En el ambiente atlético Felipe Pereyra ya es casi una leyenda. Desde hace 30 años viene compitiendo en forma contínua en diferentes pruebas. Recorrió los rincones más recónditos de la geografía argentina. Pero también extendió su radio de acción a distintos puntos de Sudamérica. Y hasta se dio el gran gusto de ser protagonista en campeonatos del mundo.
Precisamente acaba de arribar a nuestra ciudad, tras su participación en el "XXº World Masters Athletics Championships", que es el campeonato mundial de atletismo, reservado para mayores de 35 años, realizado en la ciudad francesa de Lyon. Allí, bajo la organización de la World Masters Athletics -antes llamada la Asociación Mundial de Atletas Veteranos- participaron cerca de 10.000 deportistas pertenecientes a 90 países.
Allí estuvo Felipe (cumplió sus 70 años el pasado 31 de julio) representando a Balcarce. Y fue el único de la extensa delegación argentina -integrada por 134 deportistas- que compitió en las tres pruebas de la marcha atlética: 5.000, 10.000 y 20.000 metros.
Fue su tercera incursión en un certamen ecuménico, ya que anteriormente lo había hecho en los Mundiales efectuados en San Sebastián (España) en 2005 y en Porto Alegre (Brasil) en 2013.
"Cumplí el sueño de estar en mi tercer Mundial. Fue una experiencia muy linda y con muchas cosas positivas para recordar. La verdad es que nunca me imaginé que a los 70 años iba a estar corriendo en Europa. Pensar que arranqué a los 40 años sólo con la intención de bajar de peso. Y fijate hasta dónde llegué", le contó a LA VANGUARDIA en una extensa nota exclusiva.

                       LA PARTICIPACIÓN EN FRANCIA
Respecto de su participación en la Copa del Mundo efectuada en cuatro diferentes escenarios de Lyon, apuntó que: "Tanto los estadios, como los lugares donde estuvimos eran de primer nivel. Me siento satisfecho por mi actuación, sobre todo porque en cada una de las categorías había más de 70 competidores. Además tuvimos que correr con mucho calor".
Su debut se produjo en la prueba de los 5.000 metros de marcha atlética. "Fue una carrera donde la clasificación quedó en suspenso. Sucede que cuando estaba a punto de terminar, alguien se llevó por delante un cable que alimentaba a la computadora que tenía todos los datos. Se apagó todo, con lo cual se generó una gran confusión. En definitiva dejaron todo en suspenso y cuando yo me venía todavía no había definición. Fue el único problema que hubo en semejante organización". "De todas maneras, me sentí bien y pude completar el recorrido sin problemas. Me hubiese gustado saber cuál fue mi posición final".
Posteriormente fue el turno de los 10.000 metros. "Largamos a las 8 de la mañana y ya hacía 27 grados. La carrera se hizo utilizando un circuito de ruta y fue bastante dura. Pude terminar en el puesto 19º sobre más de 70 competidores. Mi tiempo fue de 1 hora 17'08/100, con lo cual mejoré mi marca anterior sobre esta misma distancia, que era de 1 hora 19', por lo que quedé muy contento con mi tarea".
Más allá de la cuestión deportiva, Felipe disfrutó de una manera especial esta carrera. "Es que vino a verme mi hijo Hernán, que vive en España. Me sorprendió llegando al hotel el día anterior y estuvimos compartiendo muchas horas". "Muy pocas veces me había visto correr, por lo cual saber que estaba ahí en la tribuna fue algo muy lindo para mí".
Por último, el balcarceño cerró su labor con la actuación en la prueba de los 20 kilómetros. "Esa sí que se hizo durísima, sobre todo por el calor y la humedad. Largamos cerca del mediodía y fueron 10 vueltas a un circuito muy exigente de 2.000 metros de extensión. Había que hidratarse contínuamente y el desgaste fue mucho. Además los jueces eran muy estrictos con las infracciones y fueron varios los que recibieron la tarjeta roja que los afuera de carrera". "A pesar del esfuerzo, me di el gran gusto de llegar al final. Hice 2 horas 40' y terminé 23º en mi categoría".
A lo largo de la charla, Pereyra relató un sinnúmero de anécdotas muy jugosas que tuvieron que ver con su participación. Y al momento de hacer un balance final, apuntó: "Rescato esta participación como un hecho muy positivo. Mi principal objetivo era largar y terminar cada una de las carreras. Eso ya significa una medalla. Es el mejor premio que puede recibir un atleta, que ama esta actividad. Fue una experiencia muy valiosa a esta altura de mi vida. Tuve la chance de reencontrarme con muchos atletas con los que había estado en San Sebastián y es muy gratificante cuando gente de otros países te reconoce y te saluda con afecto. Por eso, esta medalla (la exhibe con orgullo) que recibí por mi participación es como si hubiese ganado cualquiera de esas carreras".

