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Sociedad

La vuelta del TC a Balcarce: una guerra de egos y ambiciones
20-02-2017 La relación del Municipio con la ACTC está en punto muerto. La aparición de Traverso complicó las chances. Mentiras, peleas y un futuro incierto. Foto: ACTC.

La vuelta del Turismo de Carretera a Balcarce no depende sólo de una decisión política o de un lugar en el calendario de la categoría. La historia es más densa y repleta de interrogantes. Una vez que se cumplan con las obras vinculadas a la seguridad del circuito, enclavado en la sierra La Barrosa, la Asociación de Corredores de Turismo de Carretera tendrá la última palabra. Antes, el presidente de la entidad, Hugo Mazzacane y el intendente Esteban Reino deberán zanjar las diferencias que mantienen la relación entre el Municipio y la ACTC en punto muerto. El mandamás de la categoría se sintió ofendido cuando la anterior conducción de la Asociación Autódromo criticó, y “ofendió” según Mazzacane, a la institución más representativa del automovilismo deportivo. Esta polémica enfrentó a Carlos Calamante –en ese momento presidente de la AAB- y el doctor Rodolfo Balinotti –médico de la categoría- y volvió a enfriar las negociaciones para que el TC retorne al Fangio.  El resultado: Calamante renunció a la Asociación Autódromo para “allanar” el camino con la ACTC al tiempo que Mazzacane expresó que Balcarce, aún realizando las obras complementarias necesarias, no tendría carrera. “Se dijeron barbaridades y no lo podemos permitir”, sostuvo en ese momento Mazzacane. Paralelamente se suspendieron dos encuentros que tenía agentado el intendente con el presidente de la ACTC que por distintos motivos no se concretaron. “Reino pide reuniones y no viene”, se quejan en la Asociación Corredores Turismo de Carretera mientras que en el entorno del jefe comunal son más optimistas: “cuando Mazzacane conozca a Reino y se siente en una mesa, café por medio, esto se soluciona en cinco minutos”, se ilusionan. Pero la imagen que enfureció a Mazzacane en su oficina de Bogotá 166 fue la reciente reunión del intendente con el ex piloto y presidente de la Asociación Argentina de Volantes, Juan María Traverso, y Fernando Croceri, de la misma entidad.  “La idea fundamental es que el inspector FIA Carlos Bertrand Merino vuelva a Balcarce, haga un  informe pormenorizado y detallado de todos los trabajos que corresponden para ubicar el autódromo de Balcarce en el lugar que tiene que estar”, afirmó Traverso. En la ACTC sorprendió el acercamiento del Municipio con Traverso que, junto a Gabriel Furlán, fueron los más duros con el circuito tras la muerte de Falaschi. "No fue un accidente, fallaron las medidas de seguridad", al tiempo que marcó como responsables a quienes habilitaron el circuito para la competencia en la que murió el piloto de Las Parejas. En la misma línea Furlán había dicho que “ahí no se puede correr. Hace 30 años que digo lo mismo". Como sea, en la ACTC creen que Reino eligió “el camino equivocado” y que de esta manera aleja aún más la posibilidad de la vuelta del TC. “No se le puede poner una alfombra roja y distinguir a una persona que destruyó al autódromo de Balcarce públicamente”, apunta una fuente vinculada a la ACTC. Traverso, a quien el Museo Fangio y el Municipio reconocieron durante la entrega de los Premios Juan Manuel Bordeu,  es el mismo que en 2011 había dicho que aquella tarde en el Fangio "fallaron todos"; desde "los banderilleros hasta las medidas de seguridad obsoletas y antiguas". A su vez, había expresado: "No puedo creer la forma en que lo rescatan, lo suben arriba de una camilla y después en un furgón, cuando le cobran mucho dinero a los corredores. El médico es un payaso. Me daba vergüenza y no lo podía creer", había criticado en aquella oportunidad. En este sentido, quienes avalan el acercamiento con Traverso, sostienen que el Flaco resiste cualquier archivo y que la crítica fue a la organización de la carrera no al autódromo.  

