“ Es una actitud fascista no escuchar al orador”. En 1988 Raúl Alfonsín calificaba con esta frase a los señores de la Sociedad Rural cuando le impedían hacer uso de la palabra. Mediante silbatinas y abucheos, muchos de los que aplaudieron durante muchos años a los dictadores, no dejaban hablar al Presidente de la Democracia. Con mucha preocupación hoy fuimos testigos de una actitud autoritaria similar a la de aquellos tiempos en el Concejo Deliberante de Balcarce cuando juró la concejal María Angélica Pajín. El abucheo se produjo cuando la concejal menciono a Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y Milagro Sala. Es necesario destacar que la elección realizada por Pajín en su juramento profundamente ideológico, posicionándose en una clara defensa de los derechos humanos (es decir aquellos derechos que se poseen por solo hecho de ser personas).
Cuesta creer que quienes se dicen radicales alienten o convaliden este tipo de actitudes con su presencia o silencio. Especialmente de aquellos que formaron parte de la gesta democrática de 1983, que se encontraban presentes en el público (y que hoy detentan importantes cargos políticos) así como ocupando bancas en el recinto.
Son numerosas la evidencias en los últimos tiempos de los ataque y descalificación sistemáticas llevadas adelante por el gobierno a todo aquello que consideran opositor, ya sean dirigentes gremiales, políticos o sociales. Este tipo de actitudes contradicen cualquier principio de cultura democrática y entra en franca contradicción con aquellos enunciados de diálogo y construcción de consenso que los dirigentes de Cambiemos se encargan de vaciar de contenido día a día. Hace muchos años que un trabajador no estaba en Concejo Deliberante. Y como resultado de las elecciones hay dos representantes gremiales (María Pajín y Mónica Llarena) de las cuales nos sentimos muy orgullosos porque la voz de los trabajadores llegó al concejo. Y sabemos que a muchos los incomoda y les molesta
Somos solidarios con María Pajín, porque es una trabajadora, por ser la voz de los trabajadores en concejo, porque es una representante del pueblo, y porque compartimos sus ideas en la defensa de los Derechos Humanos. Y repudiamos enérgicamente las actitudes autoritarias de quienes abuchararon y el silencio cómplice de funcionarios que a pesar de sus expresiones democráticas se encuentran más cerca de los que silbaban en la Sociedad Rural allá por el año 1988, que a las ideas de Raúl Alfonsin, a pesar que pongan su imagen para adornar sus despachos.