ánimo de los productores sin distinción de tamaño ni del rol que ocupan ya sea como dueños de la tierra o los contratistas que la trabajan. Decididamente,  enciende la crispación de los que en 2021 aportaron divisas por US$ 53 mil millones. En parte porque es un impuesto que les cae a todos por igual.

De acuerdo a fuentes inobjetables de la Casa Rosada mucho de eso sabe el actual secretario de comercio, Roberto Feletti. Y, sin embargo, como publicó ayer en exclusiva Santiago Fioriti en Clarín, Feletti tiene previsto reunirse con los ministros Guzmán y Kulfas para reclamar un salto brusco en las retenciones al girasol, al maíz y al trigo. En su visión, de esa manera se desacoplan los precios internacionales de los internos. Y pretende llevar las retenciones de girasol del 7 al 15%, del maíz, del 12 al 20% y del 12 al 25% las del trigo.

En la Casa Rosada se anticipan y lo leen como otra presión hacia el Gobierno desde el ala que cuenta con el apoyo de Cristina y de Máximo Kirchner. Justo cuando arranca la siembra del trigo y mientras se busca dar señales de tranquilidad para que en medio de la invasión rusa a Ucrania, Argentina aparezca en el mundo como un proveedor confiable y pueda aprovechar los altísimos precios del cereal. La cotización del trigo cerró el viernes en 428,90 dólares por tonelada cuando hace un año valía 253 dólares.

Precisamente el ministro Julián Domínguez señaló en Mar del Plata en el congreso A Todo Trigo que las retenciones recién podrían tocarse en diciembre de 2023, cuando este gobierno haya terminado. Una manera de decir que no se van a modificar.

Cerca del ministro de Economía observan la idea de Feletti como un intento de “meter ruido”. Por cierto, quienes siguen la cosecha advierten que no habría a quién cobrarles las nuevas retenciones ya que en el caso del trigo, la cosecha vieja está toda vendida. Y en la que aún no se sembró, los exportadores adelantaron 10 millones de toneladas que al declararse pagaron las retenciones vigentes.

De acuerdo al experto Gustavo López, en el maíz y el girasol, si se ajustan las retenciones a ese nivel sumadas a lo que queda de trigo podría arrimarse una suma cercana a US$ 1.500 millones. López llama la atención acerca de lo que sucedió con la suba de 2% en las retenciones el caso de los subproductos de soja que arrojaron US$ 400 millones que iban a utilizarse en el fideicomiso para abaratar el precio de la harina. Ese fideicomiso fracasó.

“Feletti puede plantearlo pero no va a encontrar ningún eco, insistieron anoche desde la Casa Rosada tratando de silenciar el tema ante el temor de una reacción de un sector como el campo, que “ha demostrado su capacidad de movilización y de sumar a sus reclamos a amplias capas de la clase media”. Además. un ajuste de retenciones como la que plantea Feletti tiene que pasar por el Congreso y la relación de fuerza no es favorable como quedó demostrado con el Presupuesto.

En este punto hay quienes sostienen que podría saltear el Congreso o aplicarse una suba más módica del 12 al 15%. Aunque en ese caso la judicialización es casi inevitable.

De acuerdo a Juan Garzón, de la Fundación Mediterránea, Argentina “ya tiene su mercado de exportaciones intervenido con retenciones, cupos y fideicomisos. Y a pesar de esas medidas la inflación en alimentos es muy alta, de 60%, cuando en el resto de los países que no tienen retenciones está en el 10 o a lo sumo el12%”. Garzón y López invitan a analizar los otros factores al insistir en la baja incidencia de la materia prima en el precio final.

Por cierto, las retenciones son un impuesto de larga data establecido por el gobierno militar de Juan Carlos Onganía y su ministro liberal Adalbert Krieger Vasena en 1967. Formaban parte de un plan de estabilización que  incluía una fuerte devaluación del peso junto a la aplicación de esta alícuota de 20% a 25% para los productos de origen agropecuario. El 2 de abril de 1976 José Alfredo Martínez de Hoz anunció la “eliminación gradual” que no llegó a concretar del todo, algo que hizo Domingo Cavallo durante la convertibilidad. Volvieron con Eduardo Duhalde, siguieron con Néstor y Cristina se aligeraron con Macri y regresaron con Alberto Fernández en la ilusión de “desacoplar” los precios internacionales de los locales. En definitiva, una tentación para casi todos al tratarse de un impuesto de muy fácil recaudación: se cobra en el puerto.

Para Garzón pueden funcionar en una economía más básica como la del siglo XIX. Por entonces, las materias primas estaban cerca del consumidor final. “A medida que el proceso de transformación se desarrolla y la economía se vuelve más sofisticada con actores industriales, logística y cadenas de comercialización el rastro de la materia prima se va perdiendo en el proceso y el consumidor final queda alejado del producto primario”, argumenta. “Es una herramienta poco efectiva si se piensa en bajar precios y no hay desacople porque lo más probable es que no llega a la góndola”.

Hoy muy pocos países siguen aplicando retenciones. Nunca ocurrió en EE.UU . Y en esa lista no figura ninguno de nuestros competidores. Tampoco, nuestros vecinos. El ranking esta encabezado por Indonesia, Rusia, Kazajstán, Uzbekistan, Costa de Marfil y Tanzania. Y Argentina es el país que más grava a las exportaciones en relación a su recaudación total.

 
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