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Policiales

Le dieron 13 años por matar a su jefa y ahora pediría el arresto domiciliario
19-11-2018

Finalmente se llevó a cabo un juicio abreviado por el crimen de Olga Bianchini (62) –ocurrido en agosto de 2016- quien fue asesinada de un golpe en la cabeza y luego su cuerpo incendiado con su auto en una quinta de la ruta provincial 55, ubicada a varios kilómetros de Balcarce en dirección a Los Pinos y a la altura de las vías del ferrocarril. Según pudo saber en exclusivo La Vanguardia, el Tribunal Oral N° 2, a instancias del fiscal Rodolfo Moure, condenó a la pena de 13 años de cárcel a Juan Antonelli (72) –empleado de Bianchini- quien reconoció ser al autor del crimen. De esta manera continuará en la Unidad Penal de Batán para el cumplimiento de la pena. Pero más allá del debate y condena, la defensa del imputado podría solicitar el arresto domiciliario por la edad de Antonelli y en los términos que lo expresa la ley. El arresto domiciliario es un beneficio al que puede acceder un imputado que se encuentra detenido en una causa penal. Esto se aplica tanto a detenidos que se encuentran procesados con prisión preventiva como a personas con sentencia firme que están cumpliendo su condena en prisión. Se trata de una medida excepcional que está en manos de los jueces de Ejecución Penal, que son los magistrados encargados de controlar la ejecución de la pena una vez que queda firme una condena.

Pruebas y contradicciones                                                                                                                                  Tras el crimen que conmovió a la opinión pública hace dos años, los médicos forenses determinaron que la mujer fue atacada y recibió cinco puñaladas y un golpe en la cabeza que terminó siendo mortal. “El ataque fue muy violento”, coincidieron. El cuerpo apareció calcinado boca abajo al lado del automóvil Citroën C3. El mismo día del crimen, la fiscalía llevó a cabo un allanamiento en la casa de Antonelli, que trabajaba para Bianchini. Fue en el barrio Hipólito Yrigoyen  y allí hallaron en el interior de un auto Gol Country manchas hemáticas, y un cuchillo tipo tramontina también con sangre.  La sangre, se estableció, era humana pero no se pudo comprobar si tenía vinculación con la de la víctima, por lo que esa pericia terminó favoreciendo al imputado. Sin embargo, cruces telefónicos a los que accedió la fiscalía demostraron que efectivamente –y aunque Antonelli en la primera declaración lo negó- habló con Olga Bianchini y acordaron verse en las horas previas al crimen.

Los cuerpos hablan                                                                                                

Un informe pericial basado en la autopsia reveló que la mujer no murió calcinada sino producto de cinco heridas corto punzantes y una fractura en la cabeza, que determinaron su deceso. La Vanguardia accedió a parte de los resultados que se conocieron del informe pericial que revelaron que el cuchillo tenía “mucha sangre”, mientras que la sangre en el vehículo estaban en la parte interior y exterior del rodado, aunque los resultados de esos análisis no sirvieron para vincular a Antonelli con Bianchini.

 

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