Su vida recién empieza. Su historia escribe sus primeros capítulos en un mundo que se ilumina por una sonrisa que inspira esperanza. Bianca tiene 8 años y desde hace dos lucha contra una leucemia que la enfrentó a una enfermedad que no le da tregua. En este tiempo, fue sometida a agobiantes sesiones de quimioterapia y otros estudios que van haciendo mella en su cuerpito de niña. Pero Bianca no se resigna. Junto a su mamá, Débora, y su papá, Ricardo, enfrenta lo que viene con la entereza de un adulto, con la naturalidad que a veces los chicos afrontan estos dramas, y con un deseo que a partir de hoy compartirá con miles de corazones balcarceños. Bianca eligió vivir y lo hace con una sonrisa, haciendo lo que le gusta: toca la guitarra y quiere seguir aprendiendo pero no puede salir de su casa por temor a contraer un virus que agrave su cuadro. Después de diversos tratamientos y terapias, los médicos les dijeron a sus papás que existe un 70 % de probabilidad de cura. La mayoría de los pacientes con leucemia aguda se curan sin trasplante de médula ósea y las leucemias pediátricas lo hacen en un alto porcentaje.  Este dato estadístico se convirtió en el mejor estímulo para seguir.  Pero la historia de Bianca es conmovedora. El mismo día que cumplió siete años le detectaron un bulto en la cabeza. “A partir de ahí, nos dieron una cita para sacárselo, pero dos días antes tenía los ganglios inflamados, en 2 ó 3 horas se le inflamó todo el cuello, y ahí empezó todo. Nos derivaron a Mar del Plata, estuvimos durante un mes allí, hasta que nos dijeron que tenía un linfoma, que es un cáncer en los ganglios linfáticos. Le hicieron una punción lumbar y nos informaron que Bianca tenía  “leucemia linfoblástica aguda B, de grado medio”, es decir que no es de alto riesgo. Ahí empezó con las quimioterapias y  con la medicación hasta este momento. Hoy está estable, tiene sus momentos buenos y sus momentos malos. La operaron, le sacaron esa “cosa” de la cabeza, tiene operaciones en el cuello y tiene un catéter en el pecho por donde le pasan la medicación ya que ha tenido tantas quimio que ya las venas no le dan más y no resisten”, cuenta Débora en una entrevista con La Vanguardia.

El tratamiento. Dice la mamá de Bianca que la nena “se enferma muy rápido, pero también se cura muy rápido. Este es un tratamiento muy agresivo, muy duro. En ese tiempo dejó todo, aunque hace unos meses retomó sus estudios en la Escuela Nº 4. Igualmente es muy sensible si hay algún chico enfermo o tiene que cuidarse cada vez que sale a la calle. Por ejemplo, ayer fuimos al Cerro y ya hoy tiene tos, tiene pocas defensas, todavía toma  pastillas que es parte del tratamiento”. Bianca se atiende en el Materno Infantil de Mar del Plata, con las doctoras Silvia Dos Santos, Murray, y Caballero, todas oncólogas pediátricas. El tratamiento para que la niña se cure dura 5 años, “vamos un año y medio y tiene una posibilidad de 70% de cura y un 30% de posibilidades de recaer y que vuelva la enfermedad. Si esto sucediera habría que hacerle un trasplante de médula”, explicó la mamá.

Una luchadora. La pequeña Bianca es una luchadora de la vida. Cada minuto de su existencia pone el corazón para pelearle a una enfermedad que se duerme y se despierta a cada momento. Eso la obliga a no bajar la guardia, a estar atenta y conocerse cada vez más. “Ella sabe lo que le pasa, es consciente de lo que tiene que hacer y lo hace, tiene días buenos, días malos, a veces no le gusta como está, se enoja, pero por supuesto es entendible porque no deja de ser una niña”, sostuvo Débora.