Para guardar el acceso directo en el escritorio de su celular, pulse y haga clic en AGREGAR A INICIO

Información Premium Registrate

¿Olvidaste tu contraseña?

Miércoles, 24 de Abril de 2024 | 14653 Usuarios únicos

Sociedad

Peluqueros: dos generaciones, la misma pasión por el oficio más querido
25-08-2015 Rubén Cassini y Daniel Eymann pertenecen a distintas generaciones de peluqueros, pero los une el amor por la profesión. Tienen sus locales en la misma cuadra, aunque sus clientelas son distintas. Sus historias. Foto: La Vanguardia.

Antes de las 8 AM Rubén Cassini (78) camina los últimos metros hasta llegar a su peluquería ubicada en la calle 16, cerca del teatro municipal. Mientras la ciudad despierta, en un escenario de paz, Rubén repite su rutina: mira cómo está la vereda, saluda a los vecinos, levanta la persiana, prende la radio, prepara las tijeras, se calza el guardapolvo celeste y se sienta, por último, a esperar la llegada del primer cliente. Su socio de toda la vida, Pedro Pascuale ya no está pero existen aromas, imágenes y objetos que lo recuerdan. Así comienza su día que se extenderá en una jornada intensa, llena de sabiduría barrial y de historias mínimas que sólo se pueden escuchar en la peluquería más antigua de la ciudad. En la misma cuadra, aunque en la vereda de enfrente, otro maestro peluquero de los más reconocidos y profesionales de Balcarce también empieza con su rutina, creando y marcando tendencia. Son ámbitos distintos, cruzados por otras miradas y otras maneras, pero a los dos los vincula la pasión por lo que hacen. Daniel Eymann (46) es un peluquero con todas las letras. Además de excelente anfitrión es un estilista que parece encajar con cada corte solicitado por los clientes.  El próximo 25 de agosto se celebra el Día del Peluquero y La Vanguardia los convocó como ejemplo de dos generaciones que, cada cual a su manera, han mantenido viva la llama de uno de los oficios más queridos por la gente. La charla transcurre en la histórica peluquería y Daniel se sienta en el mítico sillón donde descansaba Juan Manuel Fangio mientras Pedrito recortaba su incipiente cabellera.

Los comienzos
Eymann nació en Balcarce  y cursó sus estudios primarios en la Escuela N º 6.  Con sólo  14 años se inscribió en la Academia Estela Guerisoli, en Mar del Plata. Comenzó a viajar, a veces en micro y otras veces a dedo sin que se enterara su mamá. “Los turnos de la Academia eran de tres horas pero mi profesora me dejaba quedar toda la jornada, hasta las 21 y después le limpiaba la Peluquería. Creo que vieron las ganas que yo tenía de aprender, hay que tener ganas, amor, pasión y vocación para hacer este oficio. Al  año estaba recibido, me animé a hacer domicilios acá en Balcarce, los turnos me los tomaban don Petra y Rosita en el “Kiosco Petra”, ubicado en 19, entre Kelly y 16.  En esa época no había Internet, no había Facebook, no había celular, no tenía teléfono fijo, todo era de boca en boca y llegué a tener en 5 años 80 familias de clientes.  Yo vivía atrás del Cerro por lo cual mi medio de transporte era una bicicleta y con mi bolsito iba para todos lados. Me recorrí los cuatro puntos cardinales de Balcarce en bicicleta lo cual me permitió cosechar un montón de clientes amigos, tengo tres generaciones de clientes, esto es familiar y eso marca mi cercanía con la gente. Con 20 años puse mi primer salón en calle 20, entre 11 y 13. El segundo local fue en 19, entre Kelly y 16. Luego abrimos en la esquina de 18 y 19, del Gran Bazar. Después me mudé a 17, entre 18 y 20, luego a 16 entre 11 y 9, y finalmente en mi salón en 16, entre 17 y 19.  Estoy muy conforme, siempre trato de ambientarlo para verano y para invierno calefaccionarlo. Lograr que la clientela se sienta única. El Salón es unisex, es familiar, hoy en día el hombre también se tiñe, se hace color, se hace reflejos, se hacen manos. Hoy han cambiado los prejuicios. Al mismo tiempo un hombre se puede estar tiñendo, al lado puede haber una mujer haciéndose reflejos y más  allá un chico cortándose. Hoy cambió todo, cuando antiguamente se tenían que dar los turnos aparte, había días “masculinos” y días “femeninos”, pero hoy está todo mezclado, se comparten charlas, como un consultorio, no hay prejuicios”, contó Daniel.

La nota completa en la edición impresa.

Más Noticias
ver historial de noticias
Publicidad
Publicidad

Contactanos

Crear Cuenta

Tengo Cuenta

Ingresar a Cuenta

Recuperar Clave

Generar Clave Nueva

Ingrese y confirme nueva clave