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Sociedad

“Fue una fatalidad, pero por la muerte de mi hijo tiene que haber responsables”
14-09-2014 Ese día el autódromo vivió una de sus jornadas más tristes. Dos espectadores murieron al ser alcanzados por dos autos que salieron de la pista. Jorge, el padre de una de las víctimas, volvió al lugar diez años después. Sigue pidiendo justicia. Foto: La Vanguardia.

El 12 de septiembre de 2004 el autódromo Juan Manuel Fangio, con sus sierras colmadas de fanáticos, fue testigo de un hecho desgraciado que se llevó la vida de un joven de 29 años y un hombre de 59. La justicia sigue investigando hoy en qué circunstancias ocurrió el accidente que se produjo cuando los autos de la categoría Turismo Special de la Costa llevaban recorridos apenas 150 metros de la recta principal. En ese momento, se registró un toque entre el Chevrolet de Juan Ignacio Botto y el Ford de Adrián Rached. Los vehículos se desviaron hacia uno de los extremos de los boxes y allí arrollaron a Jorge Ariel Iezzi,  hermano en esa época de un piloto de la categoría Promocional 850, y a Pablo Ibarra, un pintor que estaba con él. Los dos murieron en el acto. También en aquel accidente resultó herido otro espectador, Mario Cáceres, quien sufrió distintas heridas, aunque pudo recuperarse. Al margen del avance de la investigación, el Concejo Deliberante aprobó después un pedido de informes del bloque del Frente para la Victoria –como parte de la oposición en ese momento- solicitando al gobierno municipal que conducía el ingeniero Carlos Erreguerena documentación referida a la organización de aquella competencia automovilística. Jorge Iezzi, padre de Ariel que falleció en aquel accidente, volvió a Balcarce justo el día que se cumplían 10 años de la tragedia. Junto a La Vanguardia recorrió el autódromo y estuvo en el lugar donde vio por última vez a su hijo. “Estar acá es muy fuerte, pero siento que estoy entero. Estos han sido años bastantes duros. Con mi mujer tuvimos que ir a un psiquiatra, y salimos de esta tragedia como pudimos. Volví a este autódromo a los 11 meses, y cuando ya habían sacado los guarda rail, y se había hecho un paredón de la curva uno hasta la salida de boxes. Me acuerdo que plantamos una plantita, y pusimos una foto de Ariel. Desde entonces, fui a todas las audiencias en Mar del Plata porque quería escuchar qué decían los testigos del Auto Club y la Municipalidad. El único que hablaba era Hugo Fioriti y la verdad que no se podían creer las mentiras que decía. A los 3 años del accidente, el juez designó un perito, vinimos un 20 de junio y fuimos al Auto Club para que estuvieran al tanto que íbamos al autódromo a realizar esa pericia. Ese día nos peleamos con Fioriti que se quería interponer entre nosotros y los peritos. Pero aquella diligencia se pudo hacer y la investigación, aunque lenta, pudo avanzar”, sostuvo.

La nota completa en la edición impresa.

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