Presente y futuro. “La Municipalidad no está para organizar y gastar plata en carreras”, repite el intendente en la intimidad cuando lo consultan sobre la vuelta del TC. No es que no le interese, sino que pretende que sean otros los encargados de esta empresa que, en todo caso, el Municipio se vea beneficiado por quienes deseen invertir en el autódromo. Por eso surgió la AAB que, ahora de la mano de Mario Albeghini, parece encajar en esta suerte de nexo que cumple la entidad entre la Comuna y las entidades deportivas. Hace poco tiempo la polémica y el enfrentamiento con la ACTC se cargó ya a dos miembros de la asociación -Carlos Calamante y Sebastián Fiori- quienes dieron un paso al costado, en medio también –cuentan- de una fuerte resistencia interna respecto de la posición que algunos consideran aún persiste. Por otra parte, la concesión del autódromo  es una posibilidad para el Municipio sobre la que se avanzará en la medida que se den los acontecimientos, mientras que para la ACTC –y aunque Mazzacane lo niegue rotundamente- es parte de una idea que germinó incluso a partir de un proyecto que acercó en su momento Roberto Argento, hombre vinculado a la entidad madre del TC.  Si esta iniciativa se reflotará, muchos creen que debería existir un ente auditor, externo al Municipio, para efectivamente garantizar que se cumpla con lo acordado. Mientras tanto, Reino apura la llegada de fondos de la Nación, a partir de su vínculo con el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis. Respecto de la vuelta de la actividad oficial, muchos creen que el camino que eligió el intendente con la FIA por un lado y con Traverso ahora es el correcto y que la  relación con la ACTC se recompondrá por decantación en la medida que el autódromo esté en condiciones y en el contexto al que se enfrenta Mazzacane de incluir en el calendario autódromos taquilleros que equiparen la pérdida del financiamiento que llegaba a través del programa Automovilismo para Todos. “En el fondo es un problema de plata, y esto se arregla con plata, lo de Mazzacane es para la tribuna y se arregla en dos minutos”, le dijo a La Vanguardia una fuente oficial.

Obras y mentiras. Tras la muerte de Guido Falaschi, ocurrida el 13 de noviembre de 2011, que paralizó a todo el deporte argentino, el intendente de entonces, José Echeverría, decidió –aún sin haber una orden judicial- cerrar el autódromo en medio de fuertes cuestionamientos y denuncias que llegaron, incluso, del mismo mundo del automovilismo deportivo.  Desde entonces, el Fangio sólo es utilizado para actividades recreativas que poco tiene que ver con el deporte motor pese a la afirmación del entonces presidente de la ACTC, Oscar Aventín, quien había asegurado que no iban a quitar del calendario de Turismo Carretera el circuito donde se produjo la tragedia. “Que nos dejen tranquilos hacer nuestro camino y nuestro destino”, reclamó, y le contestó con dureza a Gabriel Furlán. “Es de muy mala leche hacer leña del árbol caído. Traverso, Di Palma, Furlán, estaban todos juntos en el velorio. Si tienen huevo que vengan a verme la cara, no como ellos que están en los sillones de su casa frente al televisor”. Así, el Juan Manuel Fangio sigue siendo motivo de polémicas que cruzan el horizonte de quienes hoy llevan adelante la recuperación del circuito emblema de la ciudad y el país. El 30 de abril de 2016 el intendente municipal Esteban Reino y el inspector de la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) para Latinoamérica, el español Carlos Bertrand Merino, recorrieron de manera íntegra el autódromo “Juan Manuel Fangio”. Sin embargo las miradas sobre las obras que requiere el circuito están enfrentadas. El Municipio junto a la nueva conducción de la AAB puso en marcha una serie de obras que se enmarcan en parte de lo que delineó la FIA.

La nota completa en la edición impresa. 

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