La justicia avanza en la investigación del crimen ocurrido en una chacra cerca de la ruta provincial 55 y las vías del ferrocarril. En ese lugar, hace tres semanas, fue asesinada Olga Bianchini (62). La mujer fue atacada y recibió cinco puñaladas y un golpe en la cabeza que fue mortal. El cuerpo apareció calcinado al lado de su auto Citroën C3. El mismo día del crimen, la fiscalía llevó a cabo un allanamiento en la casa del empleado de la chacra en el barrio Hipólito Yrigoyen  y hallaron en el interior de un auto Gol Country manchas hemáticas, y un cuchillo tipo tramontina también con sangre. Según reveló la autopsia, la mujer no murió calcinada sino producto de cinco heridas corto punzantes y una fractura en la cabeza, que determinaron su deceso.  La carátula de la causa es homicidio e interviene la Fiscalía Descentralizada de Balcarce. Sobre este aspecto que puede ser determinante para la investigación, en las últimas horas La Vanguardia accedió a parte de los resultados que se conocieron del informe pericial. Ese documento, que está en poder del fiscal Rodolfo Moure, confirmó que la sangre encontrada en el cuchillo y en el interior del auto del imputado eran humanas, al igual que la sangre hallada en la piedra que habría utilizado el homicida como restos que se hallaron en otro sector de la chacra. Fuentes del caso revelaron que los dos tipos de factor encontrados podrían ser compatibles, con lo cual podría tratarse de sangre de una misma persona, interrogante que revelará ahora un estudio de ADN ya solicitada por el fiscal.  Revelaron las mismas fuentes que el cuchillo tenía “mucha sangre”, mientras que la sangre en el vehículo estaban en la parte interior y exterior del rodado. Otro dato que podría ser determinante, es parte de un informe sobre las llamadas telefónicas que confirman que la víctima y el imputado hablaron por la mañana y por la tarde, una hora antes del crimen. A este dato se suman las imágenes de las cámaras de monitoreo que muestran al auto de la víctima y el del imputado desplazándose por la ruta 55 en dirección a la chacra con minutos de diferencia y previo al homicidio.  

Más datos. La mujer era dueña de una chacra de la zona, vivía junto a su madre y estaba separada de su marido desde hacía varios años y no está aun claro por qué concurrió a la quinta en la tarde del domingo. Fuentes policiales contaron que a metros del cadáver había una canilla con manchas de sangre y pelos que serían de Bianchini. Los policías que revisaron la escena del crimen hallaron el teléfono celular de la víctima, pero totalmente calcinado, como también algunos objetos personales. Bianchini se fue a vivir a Canadá hasta que hace tres meses volvió para hacerse cargo de los campos de su madre, indicaron fuentes del caso.

Duda.  Tras el informe que recibió, y aunque resta conocer el resultado de ADN de las muestras obtenidas, la situación de Juan Antonelli –el empleado de la chacra y único imputado- es complicada. Tampoco de las declaraciones testimoniales que recibió el fiscal surge ningún dato concluyente.