Hace un año, Luis Alberto Cardoso (33) comenzó una nueva etapa en su vida. El 15 de abril de 2017 la Cooperativa de Electricidad lo incorporó a su plantel como parte de su política social. Luis tiene una discapacidad motora que le impide caminar y todo en su vida –particularmente desde que se accidentó- ha sido difícil, en medio de una sociedad donde la discriminación y los prejuicios siguen estando presentes. “Empecé este trabajo gracias a una gestión que hicieron por medio del Sindicato de Luz y Fuerza, y acá en la Cooperativa por medio de la bolsa de empleo. Tengo a mi hermano que trabaja hace un tiempito acá y ahora tuve la posibilidad de ingresar yo. Mi trabajo consiste en atender los teléfonos, a donde llegan los reclamos de los usuarios, mirar los mapas, decirles a los chicos –sus compañeros en las cuadrillas- a donde tienen que ir para cubrir los servicios. Hoy, mi jornada laboral va de lunes a sábados de 6 a 12, después hago natación dos veces por semana, y gimnasio que entreno para mi deporte -atletismo en silla de ruedas-. Entrenar con la silla te mantiene activo, también hago un curso de masajes, es decir hago varias cosas, me mantengo más activo que antes que trabajaba de plomero y gasista. Hoy estoy metido completamente en hacer esto que está bueno porque además te relaciona con mucha gente. Continuamente llaman los usuarios o viene gente, es como que sociabilizas más. Valoro mucho y es importantísimo para mí tener mi trabajo, te da el acceso a muchas cosas: desde lo humano a lo material como por ejemplo acceder a un crédito, o poder tener tu propio dinero para manejarte en la vida. El trabajo en la Cooperativa ha sido un nuevo punto de partida en mi vida”, contó Luis.

Barreras y oportunidades  
Luis Alberto Cardoso tiene una discapacidad que es motora, y que se generó después de sufrir una lesión medular a la altura del tórax y eso le imposibilita poder caminar. “Recuerdo que en el 2008  tuve un accidente. Venia en la moto y se me patinó, caí y me rompí una vértebra. Estuve internado un año en Mar del Plata, me operaron y ahí empecé la rehabilitación que hasta el día de hoy continúa. Antes del accidente trabajaba, hacia una vida normal como la de cualquier adolescente. Tenía mi trabajo y estudiaba y a partir de ese momento todo lo que venía haciendo cambió completamente porque ya me tuve que dedicar a mi salud, dejar de lado todas esas cosas pero bueno, de a poquito fui levantando en lo que es el trabajo, en relacionarme nuevamente con la gente  porque cuando te pasa algo así psicológicamente te mata, así que fui arrancando de nuevo. Tener esta oportunidad de trabajo en la Cooperativa es muy lindo porque te mantiene activo, como persona te sentís bien, y sobre todo útil”, afirmó Luis.

Sueños
Luis tiene muchos sueños por cumplir y cada día trabaja duro para ello. “Uno de mis sueños era el trabajo que gracias a Dios se dio, y de acá en más pensar en el deporte y todo lo que tenga que pasar será bienvenido. Otro sueño es volver a caminar, es uno de los desafíos a cumplir. Con el tratamiento que estoy haciendo -porque el kinesiólogo que tenía era de Mar del Plata y ya no viene a Balcarce-, entonces lo sigo haciendo en mi casa. En algún momento, y con otro tratamiento con células madres, intentaré tratar de volver a caminar. Hoy me paro pero quisiera mover las piernas por mis propios medios que es lo que no puedo hacer ahora, eso sería un logro también, sería bárbaro. De a poquito voy incorporando todo y sumando todo lo que en aquella oportunidad perdí y de alguna manera lo estoy volviendo a recuperar, es largo, pero sé que lo voy a lograr”, se entusiasmó.

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