El 13 de julio de 2013 César Romera presentó una denuncia ante la Dirección de Personas Jurídicas -en su condición de socio del Auto Club Balcarce- ante la existencia de lo que consideró actos ilegítimos por parte de los miembros de la comisión directiva. Durante el mismo año se instruyó IPP ante la Unidad Funcional de Instrucción de Delitos Económicos Nº 10 por la posible comisión de los delitos de defraudación por administración fraudulenta e insolvencia fraudulenta contra los señores, José Antonio Martínez (presidente Auto Club Balcarce) y Maximiliano Acuña (secretario del Auto Club Balcarce). Quienes posteriormente fueron procesados en la imputación de autor y partícipe necesario respectivamente. “A consecuencia de ello, mi vida y la de mi familia -entre el mes de junio del año 2013 y hasta el 20 de mayo del 2014- se transformó en un calvario, sufrí reiteradas amenazas de muerte, propinadas por Martínez -presidente del Auto Club Balcarce-, las cuales no solo eran contra mi persona, sino también, contra mi esposa e hijos menores de edad. Resultan innumerables los hechos de amedrentamiento que padecí, fui hostigado desde todos los ámbitos posibles, llamadas telefónicas, mensajes de texto, mails, persecuciones, y toda clase de intimidaciones. Recuerdo que en 2014, el peor de los hechos intimidatorios fue en oportunidad de viajar a la ciudad de Mar del Plata, para concurrir a Tribunales, en razón de mi profesión, y al hallarme transitando la avenida Luro en dirección al centro de la ciudad, advertí que la camioneta propiedad de Martínez transitaba a la par. Al verlo retomé por calle Chaco y como observé que nuevamente la misma pick up se hallaba circulando a la par, aminoré la marcha para que pasara, pero al instante la camioneta también disminuyó su velocidad. Decidí pararme en doble fila antes de arribar a la calle San Juan y en ese mismo momento, su vehículo hizo lo mismo un poco más adelante. Atento la circunstancia de nerviosismo que atravesaba, decidí permanecer en doble fila hasta que la camionera debió continuar circulando dado que obstaculizaba el tránsito vehicular. Cuando creí que el hecho había terminado allí, continué con mis trámites. Al llegar al sitio donde debía realizar la diligencia, ya encontrándome en otro sector de la ciudad, Martínez volvió a hacerse presente con su vehículo, esta vez estacionándolo en doble fila, impidiéndome sacar el auto que estaba estacionado. Pero el hecho no terminó allí, me toco bocina e hizo ademanes con sus manos dirigidos hacia mi persona. Inclusive, recuerdo una oportunidad en que el presidente del Auto Club Balcarce, se acercó hasta mi estudio, y amenazó a mi esposa, al punto de decirle, que si seguía metiendo la nariz en el caso del Auto Club terminaría como Tristán Ventimiglia –abogado asesinado en su propio estudio en la ciudad vecina de Mar del Plata-. Los mensajes de texto que recibí –también del teléfono personal de Martínez- se referían a mi persona, llamándome Tristán e incluyendo la frase “La paciencia y la templanza son las bases de una suculenta  venganza”. Durante ese año, debí recluirme junto a mi familia en mi casa, atemorizados de que algo pudiera sucedernos, ausentándonos solo para concurrir a trabajar. La continua exteriorización de causarle un mal a mi familia, se transformó en un terrible hostigamiento. No le bastaba con perseguirme por la ciudad, sino que también enviaba correos electrónicos a mi estudio, todo ellos, sumamente injuriantes. Todo esto derivó en consecuencias muy serias para mi estado de salud. Debí modificar la rutina de mis hijos y explicarles una serie de eventos, las cuales perturbaron su inocencia. Me senté con mis nenes y les expliqué lo que estaba pasando, se angustiaron pero entendieron los cuidados que debíamos tener de aquí en adelante. Ellos, junto a mi esposa y mi familia, fueron mi sostén durante todo este tiempo. Solo quien ha atravesado algo similar, podrá comprenderlo. Todo los hechos que comento, obran en la IPP Martínez José Antonio s/ amenazas de trámite por ante el Juzgado de Garantías Nº 6 de la ciudad de Mar del Plata, en la cual Martínez fue procesado por el delito de amenazas reiteradas de muerte contra mi persona. Como si todo esto fuera poco. Aún hoy sigo padeciendo una campaña impulsada por el presidente del Auto Club Balcarce, destinada a afectar mi reputación y mi buen nombre. Días pasados, Martínez formuló una falsa denuncia en mi contra, que no hace más que revelar que no cesa en su enfermiza persecución y empecinamiento en contra de mi persona para amedrentarme y que desista de los reclamos para preservar al Auto Club Balcarce”, sostuvo Romera.