Ella tiene 26 años y el 30. Los investigadores y las fuentes judiciales coinciden en que es una de las parejas más temibles de la delincuencia, sustentada esta afirmación en la cantidad de hechos delictivos que llevan como una marca sobre sus espaldas. Desde 2005 a la fecha, según el registro de la Procuración General, han sido imputados en 14 causas penales entre las que se destacan hechos menores como hurtos, hasta robos a mano armada. En el prontuario de la mujer se indica que el primer hecho en el que fue imputada es del 16 de julio de 2014 por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, mientras el 16 de septiembre de ese año cayó por un robo. El 15 de febrero de 2015 esta mujer fue acusada por el delito de encubrimiento, y tenencia ilegal de arma de fuego. El 4 de agosto de ese mismo año cayó en una causa por robo agravado, en poblado y en banda, y el uso de arma de fuego no apta para el disparo, mientras que el 18 de febrero fue imputada por el delito de daño, a lo que se suman dos causas más por drogas y un violento episodio en el que aseguran los investigadores se tiroteó en una suerte de ajuste de cuentas con otras dos personas en la puerta de la Escuela N° 45. En el caso de su cómplice, está imputado por distintos delitos ocurridos desde 2005, algunos de los cuales le merecieron una condena y otros en los que fue imputado. Así aparecen hechos como robos agravados, encubrimientos, resistencia a la autoridad, robos calificados con uso de arma de fuego, y una denuncia en la que acusó al personal policial de apremios ilegales, causa que se tramita en la justicia de Garantías y que, en breve, llegará al debate oral.  En ese caso, el juez pidió se investigue la actuación del secretario de Protección Ciudadana, Julio López, tras un procedimiento en el que el joven integrante de esta pareja denunció que fue golpeado por efectivos policiales que, a su vez, fueron procesados por violencia institucional. 

Robo a la panadería. El último antecedente delictivo en el que se los involucra, la pareja aparece como la principal sospechosa de haber consumado el asalto a una panadería de 11 y 18 en la noche del 25 de mayo, un día feriado y con poco movimiento en la ciudad. Ese día, y a pocos minutos del cierre del local, una mujer y un hombre encapuchados -que creen pudo ser esta pareja- ingresaron a la panadería y en una secuencia de 20 segundos saltaron el mostrador, apuntaron a la empleada, y se llevaron la caja registradora que, luego, abandonaron cerca del lugar. Dos días después de este asalto, la Dirección de Investigaciones realizó un operativo que permitió la detención de esta pareja acusada de ser los autores del robo. Esa noche, el propio intendente municipal, Esteban Reino, y el subsecretario de Protección Ciudadana, Julio López, llegaron hasta la sede de la DDI donde dieron detalles del operativo y se mostraron satisfechos por la celeridad con la que se llevó adelante la investigación. En el pasillo del edificio de la DDI la mujer que había sido detenida insultó al intendente que estaba en la sala siguiendo el procedimiento.

Datos. Según datos de la causa a la que tuvo acceso a La Vanguardia, tanto el hombre como la mujer no están detenidos en Batán por el asalto a la panadería sino por el robo a una persona que, en los días previos al hecho de la confitería, denunció que la pareja lo asaltó con un cuchillo en su vivienda. En ese caso, la víctima dijo que se llevaron un celular y un dinero en efectivo. Respecto de las sospechas que vinculan a la pareja con el asalto a la panadería de Sebastián Montenegro, este diario pudo saber que, de las pericias de las cámaras del local, los investigadores pudieron establecer que el rostro de la persona que se ve en la imagen llegando al local y la de la mujer que es apuntada como responsable del hecho se asemeja en 66% de acuerdo a los parámetros que manejan los peritos informáticos y ese fue el resultado que llegó a manos del fiscal Rodolfo Moure.

Atenuante. Otro dato llamativo de la causa y que podría ser tomado como un atenuante para la pareja, si se demostrara que fueron ellos los que asaltaron la panadería, es que el arma que la empleada dice haber visto en la mano del hombre no fue hallada durante los allanamientos, por lo que se entiende que, al momento del atraco, estaba descargada. Este es un dilema que plantea el Código Penal y la legislación actual que menciona que, salvo que haya un disparo, para la justicia todas las armas utilizadas en los robos o son de juguetes o están descargadas por lo que no representan un peligro cierto para las víctimas de la inseguridad.

Cebados. La seguidilla de robos cometidos por esta pareja y la imposibilidad de tener una condena, hace que tras un hecho delictivo en el que son detenidos pasen algún tiempo presos y luego recuperan la libertad para seguir delinquiendo.  “Está en su ADN, comenzaron consumando hechos menores hasta llegar a robos a mano armada. Es como que están cebados y pese a caer presos siguen robando”, dicen las fuentes.