Tiempo atrás en estas mismas páginas nos referimos al Ultra-Trail de Mont-Blanc, el ultramaratón de montaña, considerado como el más exigente de su tipo en el mundo y que se lleva a cabo en los finales de agosto de cada año en los Alpes. Atraviesa Francia, Suiza e Italia, debiendo los competidores recorrer una distancia de 166 kilómetros, con un desnivel positivo de 9.400 metros. Es la prueba de trail running más prestigiosa de Europa, que exige un mínimo de 20 horas de competencia ininterrumpida.
Para ser parte de este desafío único en el planeta, deportistas provenientes de 87 países deben acumular 15 puntos, actuando en durísimas carreras de largo aliento. Cumplimentado ese primer paso, luego acceden a un sorteo, donde sólo 2.000 privilegiados serán protagonistas de la decimocuarta edición de esta verdadera prueba de carácter, que va más allá de lo físico.
Pero una balcarceña por adopción (su patria natal es Santa Rosa, La Pampa, aunque está radicada aquí desde 2005), Marina Montoya, quiere ocupar uno de esos lugares. Para ello ya cumplimentó la primera exigencia: reunió los 15 puntos. Ahora aguarda con expectativa que el azar complete su sueño y pueda permitirle estar en el punto de partida, en la ciudad de Chamonix.
Sumó 13 unidades en 2016 (los primeros 5 en la "Patagonia Run" de San Martín de los Andes en abril; otros 4 en Fiambalá en mayo, y los 4 restantes en el "Amanecer Comechingón" de Córdoba en junio). Ahora en febrero de este año alcanzó su objetivo en "La Misión" (161 kilómetros, en San Martín de los Andes). Marina (cumplió 40 años el pasado 29 de junio) sólo depende de una bolilla para estar en Francia.
Pero más allá de este objetivo, sigue compitiendo en diferentes pruebas y recientemente hizo podio en la general y ganó su categoría en Cabo Polonio (Uruguay); al tiempo que tiene diagramado un exigente calendario de cara al cierre de esta temporada.

                                  EL OBJETIVO CUMPLIDO
"Si bien "La Misión" fue una carrera durísima, con un gran desgaste físico y mental; tengo la satisfacción de saber que cumplí mi objetivo. Sumé los puntos que me faltaban para Mont-Blanc. Ahora sólo resta esperar el sorteo", le dijo a LA VANGUARDIA y a PASION 5 en una nota exclusiva.
"La Misión" se realizó a fines de febrero en San Martín de los Andes, con una extensión total de 161 kilómetros; un desnivel positivo de 8.700 metros; con una altitud máxima de 2.060 metros, y una mínima de 650 metros. "En realidad se camina más de lo que se corre, porque los tramos de montaña son muy duros, y además hay que llevar una mochila con provisiones que pesa cerca de 10 kilos. Como es de autosuficiencia, no hay puestos de asistencia ni de comida; sólo de control y para certificar el paso".
Montoya empleó 58 horas para completar el recorrido, ubicándose quinta en el ordenamiento femenino. "Fue una experiencia invalorable. Máxime porque alcancé mi objetivo".
Respecto del sorteo, que se hará en la primera quincena del mes de enero de 2018 en territorio francés, la balcarceña se mostró confiada en ser uno de esos 2.000 privilegiados de todo el mundo que largarán la Mont-Blanc. "Si eso no ocurre, voy a enfocarme en reunir nuevamente los 15 puntos para enero de 2019. Para ello me sirven estos puntos de "La Misión" (tienen una vigencia de dos años), y luego buscará asegurar el resto a lo largo de esta temporada. Aunque tengo mucha fe que la suerte me va a acompañar", expresa con una amplia y contagiosa sonrisa.

                                    FESTEJO EN URUGUAY
Montoya abrió el año, con una buena actuación en enero, en el Cruce OSDE-Tandilia, sobre 60 kilómetros, cumplida en la vecina ciudad serrana. Luego lo certificó con la labor en "La Misión".
Pero días atrás se dio el gusto de festejar un podio en la general y el éxito dentro de su categoría (de 40 a 49 años) en el Ultra Trail de Cabo Polonio, en Uruguay. Fueron 44 kilómetros de pura arena. "Teniendo en cuenta el desgaste de "La Misión", necesitaba terminar una carrera de esta distancia, porque me sentía cansada física y mentalmente, lo que me traía problemas para completar mis entrenamientos (duran entre 5 y 6 horas)". "Haber podido terminarla fue positivo en todos sentidos y me siento con más energía para todo lo que se viene".

                                 UN CARGADO CALENDARIO
Precisamente, de cara al cierre de la temporada, la deportista local tendrá un calendario muy cargado de actividad.
A fines de mayo volverá a competir en Fiambalá (Catamarca). Intentará allí repetir la performance de 2016 en esta dura prueba de 60 kilómetros de recorrido y que tendrá dos días de duración.
Posteriormente, entre el 7 y el 9 de julio será de la partida en la "Turmalina Ultra Trail", que se desarrollará en el cerro Uritorco de Capilla del Monte, en Córdoba. También sobre 50 kilómetros.
En el mes de agosto la exigencia será doble. En primera instancia competirá en la "Terma Adventure Race", una carrera de modalidad cross country, de 27 kilómetros de extensión, comprendidos por playas, médanos y bosques. El escenario, Pinamar.
Y sobre el 20 de ese mismo mes, la cita será en la cuarta edición de la "Tandil Ultra Trail". Serán 50 kilómetros a través de las sierras más antiguas del planeta, con tránsito por caminos con duras pendientes y sendas serranas de esta ciudad.
"En lo que respecta a setiembre, no voy a participar en ninguna prueba, ya que utilizaré ese tiempo para completar el entrenamiento, de cara a lo que será la última exigencia, en Chile". En efecto, a mediados de octubre, Montoya intervendrá en la "North Face Endurance de Chile". En este caso la distancia es de 160 kilómetros. La largada es en el estadio "San Carlos de Apoquindo" en la Región Metropolitana, desarrollándose hacia la zona sur del territorio trasandino. "Esa prueba no la pude completar en el cierre de 2016, y estoy buscando una revancha. Además, puedo acumular allí la totalidad de puntos, ya pensando en la Mont-Blanc de 2019".

                           EL SECRETO DE SU RENDIMIENTO
Le preguntamos cómo logra mantener la concentración y la motivación luego de tan desgastante rutina de entrenamiento y competencia. "No hay secretos. En realidad cuando estoy corriendo sólo me concentro en eso, para evitar que la cabeza te juegue una mala pasada (se ríe). Personalmente no me cuesta hacer lo que hago. Realmente lo disfruto. Ya sea una jornada de entrenamiento de 6 horas, o una carrera de dos días".
"No necesito ir escuchando música, o ir charlando, o planificar la salida con otra persona. Sólo me concentro en lo mío. Para mí es un hobby, más allá de los resultados". "Y cuando se empiezan a acabar las piernas, hay que seguir con la cabeza" (se vuelve a reír).
En la parte final, tuvo elogiosos conceptos para su entrenador (Gustavo Muñoz), a quien sindicó como uno de los responsables de su afición a este tipo de carreras; al tiempo que destacó el apoyo permanente que recibe de sus amigos.

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