Hasta hace tres semanas, Balcarce tenía un promedio de dos robos a mano armada por mes. Sin embargo, ese número se triplicó en apenas veinte días. En el último mes se superó ampliamente esa marca, y encendió la alarma de toda la ciudad que asiste con preocupación al avance de la delincuencia. Es que no sólo son robos, los últimos acontecimientos tuvieron el agravante de ser episodios en los que los delincuentes, armados y a cara descubierta, maniataron y golpearon salvajemente a sus víctimas. Los desenlaces de estos hechos si bien no fueron fatales estuvieron a punto de serlo. La magnitud del problema hizo eclosión y estalló esta semana en los despachos oficiales y enfrentó al intendente José Echeverría con los principales dirigentes de la oposición. El jefe comunal ha conseguido, en los seis años que conduce el Ejecutivo, conformar una estructura de seguridad como nunca antes en Balcarce, aunque las fallas en la coordinación y las internas policiales –hoy absolutamente expuestas- terminaron conspirando contra la posibilidad real de encontrar un mayor grado de eficacia en las políticas públicas asociadas a contrarrestar el delito. Está demostrado que la saturación policial no impide el delito. Tampoco, queda claro, si la seguridad puede tomarse como una cuestión cuantitativa sin buscar calidad. Al margen de los asaltos violentos hay que sumarles los casos de viviendas desvalijadas, hurtos y también el fenómeno migratorio, con nuevos residentes que ocupan casas vacías y no tienen trabajo. Según datos del mapa delictual al que accedió en exclusivo La Vanguardia, en lo que va del año se registraron –al 7 de septiembre- 92 robos en viviendas denominados “escruche” (cuando las familias no están), lo que revela una estadística alarmante: un promedio de un  hecho cada dos días y medio.  En lo que respecta a los asaltos violentos, los números oficiales muestran una marcada tendencia que eleva la cantidad de robos agravados a 20, con la particularidad de que más de la mitad ocurrieron el último mes y medio y de manera consecutiva. El promedio eleva la estadística histórica pasando de dos a tres asaltos por mes. En el mismo periodo acontecieron 22 robos de vehículos que fueron sustraídos de la vía pública y 5 de moto vehículos, además de 12 abigeatos –ilícitos en la zona rural- que investiga la Patrulla Rural. Consideran las fuentes consultadas que, al margen de la información oficial, pueden existir otros hechos no denunciados por las víctimas y que no están contemplados en la estadística oficial.