La historia de Brian Álvarez y su tío, Dante Armoa,  es parte de un relato crudo, con matices, pero lleno de esperanzas. Con presente y con futuro. “Yo lo conozco de bebé a Braian. Él y sus hermanitos se criaron solitos con su mamá que les dio mucho amor y dedicación. Fue una infancia difícil, humilde y de privaciones. Como la mayoría de los pibes le gustaba el fútbol, así que hizo infantiles en Unión y luego en Cadetes de Mar del Plata. Pero algo que tengo grabado en mi mente, es que cada vez que íbamos de visita Braian no estaba en su casa, siempre estaba sólo o con algún amiguito pateando en el potrero de al lado”, dice Dante. Esta historia comenzó en el año 2015 cuando  al pibe lo vieron  jugando en un torneo barrial y River Plate de Buenos Aires lo tentó. “En ese momento Braian tenía 15 años y cuando cumple 16,  su mamá, que es balcarceña y es mi sobrina, me dijo: “tío, al único que puedo recurrir es a vos para que me des una mano con Braian, vos me podes ayudar, te quiero dar la tutoría de Brian para que lo lleves a jugar al fútbol porque yo no entiendo nada”. La propuesta me tomó de sorpresa, pero me sentí feliz, no podía negarme, algo tenía que hacer porque a la familia no se la abandona. Cuando llegué a Balcarce, le pregunté a un amigo (toti Villalba) para que me oriente y me dio el nombre de “Lelo” Rodríguez que es una persona que estaba llevando chicos a probar a Buenos Aires. Me contacto telefónicamente con él y me citó en Mar del Plata. Fuimos a verlo con Braian, charlamos y en un momento le dijo: “Braian yo puedo presentarte en Racing Club para que  te pruebes en las divisiones inferiores pero esta es una luz muy chiquitita que está allá lejos y depende de vos llegar”. Conseguimos un gimnasio y empezamos con la preparación porque él era muy menudito, nos seguimos contactando con Rodríguez y un 20 de diciembre de 2014, es la fecha en que le consiguieron los boletos y viajamos a Racing: “Braian está todo en vos ahora” le dijo “lelo” Rodríguez. Lo fuimos a despedir, viajó solito, y en Buenos Aires lo esperaba gente del club. Después de la primera prueba me avisan que estaba volviendo en dos días y que traía un papelito. Viajamos a Mar del Plata para esperarlo en la Terminal; era un 23 de diciembre y llegó con una sorpresa, “tío, me dijeron que haga la pretemporada acá en Cadetes y en enero me esperan en Racing”. Nos abrazamos y llorábamos todos, nosotros, su mamá, su abuela que es mi hermana, fue una emoción y una alegría enorme”, contó.

Vivencias
“Yo he hecho muchas cosas por él y hoy veo que dio sus frutos apostar por el pibe. Una anécdota de las tantas lo demuestra. En esos días que volvió de Buenos Aires, Braian debía presentarse a entrenar en Cadetes, pero no lo hizo. A los tres días me llamó “lelo” Rodríguez diciéndome que dejábamos ahí las cosas. Le dije que iba a averiguar qué había pasado y para esto nos fuimos al otro día con mi señora a Mar del Plata. Cuando llegamos, la mamá de Braian, mi sobrina, me contó lo que había pasado: “te digo la verdad tío, Braian no tiene ropa ni zapatillas para entrenar ni siquiera tengo para el colectivo”. Nos miramos con mi señora y allá fuimos a comprarle la ropa al pibe, zapatillas, botines, medias, vendas, todo con tarjeta y le dejamos algo de plata para el cole.  Es el día de hoy que él, su mamá y mi hermana se acuerdan de que uno siempre estuvo en los momentos difíciles, y quizás uno piensa y no alcanza a comprender lo importante que fue para que él persiga su sueño”, asegura emocionado Dante.

La Academia
En enero de 2015 Brian viajó a Buenos Aires y le hicieron un lugar en la pensión de Racing Club. En tres años pudo terminar el colegio secundario gracias al club, y el año pasado se recibió y Dante viajó para estar presente en su colación. “Fuimos con su mamá Gabriela, con Nora Armoa quien es mi hermana (su abuela) y mi señora. Fue hermoso verlo y además ahí nos enteramos que había sido elegido como “revelación deportiva 2016”, él no nos había dicho nada, tiene algo de timidez todavía. Futbolísticamente comenzó en séptima, hizo sexta, luego quinta hasta que en un momento ya alternaba en reserva donde tuvo buenos momentos haciendo un par de goles. También fue preseleccionado para el sub 17 hasta que lo vio Diego Cocca y en diciembre del año pasado lo llamó para hacer la pretemporada con el plantel de primera división en Mar del Plata. Siempre estamos en contacto con un mensaje ó un llamado, para mí es como si fuera mi segundo hijo, yo he hecho muchas cosas por él y hoy veo que dio sus frutos apostar por el pibe”.

Estilo Di María
“Como jugador él tiene un estilo a Di María”, dice Dante. “Zurdo, tranco largo, veloz, buena gambeta, buena pegada, se desprende rápido de la pelota, va a buscarla, es un volante suelto, tiene un futuro enorme creo. Hoy ver en lo que se convirtió me emociona y me llena de orgullo. Este verano, con 19 años, debutó con Atlético Tucumán en Salta y jugó unos minutos en Mar del Plata contra Independiente, clásico que ganan por penales. Su camiseta lleva el número 36 y para ese bautismo en primera a él lo rapa en el vestuario, Gustavo Bou, delantero del primer equipo. Ojalá esta historia sirva para incentivar a todos los pibes jóvenes para que vuelvan al potrero, el fútbol es hermoso y si lo toman con responsabilidad, humildad, conducta y sacrificio se puede llegar”, concluyó.