Desde hace 12 temporadas consecutivas, Nicolás Bastarrica viene desarrollando una prolífica tarea como preparador físico dentro de la Liga Nacional de básquetbol. Su profesionalismo le ha permitido edificar una exitosa carrera y acumular un merecido prestigio. Hace 2 años se sumó a las filas de San Lorenzo de Almagro, coincidiendo con el desembarco de la popular entidad azulgrana en la élite del baloncesto argentino.
Desde su lugar contribuyó a conformar un equipo poderoso y efectivo, que ha venido dominando la escena y que acaba de dar su segunda "vuelta olímpica" consecutiva, tras doblegar en la serie final a Regatas Corrientes. Ahora los cañones apuntan al plano internacional y allí el balcarceño (cumplió 38 años el pasado 21 de enero) seguramente volverá a tener un nuevo desafío para desarrollar su capacidad.
Arrancó como preparador físico en Quilmes de Mar del Plata, donde estuvo 5 temporadas (2004/05, 05/06, 06/07, 08/09 y 09/10); luego pasó a la Unión de Formosa (temporadas 2010/11, 11/12 y 12/13), y retornó al "Cervecero" (2013/14 y 14/15). A partir de allí en el "Ciclón" (2015/2016 y 16/17), entidad con la que acaba de extender su vínculo.
En una extensa charla con LA VANGUARDIA y PASION 5 analizó su presente deportivo, la reciente consagración y también sus planes futuros.

                                LA RECIENTE CONSAGRACIÓN
-¿Cómo estás viviendo este momento deportivo tan importante en tu carrera?
-Es una gran satisfacción personal, fundamentalmente porque el título involucraba muchas cosas para el club. Era la primera final que jugaba en condición de local y en una disciplina como el básquetbol que volvió al barrio. Personalmente es una gran alegría. Alcanzamos el objetivo que nos habíamos propuesto
-¿Cuál es el secreto para que equipo haya mantenido la competitividad sin relajarse?
-Es importante destacar que tanto la dirigencia como Julio (Lamas, el entrenador) hicieron una apuesta enorme, al renovar casi por completo el plantel. Solo dos jugadores permanecieron en el equipo con respecto al anterior: el "Penka" (Nicolás) Aguirre y Marcos Mata. A ellos los rodearon con jugadores de altísimo nivel como Gabriel Deck, Matías Sandes, Selem Safar, el norteamericano Jerome Meyinsse, el puertorriqueño Guillermo Díaz, Santiago Scala, y el uruguayo Mathías Calfani. Ese fue uno de los pilares: tener un equipo con 9 jugadores que podían ser titulares. Ello ayudó a mantener siempre un alto nivel de juego
-¿Qué importancia tuvo Lamas en este proceso?
-Julio fue uno de los padres de este presente exitoso. No sólo fue el entrenador del equipo, sino que además cumplió otras funciones, tipo mánager. Junto a los dirigentes elaboró un trabajo integral que involucró tanto a la primera como a las divisiones menores, conformando una exitosa estructura de trabajo. Y en lo que respecta a su tarea específica como entrenador está fuera de discusión. Posee mucha experiencia, ganó muchas cosas y es muy buena persona. Tiene la virtud de saber escuchar a todo el mundo.
-¿Cuál fue el rival más duro?
-En la Liga Nacional todos los rivales son difíciles. Más allá que ganamos 18 de los últimos 19 partidos y eso puede hacer pensar que resultó sencillo. Por ejemplo, perdimos las dos veces que jugamos con Olímpico e Instituto. Todos se preocupan por mejorar y eso es bárbaro para el nivel de la competencia.
-¿Festejaste más este título reciente o el anterior?
-Celebré los dos por igual. El del año pasado fue especial porque fue la primera vez que jugaba una serie final de Liga. Y la verdad que fue increíble. Ahora el desafío era otro: plantel nuevo, la presión de ganar para defender el título, tener que asimilar el hecho de que todos nos daban como el principal candidato. En fin, muchas cosas. La temporada fue muy larga, pero afortunadamente la cerramos muy bien.

                                  LOS NUEVOS DESAFÍOS
-¿Ahora el desafío es trasladar este presente exitoso al plano internacional?
-Este año jugamos la Liga de las Américas y nos quedó el sabor amargo de no cumplir las expectativas que teníamos. Ahora se viene la segunda ocasión de afrontar ese desafío y de jugar también la Liga Sudamericana. El plantel, el cuerpo técnico y la dirigencia están enfocados en ser protagonistas, y creo que estamos en condiciones de serlo.
-Igual habrá cambios importantes.
-Sí. Por lo pronto, Julio dejó su cargo para irse a Japón y lo reemplazará Gonzalo García, otro entrenador de mucho prestigio. Se sumaron el norteamericano (Darquavis) Tucker (escolta goleador de la última liga) y el cubano Justiz Ferrer -en lugar de Meyinsse- (ambos provenientes de Estudiantes de Concordia), y José Vildoza (cordobés, considerado la joya de la cantera de Libertad de Sunchales, como ficha U-23). De todas maneras la exigencia no cambiará, porque se armó un equipo para tratar de ganar todo lo que se juegue.
-¿Tu trabajo se verá incrementado?
-Y habrá que trabajar con mayor rigurosidad, para planificar todo. Regular las cargas de los entrenamientos y los minutos que disputa cada jugador. Si querés ser competitivo no se puede regalar nada. Mi función específica es tratar de ayudar a aumentar el rendimiento físico de cada jugador y disminuir el porcentaje de lesiones.
-¿Hay fecha para el comienzo de la pretemporada?
-Todavía no hay nada definido. Es más, aún no charlé con García. Estimo que estaremos arrancando a mediados de agosto.
-¿Cómo es tu vínculo contractual con el club?
-Tengo contrato para la nueva temporada, hasta el 31 de junio de 2018. La verdad es que me siento muy cómodo y me gustaría seguir mucho tiempo más acá.
-¿Te sentís satisfecho con tu carrera deportiva hasta el momento o te queda algún sueño por cumplir?
-Estoy muy conforme con mi carrera. No puedo quejar de nada. Ahora me encuentro en un momento muy bueno, en un club de primerísimo nivel, donde no nos falta nada. Sólo hay que enfocarse en trabajar y tratar de lograr el mejor resultado. Si tuviese que pedir algo, me encantaría que todo el equipo conserve este nivel y siga ganando cosas. Y si hablamos de sueños (se ríe) obviamente me gustaría trabajar alguna vez en la NBA.

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