“Estoy mejor, pero sigo con temor”, dice Diana Sotelo (26), la joven que estuvo a punto de perder la vida tras un salvaje ataque de su pareja. Su caso es apenas la punta del iceberg de una problemática estructural y sin freno que se acentuó en lo que va de este año, multiplicándose los casos de violencia de género donde mujeres son sometidas brutalmente a sufrir vejaciones de todo tipo. Diana fue atacada por el hombre con el que vivía –de 36 años- y escapó de una muerte segura. Su agresor la atacó a golpes –supuestamente por celos- y luego la apuñaló con un dato más escalofriante: la mantuvo cautiva cerca de una hora esperando que se desangrara.  Cuando la mujer pudo salir de la casa del horror, en calle 27, entre 2 y 4, corrió hasta la estación de servicio de avenida del Valle y 12 y pidió ayuda al sereno que se sorprendió cuando la vio llegar con su cuerpo ensangrentado. Enseguida avisaron al servicio médico y una ambulancia la trasladó de urgencia al Hospital Municipal donde la intervinieron quirúrgicamente y lograron salvarle la vida. Todo había comenzado una hora antes en la casa del agresor. Cuentan fuentes de la investigación que la discusión se tornó violenta en momentos en que el hombre bebía alcohol junto a un amigo e imprevistamente golpeó a su mujer, y tomó una cuchilla de 20 centímetros de hoja para apuñalarla en la zona del abdomen. La víctima del ataque comenzó a perder mucha sangre e intentó escapar de su agresor pero él se lo impidió. “Vas a terminar en el cementerio”, la amenazó. Pasaron más de sesenta minutos en los que estuvo perdiendo sangre y aturdida por los golpes hasta que su propio instinto de supervivencia la llevó a escapar de la vivienda en medio de la noche. Al día siguiente del ataque, la subDDI, en un operativo coordinado por el comisario Maximiliano Blanco Ríos, y ordenado por el fiscal Rodolfo Moure, logró detener a su pareja en una casa de calle San Lorenzo entre 19 y 21. La causa fue caratulada “tentativa de homicidio agravado por el vínculo” que prevé la pena de reclusión o prisión perpetua. El detenido fue trasladado a la unidad penal 44 de Batán y ante el fiscal Moure se negó a declarar. Por estas horas, la fiscalía descentralizada trabaja en el pedido de prisión preventiva para que el acusado permanezca detenido mientras avanza la investigación, para la cual ya se han previsto una serie de diligencias para la semana próxima, además de recibir el fiscal más declaraciones testimoniales. Por otra parte, el fiscal imputó a las hermanas del agresor por amenazas: “Te vamos a hacer boleta a vos y a tus hijos”, le dijeron mientras estaba internada en el Hospital para que retire la denuncia.  

Estadística                                                                                                                                                   Otro ataque se registró esta semana. Esta vez fue en una casa de 103, entre 26 y 28.  Según la mujer, el hombre estaba alcoholizado y con un cuchillo la amenazó en reiteradas oportunidades.  El agresor, de 34 años, y quien posee antecedentes, quedó alojado en sede policial. Según datos de la propia fiscalía, en lo que va del año se multiplicaron las denuncias de violencia de género con un dato que impacta: las amenazas ya dejaron de ser los delitos más cometidos, para dar paso a las lesiones leves, graves, e intentos de homicidios. En los primeros cuatro meses del año se recibieron 260 denuncias contra las 319 de 2016 según datos oficiales. Ante  los ataques ocurridos esta semana, el Frente de Mujeres Balcarce emitió un comunicado en el que se menciona: “¿Cómo es posible que una vecina, herida gravemente, camine durante diez cuadras sin que sea percibida por una cámara de seguridad, un patrullero, la guardia urbana o un policía de a pie? ¿Cómo es posible que la primera ayuda que reciba sea de un comerciante que llamó a la ambulancia? ¿Dónde están las medidas preventivas de la ciudad cuando un hecho como éste ocurre? ¿Dónde están todos los policías municipales recibidos a finales del año pasado? ¿Para qué sirven las cámaras si no es para prevenir o, al menos, socorrer a quien lo necesita? ¿Quién nos cuida? La violencia de género se acrecienta día a día en nuestro país. Los femicidios no distinguen edad, territorio ni clase social, y hoy debemos lamentar la pérdida de una mujer cada 18 horas. Mientras esto ocurre, soportamos el recorte presupuestario que el gobierno nacional ha hecho a los organismos especializados en el tema. A eso, sumamos la ineficacia que tienen las actuales medidas preventivas y el sistema judicial. En un fin de semana, Balcarce fue testigo de un intento de femicidio y, también, de una violación en la medida de restricción en otra pareja. ¿Hace falta recordar las más de 600 denuncias por violencia de  género realizadas durante el 2016 en nuestra ciudad? ¿Hace falta recordar que ya sufrimos la pérdida de Melina a manos de un femicida?  Ante estos hechos de tal gravedad, hacemos pública nuestra preocupación y entendemos que el Estado es responsable. Por ello, pedimos a las autoridades municipales correspondientes que se tomen las medidas preventivas necesarias. Queremos a los femicidas cumpliendo condena. Queremos caminar tranquilas por las calles donde crecimos. Nos queremos libres. Nos queremos sin miedo. Nos queremos vivas”.