                                LOS NUEVOS OBJETIVOS
Lejos de aburguesarse, ya Felipe ya tiene en mente nuevos objetivos para darle continuidad a su carrera deportiva. "Aunque te parezca mentira ya empecé a entrenar otra vez, porque tengo pensado estar en varias carreras antes que se termine el año". En tal sentido indicó que será de la partida en el Campeonato Argentino que realizará la Confederación Argentina de Veteranos de la República Argentina (CAVRA) en Resistencia (Chaco) en el mes de setiembre.
"Para octubre ya tengo las invitaciones para correr el maratón solidario que se hace en Maipú, y también para el que hace (Marcelo) Tinelli en Bolívar. Estuve presente en los últimos años y no me las quiero perder".
Pero también aparecen desafíos internacionales en el horizonte. "En noviembre se realizará el Campeonato Sudamericano en Brasil y tengo pensado competir en por lo menos dos distancias de la marcha atlética".
El otro tiene que ver con la posibilidad de repetir la experiencia mundialista. Es que entre los días 26 de octubre y 6 de noviembre de 2016 se llevará a cabo un nuevo Campeonato Mundial. Esta vez en Perth (Australia). "Es algo que me gustaría mucho, pero habrá que trabajar mucho para reunir el dinero necesario para viajar. Para estar en Francia tuve la suerte de contar con la enorme colaboración de muchos comerciantes y empresarios de la ciudad, a quienes les estoy enormemente agradecido. Pero para ir a Australia se necesita mucho más. Veremos. Por lo pronto, en los próximos meses voy a enviar la preinscripción, después veremos (se ríe con ganas)".
Aunque uno de los objetivos que persigue es el de participar en su maratón número 40. "Hasta ahora llevo corridos 39 maratones y quiero hacer uno más para completar los 40. A mi edad se hace muy complicado correr 42 kilómetros y por eso quiero cerrar definitivamente esta etapa. Veremos a qué altura del año lo hago, pero es un desafío que quiero cumplir".
En varios pasajes se encargó de agradecer el apoyo que recibe de parte de sus hijos, yernos y nietos, como así también de la gente que colabora cuando debe buscar sponsors para financiar sus viajes. Y también la emoción se hizo presente cuando recordó a su esposa o a su inseparable amigo Alcirez Vértiz ("siempre siento que me están acompañando donde me encuentre").
En la parte final de la charla le preguntamos si en algún momento se había planteado la posibilidad del retiro. "Por ahora eso no se me pasa por la cabeza. Mientras me sienta bien y el cuerpo aguante voy a seguir corriendo. Antes de ir a Lyon me hice todos los estudios que me pidieron, y salieron perfectos. Pienso seguir haciendo esto, que me da tanta satisfacción, hasta que las "tabas digan basta" (se ríe). Sobre todo agradeciéndole a Dios cada día más de vida y que me permita hacer lo que más me gusta".
Felipe Pereyra es uno de los auténticos embajadores que tiene nuestro deporte. Si uniéramos en una línea imaginaria las distancias recorridas en sus innumerables competencias, a las que les sumaríamos los kilómetros acumulados en sus impostergables entrenamientos, seguramente esa línea daría más de una vuelta a la circunsferencia del planeta. Por ese motivo es que no dudamos en calificarlo como un "eterno correcaminos". Pero por sobre todas las cosas, porque su historia de vida y don de gente lo transforman en un auténtico ejemplo a seguir.

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