Dentro de los tiempos reglamentarios, Independiente ya presentó ante Conmebol su descargo por los hechos de violencia extrema ocurridos el pasado miércoles en su estadio, en ocasión del partido por los octavos de final de la Copa Sudamericana con Universidad de Chile que generó una veintena de heridos y más de cien detenidos. La audiencia será el 2 de setiembre en Asunción.

Su presidente, Néstor Grindetti, dio a conocer ante la prensa un comunicado en el que subraya que "Independiente no fue responsable sino víctima de ataques violentos y premeditados por parte de un grupo de delincuentes que vino con el objetivo de generar incidentes".

Además, denunció "el accionar cómplice y vergonzoso de los dirigentes" de Universidad de Chile, quienes "eligieron encubrir el accionar de sus hinchas. Instalaron que los únicos violentos fueron los argentinos, cuando todos saben que la violencia comenzó por su parcialidad. Lo digo con indignación, a diferencia de Universidad de Chile, en Independiente no hay lugar para la violencia".

"No queremos que haya una lectura distinta de lo que realmente pasó", expresó el directivo, y aclaró que "la responsabilidad no significa bajo ningún aspecto que Independiente sea responsable de los hechos de violencia sobre nuestra gente".

"El partido se canceló exclusivamente por la violencia de la parcialidad visitante", añadió, y aseguró que el club de Avellaneda "cumplió de manera rigurosa con todas sus obligaciones. Implementó todas las medidas de seguridad exigidas por Conmebol" para un partido que dados "los incidentes protagonizados por la parcialidad visitante fue catalogado como de alto riesgo".

OTROS DETALLES

En tal sentido detalló que "apenas ingresada al estadio", la visita desencadenó una "acción organizada y deliberada", que incluyó la destrucción de cámaras de seguridad, generaron focos de incendio y "vandalizaron sanitarios, butacas y estructuras de hormigón para usarlos como proyectiles durante más de cuatro horas".

También denunciaron la presencia de "bombas de estruendo y armas blancas", lo que denota que "fue un plan de violencia premeditado destinado a generar caos y forzar la interrupción del partido".

"Solo después de la cancelación del partido y de la evacuación parcial de la tribuna visitante se dieron hechos de violencia protagonizados por delincuentes disfrazados de hinchas de nuestro club", reconoció Grindetti, que serán identificados para que la justicia actúe de la manera que corresponda.

Aseguró también que se recibieron "700 testimonios de los cuales más de 300 aseguran haber recibido lesiones". A todos esos hinchas se les brinda, según explicó, "contención y asesoramiento legal".

El titular de la entidad de Avellaneda sintetizó el descargo ante Conmebol en "cuatro puntos clave: 1°) la violencia se originó exclusivamente en la parcialidad visitante desde antes del partido; 2°) Independiente cumplió con todas las normas de seguridad; 3°) la vandalizacion de la tribuna visitante fue premeditada para generar caos, y 4°) la cancelación del encuentro fue consecuencia directa del accionar de la hinchada de Universidad de Chile".

"Confiamos en que la Conmebol valore la verdad y actúe con justicia, equilibrio y proporcionalidad", concluyó.