Esteban Reino, actual intendente municipal, y Rubén Darío Viglianchino, ex concejal, nunca se llevaron bien. Muchos recuerdan aún hoy aquellas afiebradas reuniones en el comité radical que terminaban a altas horas de la noche y en las que poco faltaba para que, lo que había comenzado como una reunión partidaria, termine literalmente a las trompadas. Sin embargo, el tiempo pasó y, aunque siguen manteniendo sus diferencias, un hecho singular y de lo más cotidiano los volvió a poner frente a frente. Un bache mal reparado en la zona de la plaza Güemes, donde vive el ex concejal, motivó la presencia del jefe comunal que se encontró con un viejo conocido del centenario partido con el que no hablaba hace años. Cuentan que la charla fue cordial y que la reparación del bache fue la excusa, después de todo, para que Reino y Viglianchino volvieran a cruzar palabra, ya no a los gritos ni con descalificaciones, sino con respeto y tolerancia.