Más de una vez, recibimos llamados para ofrecernos determinados productos y/o hacernos recordar que tenemos algún atraso en los mismos. Pero ¿qué pasaría si recibimos un llamado intimándonos al pago de un servicio del cual no somos titulares del mismo?. Es el caso del hijo de un cliente de nuestro estudio que se vio afectado por esta situación. Cambiaremos los nombres, por cuestiones de reservar la identidad de nuestro cliente y a su vez de la empresa que intima la situación (ya que el caso se encuentra en segunda instancia).

Mariana, tiene a uno de sus hijos estudiando en la UNdMP, de nombre Bautista. Para mantenerse comunicada le entregó una línea móvil a su nombre cuyo número de celular en un momento determinado fue ingresado -aclaro que con error en alguno de los números- a la base de datos de morosos de una Tarjeta de Crédito bastante conocida de Buenos Aires y del interior del país.

Una mañana determinada Bautista empezó a recibir llamadas a su celular de un Estudio de Cobranzas de la Tarjeta de Crédito, que preguntaban por una persona que no era Bautista, sino el moroso de la Tarjeta de Crédito. Reitero, al ingresar mal el Nº de celular del verdadero deudor, ingresaron el que usaba Bautista, quien aclaró que la persona que buscaban no era el titular de la línea, que ese número corresponde a una línea móvil a nombre de su madre y desde hace ya muchos años, advirtiendo el error claramente.

Por supuesto que no fue escuchado y las llamadas siguieron sin parar buscando a esa persona en forma incorrecta. La falta de atención de las argumentaciones de Bautista, y el infrenable interés por cobrar a costa de lo que sea, llevó a varios Estudios de Cobranzas y de diferentes líneas rotativas, sigan llamando a Bautista todos los benditos días hábiles de la semana, por lo general de lunes a viernes (y hasta con el atropello de llamarlo algún que otro fin de semana).

Sin duda la paciencia de Bautista iba en baja. No frenaban las llamadas a pesar de las explicaciones y era tal la insistencia que al salir a la facultad, antes del mediodía, Bautista se quedaba sin batería, debido que las llamadas eran absolutamente insoportables, llegando a alterar el ánimo del mismo.

Como nunca pararon, Bautista y su madre iniciaron un proceso de consumo en contra de la tarjeta de crédito, la que una vez notificada, justo se dio la causalidad que los agraviantes llamados cesaron. En esa acción Bautista y su madre pidieron sanción de daños punitivos a la tarjeta de crédito que debía responder por ser ella quien contrató los Estudios de cobranza que siempre actuaron en su representación.

Además que la Tarjeta de Crédito demandada en su contestación solo atinó a desconocer los hechos, el derechos y las pruebas, negando todo lo acontecido y no ofreciendo ningún tipo de medios de prueba, el fallo de primera instancia nos tuvo por acreditados todos los hechos y le impuso a la Tarjeta Daños Punitivos por $100.000 (cien mil pesos), cuestión que nos tiene hoy esperando en Cámara, la confirmación o revocación de la justicia de primera instancia. Sabemos que Bautista no es el primero que ha pasado por esta situación y seguramente puede estar pasándote a vos como lector de esta nota; para eso daremos un par de puntos para que tengas en cuenta:

• Cuando te llamen reclamándote una supuesta deuda que no te corresponde (o hasta correspondiéndote) exigí que la llamada quede grabada.
• Solicita nombre completo de la persona que te llama con su número de legajo y documento.
• Solicita que todo lo enviado sea reenviado a una casilla de mail de tu propiedad.
• Al finalizar la llamada solicita número de seguimiento de la misma.
• Acudí a la Delegación de Defensa del Consumidor de tu ciudad.
• Si vuelven a llamarte solicita un número de contacto del estudio de cobranzas que trata de recuperar esa deuda para analizarlo con tu abogado de confianza.

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