Con Jerry Eisenberg se va un poco de la infancia de todos aquellos que crecieron viendo los dibujos animados de Hanna-Barbera, como El Oso Yogui, Don Gato, Los Picapiedra, Los Supersónicos o Los autos locos. El dibujante murió a los 87 años, pero dejó un legado que durará para siempre.

“Hoy perdimos a un gigante, y yo fui su amigo en sus últimos años. Era el amigo de todos. Jerry Eisenberg. Sus créditos son demasiado numerosos para enumerarlos aquí”, escribió en Facebook el historiador de animación, Jerry Beck, sobre la muerte del artista el pasado 11 de febrero.

El escritor Mark Evanier destacó la simpatía de Eisenberg e informó que “llevaba un tiempo enfermo” y que la causa oficial de la muerte fue neumonía. “Todo el mundo lo conocía y adoraba”, afirmó.