En este mismo sitio ya nos hemos referido a las notables condiciones técnicas que posee el balcarceño Juan Bautista Dadín. Con apenas 11 años cumplidos (el pasado 20 de mayo) deslumbró a propios y extraños con la camiseta de la clase 2006 de Los Patos Fútbol Club. Por ello, rápidamente Ríver de Capital Federal puso sus ojos en él, y terminó incorporándolo a sus filas.
Precisamente, con la camiseta del "Millonario" hizo su debut internacional en el "Venice Champions Trophy", un certamen que se efectuó en esa ciudad italiana y que reunió a importantes entidades de todo el mundo. Y, como se esperada, "Bauti" no desentonó.
Si bien la mayoría de los encuentros los arrancó como suplente, pues el entrenador Gustavo Fermani decidió respetar el lugar de aquellos jugadores que ya venían jugando en la entidad, cuando estuvo en la cancha brindó una clara muestra de sus condiciones. Fue así que terminó marcando dos goles -en ambos casos ante el Lugano de Suiza- y contribuyendo a que el club de Núñez terminara en el tercer escalón del podio. Detrás del campeón Atlético Madrid y el subcampeón Benfica de Portugal -vencedor de Ríver en las semifinales-.

                            UNA POSITIVA EXPERIENCIA
A su arribo a nuestra ciudad, Dadín dialogó con LA VANGUARDIA y PASION 5, indicando que "fue una experiencia inolvidable. Estuve un poco nervioso al principio, pero con el paso de los partidos me fui acostumbrando. Quedé muy feliz, porque pudimos hacer un buen torneo".
Con una permanente sonrisa dibujada en el rostro, el talentoso delantero reconoció que "me sorprendió todo lo relacionado con la organización y lo bien que te atendían en todo momento. Apenas llegamos a Italia teníamos una persona que nos acompañaba a todos lados y solucionaba todo".
Respecto de su primera experiencia personal en este tipo de torneos analizó que "había muy buenos jugadores. Nosotros éramos el único equipo que presionaba bien adelante. Los demás esperaban un poco más". "Si bien no pudimos ser campeones, mostramos un buen nivel de juego. Todos quedamos conformes".
Indudablemente los dos goles que señaló en la competición quedaron grabados a fuego en su memoria. Sobre todo porque significaron su bautismo de fuego internacional. "El primero fue en el segundo partido. Faltaban 6 minutos y estábamos empatados en dos goles. Un compañero desbordó y metió el centro. La pelota se desvió en el camino y me quedó para empujarla. Fue bueno, porque sirvió para ganar".
En cuanto a la segunda anotación, relató que "recuperamos una pelota en un córner y salí de contragolpe. Cuando salía el arquero, la pude cruzar al segundo palo". Este tanto fue el cuarto en el triunfo 4-1 ante el Lugano, que aseguró el tercer puesto.

                             PERSIGUIENDO UN SUEÑO
Le preguntamos a "La Joya" (su flamante apodo) cómo estaba viviendo esta nueva etapa de su corta vida deportiva. "Es algo nuevo. El año que viene me voy a ir definitivamente para allá (la pensión de Ríver), pero ahora viajaré algunas veces cada vez que me llamen".
También se refirió al aspecto deportivo. "Me piden que juegue como lo hago siempre, y que trate de estar tranquilo". "El juego es bastante diferente del que yo estaba acostumbrado, porque se presiona mucho sobre la salida del rival. Y siempre en grupo. Eso hace que todo se haga más físico y con roces. Además tengo compañeros que juegan muy bien".
Dejó para el final referirse a su sueño dorado. "Uno de mis sueños es llegar a jugar en primera. Todavía falta mucho, pero es lo que más deseo", sentenció con la rúbrica de una luminosa sonrisa.

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