Gabriela Gainza es la mamá de Joaquín, un chico de 16 años que tuvo que ser hospitalizado tras un cuadro de intoxicación. Según contó la mujer, su hijo concurrió a un pub céntrico y tras pedir una cerveza y un fernét,  comenzó a sentirse mal y se descompuso. “Lo tuvimos que bajar en sillas de ruedas,  no podía caminar. Vomitó una vez, y después no paraba de vomitar. Estuvo internado en la Guardia del Hospital y ahora está en el segundo piso. Gracias a Dios a mí me conoce mucha  gente y saben cómo tengo y cuido a mi hijo. Es un chico que hace deporte, toma lo normal y cuando hay partido no sale, pero acá pasó algo raro por eso quiero hacerlo público”, explicó Gabriela en uno de los pasillos del centro de salud mientras conversa con La Vanguardia. “El doctor Vázquez Vismara es el médico que lo está atendiendo, y me dice que no tiene pruebas pero que podría ser una sustancia que, eventualmente, le habrían puesto, quizás un ansiolítico, una pastilla o cocaína. Lamentablemente no se puede comprobar porque ese tipo de análisis se hacen en La Plata con un químico especial que puede establecer qué fue lo que le pusieron. Tampoco sabemos quién fue, si fue alguien de ahí o un extraño. Ahora –por el viernes- le hicieron un análisis de sangre, y según me dicen está todo normal dentro del cuadro que tiene; sigue con la presión baja, va a estar internado hasta la tarde para ver qué pasa, pero la verdad es que nos pegamos un susto bárbaro. Hago esto público –reitero- para concientizar a los padres de los chicos primero porque la responsable soy yo, porque acepto que salió en un horario que no debe, pero tampoco no puedo ser hipócrita y tener encerrado a mi hijo porque en un lugar no cumplen con las reglas vigentes o no hay controles”, indicó.

Denuncia                                                                                                                                  Gabriela Gainza anticipó que hará la denuncia para que las autoridades “tomen cartas en el asunto”.  “Voy a hacer la denuncia porque un día le rompen la cabeza con una baldosa a un pibe y no pasa nada, los vecinos están cansados de quejarse y nadie hace nada.  Ahora sólo espero que mi hijo se recupere y después veremos qué hacemos. Por ahora sólo pudo contarme que fue a este local, se tomó una lata de cerveza  y un fernet, y después se empezó a sentir mal. Si uno se pone a pensar, le podía haber pasado cualquier cosa, porque me pregunto si mi hijo era epiléptico y lo drogan vaya a saber uno con qué intención ¿Qué pasa?”, se preguntó Gabriela.