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Sociedad

“Matar a alguien dentro de un vientre nunca puede ser un tema de salud pública”
09-07-2018 El abogado y dirigente ruralista Walter Ianni López se opone al proyecto de despenalización del aborto. “Esto es un asesinato”, afirmó Ianni. “Todos aquellos movimientos o colectivos que apoyan estas medidas se encuentran financiados por lo más rancio del poder financiero capitalista mundial”, dijo. Foto: La Vanguardia.

“Nuestro país, hace décadas, sufre distintas decadencias, entre ellas, políticas, morales, éticas y jurídicas”. Así comienza la charla de La Vanguardia con el abogado y dirigente ruralista, el doctor Walter Ianni López, quien se opone al proyecto de despenalización del aborto. Según el profesional, “el proyecto de Ley que intenta legalizar el aborto, a través de la “magia” que exponen sus impulsores diciendo que hasta las catorce semanas se es una planta y al segundo posterior ya es un ser humano, va en contra de lo que se determinó científica y jurídicamente reconociendo la vida de ese ser humano nuevo desde la concepción. Antes de ese plazo arbitrario, a las once semanas específicamente, ya se chupa el dedo y con anterioridad, desde la quinta, ya siente el gusto, el tacto y el dolor. El argumento de quienes promueven el proyecto es una muestra más de nuestra decadencia, y no es casual. Esta iniciativa, vendida como avance de derechos y que no es otra cosa que un filicidio, se encuadra en distintas políticas como el indigenismo, ecologismo extremo, derechos humanos selectivos, garantismo jurídico, ideología de género, feminismo radical, libre disposición del cuerpo, y ahora aborto libre y gratuito con sesgos eugenésicos, a lo que seguirá, como ocurre en otros países, el intento de despenalizar la pedofilia. Todo ello, a través del fomento del individualismo extremo, que carcome la organización social y a la familia como elementos básicos y fundantes de una Nación”, sostiene Ianni.

-¿Cuál cree es el ejemplo más contundente al respecto?-No hace falta más que mostrar la imagen de este humano descuartizado sobre una cuchara, para demostrar que esto es un asesinato y no “un parasito que explota el cuerpo de la mujer”, como lo plantea la filósofa defensora de la Pederastia y adalid de la ideología de género, Simón de Beauvoir, en su “Manifiesto por el Aborto Legal” de 1971. O peor aún, según el proyecto de Ley, se puede abortar por cualquier causa hasta el mismo momento del nacimiento, ante lo cual, los médicos se verían obligados a inducir la muerte fetal ante cualquier posibilidad de sobrevida fuera del útero. Tampoco hace falta demostrar la suerte que tuvo Beauvoir y quienes defienden esta  idea, al no haber sido ellos abortados, para ahora poder si decidir sobre la vida de otra persona.

-¿Cómo juega la cuestión de la religión en el debate? -Más allá de mi posición personal, contraria a esta legislación, nada tiene que ver lo religioso, ya que no hace falta creer en ningún Dios para considerar que la vida humana es el bien más preciado a resguardar, es dable estudiar quienes y de donde surgen estas iniciativas malthusianas de control de natalidad.

-¿Cómo analiza los movimientos que apoyan esta ley?-Resulta extraño, pero no llamativo, que todos estos movimientos o colectivos que apoyan estas medidas se encuentran financiados, asesorados y adoctrinados por lo más rancio del poder financiero capitalista mundial, verdadero promotor de estas iniciativas a través de distintas organizaciones de las denominadas soft power, a través de prácticas ya tradicionales de entrismo. Entre ellas, podemos mencionar a Planned Parenthood (investigada ya en varios Estados de EEUU), Ford Fundatión, Bill & Melinda Gates Foundatión, Warren Buffet, FUSA, Amnistía Internacional, y el Banco Mundial entre otros. En definitiva, como aconteció en el primer país donde se legalizó el aborto como plan de Estado (la Unión Soviética), no existe revolución posible sin capital que la sostenga en un principio. Es sabido que nuestro país al igual que muchos en vías de desarrollo, necesitan inversiones y financiamiento internacional. Pues bien, hay condiciones que cumplir para sostener este plan de décadas de decadencia.

-¿Ese entrismo dialéctico dónde y cómo se proyecta?-Ese entrismo dialéctico revolucionario, en nuestra cultura y estructuras occidentales, se encuentra claramente plasmado en las ideas expuestas por Antonio Gramsci y Gyorgy Lukács a principio de siglo, donde se exponía que el hombre es ante todo, mente y conciencia, es decir, un producto de la historia y no de la naturaleza con lo que bastaría destruir el estatu quo en la mente de la gente para lograr sus fines. Luego, esta teoría se potenciaría a mediados de siglo por la Escuela de Fránkfort y su “Teoría Crítica”, la cual consiste en criticar todo y a todos, en todo, utilizando todas las ciencias sociales con la finalidad de destruir el tejido social y lo establecido, fomentando la rebeldía contra todas las normas y reglas sociales aceptadas, no creando esta teoría en contraposición nada, solo destruyendo a través de la infiltración, todos los poderes políticos, económicos, educativos, mediáticos y sociales establecidos, para lograr así, su revolución cultural en una sociedad anestesiada e individualista.

-¿Usted considera que esta ley avala el filicidio?-Claro. Aquí entra por ejemplo la idea de un almanaque con un determinado tiempo para poder abortar, sin sustento científico y que anula lo que realmente es: un filicidio. ¿Por qué no 5, o 10, o 12 semanas y si 14? El esgrimido derecho de la libre disposición del cuerpo tapa el hecho de que en el aborto se dispone arbitrariamente del cuerpo de un tercero. También el propio título del proyecto de Ley intenta matizar lo que realmente es; el mismo se denomina “Interrupción Voluntaria del Embarazo”. Interrupción es la suspensión de alguna actividad, proceso o estado, con posibilidad de luego ser reiniciado y aquí luego de ser realizado el aborto, no se puede reiniciar ese embarazo; contando solo con la voluntariedad individual de la madre, pero sin prever la voluntad del padre y mucho menos de la propia víctima de esa “interrupción” definitiva.

La nota completa en la edición impresa La Vanguardia. 

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