El barrio del Plan Federal de Viviendas ubicado en la avenida 107 –hoy camino de circunvalación- y la calle 2 es la síntesis de un Estado irresponsable, corrupto y fundamentalmente ausente. Desde su apertura en 2006, las casas del barrio fueron usurpadas, entregadas a medio terminar y otras ni siquiera levantadas. Muchos de los beneficiarios de esas viviendas desistieron de habitarlas por las condiciones en las que pretendían entregárselas, algunos tomaron casas en reemplazo en otro sector de la ciudad, y muchos más se negaron a tener que vivir al lado de una planta depuradora, el sitio elegido por el gobierno peronista en 2005 para su construcción. Desde esa perspectiva, todo lo que vino después fue caótico. Sin embargo, el barrio fue creciendo, se abrieron las calles, la gente pudo establecerse aún con dificultades, y hoy tiene una población estable de 145 familias. Un equipo de La Vanguardia estuvo en el lugar para conocer cómo se vive en un barrio que está estigmatizado y señalado como un lugar donde hasta la policía tiene reparos a la hora de ingresar. La mayoría de las familias que viven en el barrio son de condición humilde, y el único ingreso que tienen proviene de las changas y trabajos que los hombres realizan en el sector rural. “Cuando decís que vivís acá nadie te quiere dar trabajo”, dice Fernanda quien acompaña a un equipo de este diario en la recorrida. Por otra parte, recién esta semana, después de una década, lograron que comiencen a ponerles los medidores de la luz, no tienen agua potable ni tampoco gas de red. Las calles están intransitables, sobre todo los días de lluvia, y aseguran que las ambulancias y los remises no ingresan al barrio por temor. En medio de tantas necesidades, la iglesia evangélica cumple un rol social de contención frente a la ausencia del Estado municipal. “Los políticos llegan hasta la esquina de ingreso al barrio pero nadie entra”, se queja otra vecina que tiene una pequeña despensa en uno de los extremos del complejo.

Necesidades
Al margen de vivir sin los servicios básicos y esenciales, las 145 familias que viven en este barrio sobreviven como pueden. Cuando se camina el barrio, hay chicos que sufren también las consecuencias del olvido oficial. Si  bien concurren a escuelas de la zona, a veces son discriminados por pertenecer a un barrio con mala fama. “Los chicos son los que más sufren, algunos no dicen donde viven y cuando van a la escuela sienten la discriminación”, dijo Teresa una joven mamá que llegó al barrio hace cuatro años.  Frente a esta realidad, en julio pasado el concejal Gabriel Petruccelli (FR) presentó un pedido vinculado al Plan Federal V y VII de calle 107 y 2. “Son absolutamente necesarios los arreglos y posterior mantenimiento del alumbrado público en las calles internas de dicho barrio. Resulta impostergable, y se encuentran inconclusas tareas que se deben realizar en mantenimiento de postes, cables, luminarias y todas las obras que resulten necesarias para realizar una adecuada instalación del servicio de energía eléctrica en el interior de las viviendas. También se encuentra la inquietud planteada por los vecinos, al respecto de poder regularizar el dominio de las propiedades. Es absoluta responsabilidad del Municipio, gestionar y concretar todas las obras y servicios irresueltos en el barrio antes mencionado”, argumentó el edil pidiendo al Ejecutivo que, a través del área correspondiente, realice un relevamiento a través de una encuesta socioeconómica que permita clasificar las distintas situaciones de cada grupo familiar que residen en el barrio Plan Federal y efectúe tareas viales.

El informe completo este lunes en el noticiero de Canal 28, a las 13 y a las 20.