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Sociedad

Hantavirus: no hay casos en Balcarce pero piden extremar las medidas de prevención
20-01-2019

A raíz de la reaparición de un brote de virus Andes en la localidad de Epuyén, provincia de Chubut, el especialista Daniel Antenucci, biólogo, profesor de Fisiología Animal del Departamento de Biología-IIMYC de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata,  consideró oportuno describir el contexto y la historia de la aparición del virus en el continente, así como algunos consejos para disminuir la ya baja probabilidad de contagio. Hantavirus es un nombre genérico que representa a un conjunto de virus. Los Hantavirus (familia Buyanviridae, género Hantavirus) son agentes virales zoonóticos (es decir: transmitidos principalmente por animales) que son contagiados a humanos primariamente por inhalación de aerosoles de la excreción, defecación o saliva de roedores infectados –ratón colilargo-. Pero también, como consta en el trabajo de Padula y colaboradores de 1998, hay evidencia de transmisión horizontal (persona-persona). Durante el brote de 1996 hubo casos autóctonos en el Bolsón, Bariloche y Esquel. Por otra parte, en Buenos Aires un médico que atendió a un paciente que contrajo el virus en Bariloche, se contagió de éste. Presumiblemente, cada tipo de Hantavirus está asociado a una especie de roedor, con poca evidencia de infección cruzada entre los mismos. Esto significa que cada tipo de virus tiene como reservorio principal una especie de roedor, si bien eventualmente puede infectar a otras especies. Fuentes locales consultadas por La Vanguardia confirmaron que no hay casos reportados en Balcarce y que se trabaja en un plan de acción preventivo como todos los años.

Incidencia                                                                                                             

En diversos estudios la aparición de enfermos por distintos tipos de Hantavirus se ha vinculado con un incremento sustancial de las densidades de roedores. La incidencia del virus evaluada en poblaciones naturales de roedores, es de entre un 6 y un 30 %. Por ende, el aumento en las densidades de roedores produce un incremento en la cantidad neta de animales portadores del virus, pero además la potencia, debido a la mayor probabilidad que se extienda la zona en que habitan (generalmente nada o poco poblada) a lugares poblados, aumentando así los posibles contactos entre humanos y roedores.

Factores de riesgo                                                                                                        

El riesgo de infección al aire libre es menos probable que en lugares a los que no llega la luz, debido a que a la intemperie, el virus se inactiva en corto tiempo por efecto de la luz ultravioleta. Por esta razón, los factores de riesgo más conspicuos respecto a los roedores son: el uso de casas deshabitadas por turistas ocasionales en zonas con pastizales aledaños. El trampeo de ratones sin indumentaria adecuada. Actividades agropecuarias especialmente en galpones no ventilados ni iluminados. Toda actividad asociada a lugares donde haya roedores. Respecto a la transmisión persona a persona, se deben considerar las precauciones que se tienen con enfermedades de transmisión viral evitando contacto con saliva y su spray, heces y orina

Estrategias                                                                                                        

 Alguna de las estrategias posibles que pueden reducir la exposición a Hantavirus son: el uso de rodenticidas eficaces. El mantenimiento de los alrededores de las viviendas sin pastizales, sin posibles refugios para roedores y sin basuras que sirvan de fuente de alimento para los mismos. El Trabajo con guantes en tareas relacionadas con el suelo y la vegetación. La reducción de la posibilidad de acceso de roedores a la vivienda mediante: el uso de marcos con resorte y alambre mosquitero en puertas y ventanas, cuando se ventila la vivienda. El uso de rejillas y tapas herméticas en toda abertura de cloacas y pluviales que dan al exterior, entre otras. Estas recomendaciones son válidas para toda enfermedad cuyo vector de transmisión sea un roedor.

 

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