Luego de una breve ausencia, como resabio de aquella polémica definición que mantiene en vilo su primera consagración en 2014, el volante local Ariel Ianni decidió retornar al Turismo Special de la Costa (TSC). Y lo hizo de la mejor manera, pues terminó quedándose con el "1" para 2018. La clave fue su parejo rendimiento a lo largo de todo el calendario, y las oportunas dos victorias que obtuvo.
Ello le posibilitó llegar al Premio "Coronación" de Mar del Plata con 38,50 puntos -sobre 40,50 en juego- sobre su único rival por la corona, el también balcarceño Gustavo Diorio. Precisamente el "Tigre" no pudo lograr la "pole" en la jornada sabatina, y ello automáticamente significó la coronación del "Gringo". Una entronización que hasta le quitó el dramatismo de la definición.
"Este título lo disfruto de una manera especial. En primera medida porque llegó de la mano de un rendimiento muy bueno durante todo el año, y compitiendo contra muy buenos pilotos. Y después, porque no tuvo los contratiempos del anterior (se ríe). Aquel lo quería ganar porque era el primero. Este lo disfruté todo el año. Por eso tiene un significado especial", le dijo a LA VANGUARDIA y a PASION 5 en una nota exclusiva.

                             ANALIZANDO EL CAMPEONATO
Al efectuar un balance de lo que dejó la temporada, el "Gringo" (cumplió 49 años el pasado 15 de febrero) indicó que "siempre fuimos muy competitivos. Desde la primera carrera se notó que estábamos para pelear adelante. Cuando gané la segunda fecha, pasé a la punta del campeonato. A partir de allí la estrategia fue tratar de sumar la mayor cantidad posible de puntos en cada jornada, sin cometer errores. Tratamos siempre de correr más con la cabeza que con el acelerador. Y nos dio buen resultado".
Reconoció que también resultó decisiva la victoria conseguida en la prueba de "Dos Horas", pues se logró una importante cosecha de puntos y la chance de estirar la ventaja en la cima. "Esa carrera fue un quiebre. Con Iván (Ramos, de Mar del Plata) hicimos un buen trabajo y nos quedamos con el triunfo. Habíamos llegado con 24 puntos de diferencia, y nos fuimos con 34. Ahí empezó a definirse todo".
"Luego en la penúltima carrera -rememoró- otra vez el auto funcionó a pleno. Ganamos la serie y veníamos adelante en la final, hasta que (Gustavo) Diorio tuvo un desliz: nos tocó de atrás y los dos terminamos afuera. Pero esta situación hizo que llegáramos al "Coronación" con 38,50 puntos de ventaja, sobre 40,50 en juego".
"Diorio estaba obligado a hacer la "pole", ganar la serie y la final, sin que nosotros no sumáramos casi nada. Cuando el sábado no pudo hacer el mejor tiempo (finalizó sexto), automáticamente me quedé con el título". "La verdad es que fue una sensación rara. No me parecía bien festejar, para que no se interpretara mal esa situación. Lo cierto es que en ese momento sentí la alegría de saberme campeón".
Le preguntamos con qué ánimo había corrido esa última fecha en el autódromo marplatense, en la que estaba todo resuelto. "Corrí muy tranquilo y distendido. Intenté hacer las cosas lo mejor posible, para colaborar con el espectáculo". En definitiva finalizó octavo, tras despistarse cuando marchaba quinto.
Con relación a sentir una mayor o menor presión por tener que definir ante otro balcarceño el título, señaló: "Fue un honor pelear el título con Gustavo, porque es un gran piloto y tiene un muy buen equipo. Además, los dos somos balcarceños y las cosas son más sencillas. Quizás si hubiese sido contra algún piloto de Mar del Plata seguro que hubiera sido más complicado, porque no nos quieren mucho (se ríe con ganas)".
Quisimos saber cuál de los dos títulos había disfrutado más. "Son dos cosas distintas. El de 2014 fue muy complicado. Me sancionaron mal y terminé en la justicia. Espero que en cualquier momento me terminen confirmando lo que gané legítimamente en la pista. Este tuvo otro sabor, ya que la categoría está atravesando un gran momento. Con muy buenos pilotos, con experiencia nacional, como (Adrián) Oubiña, el propio Gustavo o (Gastón) Gabilán. Y también con autos muy competitivos. En muchas carreras había 10 autos en un segundo y eso marca lo duro que resultó todo. Por eso en este momento puedo disfrutarlo".

                              LA DEFENSA DE LA CORONA
Ianni sumó 191,50 puntos en el certamen, dejando como subcampeón a Diorio con 163,50, y en el tercer lugar a Gabilán con 134,50. Si bien ahora está saboreando las mieles de su reciente consagración, confirmó que volverá a competir en el TSC el año venidero. "Quiero lucir el "1" en pista".
Asimismo reconoció que "me gustaría pasar a alguna carrera a nivel nacional, pero la realidad es que por mis ocupaciones, no tengo tiempo disponible para ello. Por fortuna, tengo mucho trabajo y esto es un hobbie. Gracias a que mi gente se ocupa de todo, puedo distraer algunos días en el mes para dedicarlos a correr, pero sería imposible una mayor dedicación".
Acto seguido tuvo palabras de reconocimiento para su equipo. "Quiero destacar lo que ha sido la tarea de mi motorista, Ricardo Méndez, que siempre me entregó un motor bárbaro. También la labor de Pablo Palestini y Matías Ménguez en el chasis. Sin olvidarme de lo positivo que resultó el trabajo de Juan García en la atención en pista y todo lo relacionado con el auto. Pero también hubo otras personas importantes: los hermanos Marcos e Ignacio Chioccarello, que construyeron la jaula del auto, y el aporte de Gustavo Ibarra y Raúl Junco. También "Toto" Rosconi que aportó el diseño exterior del auto y lo dejó bárbaro, en lo que respecta a la pintura, y la tarea de Martín Lafratta en el armado de los neumáticos. Todos fueron importantes, y son una parte vital de este campeonato". Luego hizo extensivo los agradecimientos a la familia y los amigos que siempre están cerca para brindar su apoyo.
"Estoy viviendo un momento deportivo de mucha alegría. Trabajamos bien durante todo el año, y lo terminamos coronando con el campeonato. ¿Qué más se puede pedir?. Ahora hay que enfocarse en tratar de repetirlo la próxima temporada", sentenció.

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