Alberto Martinotti (66) y sus hijas finalmente se reencontraron. Fue el viernes por la noche  antes de dar su show por los 50 años con la música en instalaciones de Carrefour. “No lo puedo creer y le agradezco a Dios por esto”, dijo Alberto a La Vanguardia. Durante este último año, Alberto ha luchado para reencontrarse con sus hijas de 6 y 7 años que la justicia decidió, a partir del fallo de una jueza, entregar en guarda provisoria a una familia de la ciudad de Mar del Plata. Como anticipó este diario, hace tres años su mujer lo abandonó y lo dejó al cuidado de sus dos hijas. Alberto hizo lo que pudo para poder darle un techo digno y mantenerlas, pero le fue imposible. En ese camino, encontró en Protección a la Infancia, a través del Centro Convivencial, un buen lugar para que sus hijas permanezcan mientras él intentaba recomponer, entre otras cosas, su situación laboral y económica. En el medio, y después de una audiencia de la que participó la propia jueza que entiende en la causa, la doctora Clara Obligado, a cargo del Tribunal de Familia N° 5, un matrimonio de Balcarce se ofreció para tener en guarda a las nenas y garantizó que Martinotti pueda verlas periódicamente. Pero al año, la familia las devolvió a Protección, y allí la situación se volvió crítica. En una entrevista exclusiva con el diario La Vanguardia, la doctora Marisa Rosa Orvan, abogada de Alberto Martinotti, contó ahora los avances de la causa y cómo se consiguió que se establezca un régimen de visitas para que el padre pueda seguir viendo a sus hijas. “Seguimos batallando y luchando porque a través de distintos informes del expediente se determina que Alberto no podía ver a sus niñas, porque consideraban que ellas tenían ciertas características en su personalidad y no era favorable que las nenas estuvieran con él. Cuando se dicta esa resolución presento un recurso de apelación contrarrestando todo esto diciendo que no había ningún motivo importante o valedero para romper un vínculo con el padre”, explicó la profesional. “Estaba pidiendo que las tuviera Alberto hasta solucionarse la cuestión de fondo un régimen de visitas amplio, o sea, no podían desvincularse porque ellos siempre estuvieron juntos, no hubo de él hacia las nenas ni abandono, ni era un padre violento, porque él realmente tuvo una situación de vulnerabilidad muy grande. Presento el recurso de apelación, y me es concedido y se eleva a la Cámara Civil y Comercial Nº 2 de la ciudad de Mar del Plata, puntualmente la sala 3. Se resolvieron algunas cuestiones técnicas y se sigue con el recurso, hasta que Alberto se empieza a comunicar telefónicamente con las nenas y el dialogo y la comunicación con ellas fue tan bueno que parece que todos entendieron que el vínculo entre el padre y las hijas era realmente muy fuerte”, indicó.

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